La República de las Letras es un territorio que día a día incrementa su número de población . En su más reciente libro “La Fábrica del Lenguaje, S. A.”, Pablo Raphael, reflexiona ampliamente sobre la cantidad de jóvenes escritores que desean formar parte del gremio, sin hacer conciencia de que la literatura es un arte que se adquiere luego de haber tirado muchas hojas de papel o borrado infinidad de archivos.
“Para hacerse de un pasaporte de entrada a la República de las Letras se requiere principalmente de paciencia y mucho trabajo, pero sobre todo entrar con discreción.
“Parece que hay una obsesión con la velocidad y la rapidez, pero es como dice un amigo: ` es querer jugar en primera división, sin haber jugado primero en los llanos ´, y luego querer hacer presencia sin antes haber pasado por un proceso lento y que empieza desde abajo”, expresó el finalista del premio Anagrama de Ensayo 2011.
A decir del también autor de “Armadura para un hombre solo”, las redes sociales han afectado de manera importante la explosión bibliográfica que se ha producido en los últimos años.
Gracias a la cantidad de información que se genera a través del facebook, blog y twitter, la publicación de textos es instantánea, por lo que no se requiere de seguir un protocolo que podía llevar meses antes de que el producto, llámese libro, revista , quincenal o semanario, saliera a la luz.
“La relación de la literatura normalmente era: el autor que emitía su mensaje, en este caso la obra y esta llegaba al receptor, y para que el receptor tuviera un contacto con el autor era un asunto complicado.
“Hoy eso ha cambiado y quiere decir que el receptor también es un emisor y por lo tanto, también puede entrar el diálogo con el autor , entonces el receptor que es el lector que también puede convertirse en alguna forma de creador y esto lo facilitan las redes sociales”, señaló el analista que estuvo como invitado a la cátedra UANL Anagrama que se realizó el pasado 22 de noviembre en Colegio Civil, Centro Cultural Universitario.
Añadió que con este nuevo modelo de comunicación, cambia el paradigma porque construye un mecanismo de relación donde el autor y el lector interactuán de forma distinta al pasado, pues ahora el lector tiene la posibilidad de relacionarse directamente con el escritor e intercambiar puntos de vista.
Pero por otro lado, aseveró que también este es el resultado de un proceso degenerativo que culminó en el que el autor fuera su propio crítico y editor.
“Creo que pasamos de una especie de era de las grandes catedrales literarias que provocó el autoritarismo en México en donde los autores se sumaban. Es decir, te sumabas a la revista Vuelta y lo que encabezaba Octavio Paz, te sumabas a la revista Nexos y lo que encabezaba Héctor Aguilar Camin ; y había muy pocos medios donde los autores podían encontrar un espacio, pero conforme avanzamos en el proceso democrático del país, quizá esto se pulverizó.
“Entonces, ¿a dónde se fueron esos autores? a todos los periódicos, y ¿después de eso? pues todos se fueron a sus blogs, entonces la República de las Letras se convirtió en una especie de archipiélagos individuales en donde el autor estaba en contacto solamente consigo mismo y quizá por perder las catedrales nos fuimos al otro extremo de la pulverización y es ahí donde estamos hoy”, observó.
Sin embargo, afirmó que más allá de la inmediatez con la que trabajan los modernos escritores gracias a sus herramientas electrónicas, lo que determinará su éxito de su producto seguirá siendo la calidad.
“Lo que sucede es que el escritor que está en ciernes y que quiere lanzarse al espacio, lo hace a través de la red en la que ofrece una ventana de oportunidad ante los lectores, pero lo que lo sostendrá en el futuro no será su blog, ni su espacio on line sino la calidad de sus textos”, subrayó.
GENERACIÓN CONTRADICTORIA
Pablo Raphael quien nació en 1970 y al igual que sus colegas contemporáneos, coincide que los de su generación no se identifican entre sí, ideológicamente hablando, pero apunta que en realidad, esa dispersión los une porque todos comparten la misma opinión.
“La generación de los 70 es una generación por un lado muy crítica, pero por otro lado se educó en la era Televisa; una generación que se dice muy individualista pero que al mismo tiempo está preocupada por la sociedad. Es una generación que siempre está oponiéndose.
“Les hice una entrevista a muchos autores nacidos después de la década de los 70 y todos me decían: `No, yo no tengo ninguna generación, yo no pertenezco a ningún grupo, mi proceso es individual’, entonces yo decía: qué curioso que una generación que se niega a sí misma, y que dice no tener nada en común, es exactamente lo que tiene en común”, destacó el escritor que actualmente trabaja en la tesis doctoral sobre el viaje d Antonin Artaud a México en 1936.
LA FÁBRICA
DEL LENGUAJE
Sobre la literatura que se produce en el norte del país, el escritor capitalino que actualmente radica en Barcelona, consideró que se le ha catalogado como violenta, pero va mucho más allá, porque dio paso a una fábrica del lenguaje.
“ Creo que pasó un fenómeno en dos etapas. Uno: la literatura de la frontera se convirtió en el fenómeno editorial más importante en el siglo XXI mexicano hasta ahora, que se produjeron grandes obras narrativas y que eso es la fábrica del lenguaje.
“Pero ‘La Fábrica del Lenguaje, S.A.’ que es el resultado de aquellos mecanismos de mercado donde algunas editoriales dicen: `mira, la fórmula funciona, hay algunos autores norteños y les encargamos novelas sobre pedido, donde entre más balaceras, matazones y palabras como AKA 47 o la reina de Garza García, o la reina de Polanco, o la Reina del Sur, o la reina x, mientras eso esté en el centro vamos a vender más”, señaló el ganador del Premio Nacional de la Literatura Gilberto Owen por “Agenda del Suicidio”. v