
A los cinco años de edad, los niños suelen pasan su tiempo entre juegos y travesuras, historias desarrolladas por su gran imaginación y la inocencia.
Pero en el caso de Avril Elena Gutiérrez García, a esa edad ganó la batalla más importante de su vida: sobrevivir a una rara enfermedad que la aquejaba y que estuvo a punto de llevarla a la muerte.
En el número 207 de Hora Cero Nuevo León se presentó la historia de esta pequeña, quien sufría de Malformación Congénita de Abernethy, padecimiento que solo aqueja a 30 niños alrededor del mundo y que no permite la correcta difusión de la sangre a través del hígado y que puede provocar encefalopatía hepática.
Luego de tres años de exhaustiva lucha, el milagro que la familia Gutiérrez García esperaba se cumplió y la pequeña salió ventajosa de la lucha.
“El primer milagro fue juntar todo el dinero necesario para la operación en menos de tres meses (alrededor de un millón, 400 mil pesos); el segundo fue que Avril fuera declarada como niña totalmente sana por sus doctores en solo dos meses, cuando estos niños tardan en recuperarse 10 meses” destacó Elena García, madre de Avril.
LOS ÚLTIMOS MOMENTOS DE BATALLA
Pese a que la operación originalmente estaba pactada para el 24 de octubre, debido a diversas complicaciones en la salud de la pequeña la fecha se tuvo que aplazar hasta el 9 de diciembre.
“Estuvo una semana en el Texas Children Hospital de Houston. Fue una cirugía de ocho horas porque tenían que ocluir las venas de manera parcial, no podían hacerlo de manera súbita ya que tenían que ver si el cuerpo de Avril iba a tolerar la prótesis endovascular y afortunadamente si la toleró” recordó Elena.
La familia vivió momentos sumamente difíciles después de la intervención quirúrgica, ya que Avril tuvo una congestión intestinal, lo que le provocó días de intolerancia, vómitos constantes, saturación de oxígeno de 57% y cianosis intensa.
“Mi esposo cayó en una depresión muy grande, él pensaba que ya se nos iba a morir a pesar de que traía oxígeno puesto, pero yo pensaba en lo lejos que habíamos llegado y le decía ‘¿Sabes qué? Ya no siento miedo, Avril no se nos va a ir, ya estuvo en dos ocasiones al borde de la muerte y no creo que termine aquí, ella se va a curar, y así fue” resaltó.
El proceso de recuperación de la pequeña siempre estuvo acompañado de la inquebrantable fe de la madre, quien soñaba con ver a su primogénita sana y radiante
Aunque en uno de los últimos diagnósticos los doctores se alarmaron por unas manchas que aparecieron en el área del hígado, tiempo después fueron descartadas y se eliminó cualquier riesgo de que Avi padeciera cáncer.
El 11 de febrero, Elena escuchó las palabras que desde hace tres años esperaba oír: “su niña está curada”.
“El doctor quedó maravillado de que se haya curado tan rápido. Los ecos del abdomen ya reportaban un buen flujo de corriente sanguínea a través de las venas portales y su saturación de oxigeno ya era de 98% (valor normal), porque por tres años ella saturaba de 80 a 84%. Nadie lo podía creer” relató la madre de familia con gran emoción.
La alegría por la recuperación de Avril no solo se limitó a su familia y el equipo de doctores que la acompañaron en la lucha, si no que se extendió hasta sus vecinos, maestros y demás gente.
“Se les dibuja una sonrisa en la cara a la gente que la ve; luego de ver a una niña que durante mucho tiempo caminaba despacito, se tenía que agarrar de algo para subir las escaleras y ahora verla correr y sudar… Hasta las maestras del kínder me dicen que nunca habían visto a Avril sudar de tanto correr. Todos estamos agradecidos con Dios, la vida y todos” aseguró la madre de familia.
Otro de los grandes milagros que la señora considera en esta lucha, fue la cuenta del hospital, ya que contó que aunque al principio la cuenta del hospital era de 107,313 dólares (cerca de un millón, 400 mil pesos), meses después le informaron que el gasto ascendía a 174 mil dólares (más de dos millones de pesos).
Pese a haber dejado su casa como garantía para cubrir cualquier complicación en caso de que la cuenta hospitalaria despegara, el personal le recomendó que no se preocuparan.
“Meses después me informan de la deuda y yo rápidamente mandé unos correos, hablé con el gerente y él me dijo que no me mortificara, que era error del hospital y no nos iban a cobrar más” platicó con cierto tono de alivio en su voz.
LA NUEVA AVRIL
Aquellos días de hospitales y noches conectada a un tanque de oxígeno quedaron en el olvido para la pequeña de cinco años, quién ahora se enfoca en divertirse como cualquier niña de su edad lo haría.
