
Comunidades de mexicanos, colombianos, venezolanos, dominicanos, puertorriqueños, entre otros, forman una importante población de latinoamericanos que residen en Nueva York, pero hasta la fecha no hay una integración total de estos grupos que se distribuyen en barrios como Harlem, Queens y el Bronx.
Latinos in New York, Communities in Transition, es una investigación en la que participó la periodista regiomontana Rosalía Reyes, quien actualmente es profesora adjunta en The City College of New York y conductora del programa “Nueva York entre letras”, además del periodista y economista Walker Simon.
La presentación del libro editado por Sherrie Baver, Ángelo Falcón y Gabriel Haslip-Viera, se realizó el pasado 28 de diciembre en la Casa Universitaria del Libro con la presencia de Reyes y Simon, así como del investigador y periodista Manuel Yarto y de la escritora Ofelia Pérez-Sepúlveda, quienes estuvieron a cargo de los comentarios.
Rosalía Reyes señaló que en la actualidad existen divisiones entre los grupos de latinos, pero entre los que pertenecen a un grupo en específico mantienen sus costumbres y tradiciones como en el caso de los judíos, los afroamericanos y los mexicanos que viven en “La Gran Manzana”.
“Se ha llegado a la conclusión que los latinos estamos muy fragmentados: políticamente, electoralmente, culturalmente, etcétera; porque como señalábamos en los diferentes capítulos: cada quien migra con sus culturas”, indicó Reyes.
Sin embargo, recordó cómo en el caso de los mexicanos, los poblanos mantienen un lazo muy fuerte gracias a la religión, a través de la asociación migrante Tepeyac.
“A mí me impresiona cuando los poblanos se reúnen para hacer la peregrinación del 12 de diciembre día de la Virgen de Guadalupe, que inicia desde ‘Puebla York’ en caravana hasta la catedral de San Patricio que se ubica en la 5ta. Avenida y siempre se llena”, destacó.
Manuel Yarto habló sobre las tres partes en los que se divide el libro y destacó que en este estudio los autores cuestionan el surgimiento de una nueva identidad que puede ser definida como “Pan-latina”.
“Si bien el libro es una mirada detallada de la comunidad latina en Nueva York, el texto puede dar pistas de la experiencia en todo Estados Unidos, en especial sobre esta noción de ‘pan-latinidad’.
“Los editores expresan la esperanza de que la investigación genere nuevas pregunta o ideas de cómo mejorar la vida de los latinos en Nueva York y en Estados Unidos”, apuntó Yarto.
Y en relación al fenómeno migratorio que existe en otras ciudades de México, como Monterrey, consideró que en esta ciudad del norte del país se pueden experimentar los mismos mecanismos de flujos migratorios.
“Nueva York es como lo define la socióloga Saskia Sassen, una Ciudad Global, una ciudad que forma parte de una red global de lugares estratégicos en el mundo, y en este sentido creo Monterrey trata de pegarse a esta red global y también se llamará ciudad global, de hecho en un ranking ya está ubicado ahí”, expresó.
Por su parte, Ofelia Pérez-Sepúlveda resaltó el hecho de que las universidades de Notre Dame, Indiana, The City College of New York y la Universidad Autónoma de Nuevo León hayan establecido un diálogo que a la postre puede extenderse a otras universidades o centros de investigación.
“Qué bueno que estamos aquí reunidos comentando sobre la existencia de este libro, pero qué mejor aún que el día de mañana periodistas, artistas, académicos y activistas podamos establecer diálogos en ambos países y bajo el respaldo de dichas universidades -las que se sumen por supuesto- en torno a la revolución social más antigua y menos visibilizada en ese sentido, la revolución que es la migración; una memoria que nos vincula”, expresó.
Y finalmente, Walker Simon habló sobre el proceso de investigación que realizaron para el capítulo titulado Central Americans in New York, del libro Communities in Transition.
“En el libro los editores califican la investigación que realizamos como pionera, debido al hecho de que casi no había referencias periodísticas ni académicas de la población de Centroamérica de la Ciudad de Nueva York.
“Entonces, nos tomó años reunir fragmentos que recopilamos de distintos ángulos y fuentes; de hecho, tuvimos que armar un rompecabezas con fuentes tan diversas como: escasos artículos académicos de años atrás, fuentes diplomáticas, líderes comunitarios y religiosos, así como periódicos comunitarios, videos en YouTube de las actividades que realizan nuestras comunidades, entre otras”, indicó Simon.