“Es un cambio impresionante, sobre todo para ella porque se está dando cuenta de que ya puede hacer más cosas que antes no hacía y es una superación personal para ella” señaló feliz Elena.
Pese a todas las adversidades que ha atravesado a su corta vida, Avril nunca perdió la fortaleza para salir adelante y la alegría característica de la infancia, y ahora con su salud más fuerte que nunca, disfruta de una vida normal.
La energía que ha acumulado a lo largo de estos años ahora la derrocha al por mayor con el baile, jugando con sus hermanitos y con largos paseos en la bicicleta que recibió por su cumpleaños, pero sobre todo la aprovecha en una nueva habilidad que durante toda su vida no había podido realizar y que hasta el momento es su nueva actividad favorita: brincar.
“Le encanta brincar, le brilla la cara cuando ve que ya puede brincar, anda de arriba para abajo” comentó su mamá.
“Una vez tenía la tele a todo el volumen, sonaban el teléfono y el timbre de la casa y Avril estaba brinque y brinque de un lado para otro y yo le dije ‘¡Avril ya estate quieta!’ ¡Ay que rico sentí, nunca me había pasado!” relató la señora.
Aunque para algunos padres el ver a sus hijos hacer travesuras puede ser desesperante, para Elena es todo lo contrario. Después de años de tener a Avril siempre sentadita viendo la televisión, su cambio a niña traviesa es algo que la tiene más que feliz.
“Ahora siempre estoy ‘Avi ya estate quieta por el amor de Dios ¡siéntate!’ Es una maravilla, es algo indescriptible, solo quien lo haya vivido sabe lo que se siente tener un hijo al borde de la muerte, que todos te digan que se va a morir y verla que no, que aquí el que tiene la última palabra es Dios”.
Pero el cambio en Avi no solo radica en su actitud, si no en su físico.
A simple vista y tras comparar las imágenes del antes y después del tratamiento al que fue sometida, rápidamente destacan sus brazos y sus cachetes, los cuales ahora tienen la pinta de alguien sana.
“Ver su carita de color rosa es una satisfacción enorme, grandísima. Incluso su pediatra dice que nada más los que conocemos a Avi sabemos todo por lo que pasó porque en las fotos actuales es una niña totalmente sana, gordita, cachetona, con los bracitos llenitos. Bendito Dios ya es una niña sana”, comentó con gran entusiasmo la orgullosa madre.
“ESTAMOS MUY AGRADECIDOS”
La ayuda, tanto emocional como económica, que la sociedad en general aportó a la familia Gutiérrez García desde que el caso de Avril salió a la luz pública, es algo que Elena tiene muy presente, por lo que ahora hace todo lo que está a su alcance para demostrar su agradecimiento.
“El día del niño fuimos al hospital Materno-Infantil a regalar juguetes y globos junto con una fundación que nos ayudó a botear, fue una muy humilde forma de agradecer tanto apoyo de la comunidad porque de aquí en adelante a Avi se le va a enseñar a ver por los demás, a ser agradecida” indicó.
Agregó que todos quedaron tan satisfechos con los resultados que esperan volver a repetir la experiencia, pero ahora en diferentes lugares como iglesias y otros hospitales.
Por el lado médico, Elena señaló que está enviando la información del caso de Avi a toda la gente que estudio su enfermedad, tanto en México como en España, con la esperanza de ayudar a tratar a más niños a que puedan diagnosticarse oportunamente, además de estudiar la probabilidad de enviar un cirujano mexicano a Houston para que aprenda las técnicas usadas en su hija y hacerlas en Monterrey.
“Parece ser que hay otra niña en la Clínica 34 con la misma malformación de mi niña, pero el caso de Avi está sirviendo para ayudar a más niños, al menos ya evitamos que otro niño pase por lo que pasó Avril: una biopsia de pulmón complicada con un neumotórax, una craneotomía complicada por un absceso” mencionó.
Después de la victoria de Avril sobre su enfermedad, la familia Gutiérrez García se encuentra en fase de recuperación económica, ya que para pagar una parte del costoso tratamiento médico tuvieron que deshacerse de la mayoría de sus pertenencias personales.
Elena comentó con emoción que consiguió un empleo en una compañía de gastos médicos, después de poner una pausa de tres años a su vida laboral para sacar adelante a su pequeña hija.
Entre sus planes está regresar a la escuela para estudiar una especialidad, continuar con su vida normalmente y educar y apoyar lo mejor posible a sus retoños para que tengan una vida plena y feliz.
“Avril todavía no me dice que quiere ser de grande, pero pues lo que ella quiera hacer yo siempre la voy a apoyar, voy a respetar sus decisiones y tratar de orientarla siempre por el buen camino. Esta es una segunda oportunidad que Dios nos dio de tenerla y hay que hacer las cosas bien con ella y enseñarla a ser una gran mujer”.