
Un enjambre de moscas hostiga de manera incesante a una persona indigente que yace incómoda en el suelo, entre los muros externos de un supermercado en la ciudad de Reynosa. Envuelta con una frazada su cuerpo tiembla, pero no responde al llamado del reportero de Hora Cero, que caminaba por el lugar, quien se le acerca para ofrecer un poco de ayuda.
Luego de hablarle en varias ocasiones descubre su rostro, una joven rubia de ojos azules fulgurantes. Visiblemente enferma, desorientada y desnutrida esta germana se encuentra ardiendo en fiebre y con una herida en un pie, severamente infectado.
Su olor es intenso, de muchos días sin asearse. Las moscas no la dejan. Ni siquiera tiene fuerzas para ahuyentarlas. Con un semblante muy desmejorado la mujer accede a responder algunas preguntas. Queda claro que necesita ayuda.
Pero la conversación se torna confusa: sin coherencia ella no acierta a decir su nombre en los primeros intentos. Asegura que su madre nació hace 34 años en Reynosa y ya está muerta.
Hallada en una especie de corredor -de un centro comercial- en desuso, su caso llama la atención del periodista, quien inicialmente piensa que es rusa o ucraniana, pues un grupo numeroso de refugiados de esos países de Europa del este se hospeda cerca, en el hotel Virrey.
Como solicitantes de asilo político de los Estados Unidos y esperando un llamado a la corte desde este lado de la frontera mexicana, los extranjeros son asiduos a transitar por el sector, pero Jennefer, quien finalmente escribe su nombre en el teléfono móvil del reportero, no viaja con ellos. La inmigrante viene arrastrando una historia mucho más compleja.
Entonces este voluntario, al considerar que posiblemente era norteamericana, le ofrece llevarla al puente internacional Reynosa-Hidalgo
y ella acepta, sin recoger nada de lo que tenía consigo.
Después de recibir comida, ropa limpia y un espacio para poder lavarse Jenny recobra fuerzas, pero no las suficientes para poder caminar con normalidad y renquea de su pie izquierdo.
Cuando finalmente arriba al primer filtro de inmigración, a la mitad del cruce internacional, es rechazada por las autoridades. El reportero intercede, mencionándoles que Jennefer se encuentra enferma, pero los agentes de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) no la dejan pasar y piden que sea llevada a un albergue del lado mexicano.
A partir de entonces su caso da un giro significativo. La joven fue admitida en el refugio de Nuestra Señora de Guadalupe, donde recibió temporalmente atención médica inicial, alimentos y un lugar para dormir.
¿QUIÉN ES JENNY?
Después de una ardua investigación que llevó varios días, esta joven logró decir su apellido materno: Döring. En Internet un perfil de Facebook coincidió y ¡bingo!. Jennnefer es localizada en las redes sociales por el reportero de Hora Cero. Aparentemente tenía una vida normal (luciendo un aspecto muy diferente), pero detrás se esconde un infierno. Ahora la tarea era encontrar a su familia.
Tras varios intentos, un contacto de la chica, Stephani Lopez, radicada en Victoria, Texas, responde y es el vínculo entre los familiares. La historia de esta inmigrante comienza a tomar sentido: es originaria de Berlín, Alemania, tiene 34 años de edad y vivió en los Estados Unidos.
Fue su hermana Sidney y su madre, Martina, las que se contactaron con el periodista. Tenían dos años sin tener noticias de Jennefer.
Enterarse que se encuentra viva las alivia y buscan la manera de ayudar. Entonces, una explicación le da voz al por qué esta joven se encuentra extraviada en un país tan lejano, a 9 mil kilómetros de distancia.
A los 16 años, Jennefer Nadine Patrizia Döring, su nombre completo, sufrió un problema de abuso de drogas cuando era estudiante del colegio Wilburgstetten. A punto de morir, fue internada en una institución psiquiátrica. Se recuperó, su vida se rehabilitó y años después ella contrajo nupcias con Josiah Roberts, un militar estadounidense que estuvo destacamentado en
Alemania. Hace 14 años la convenció de ir con él a la Unión Americana y tuvieron un hijo, Josiah (quien actualmente tiene 12 años de edad).
No obstante, al percatarse que Jenny sufría problemas mentales se divorció de ella y la abandonó con el hijo. De acuerdo con relatos, el hombre era constantemente violento y nunca le arregló la residencia americana.
Al radicar en los Estados Unidos de manera ilegal esta mujer no podía tener un trabajo formal. Reincidió en las drogas y los servicios de Cuidado Infantil de Texas le quitaron al niño. Jenny cayó en un vacío emocional y terminó en las calles.
Según expresaron algunos seres queridos hubo personas que se aprovecharon de su condición de salud para alquilar su cuerpo. Vivió en cautiverio y fue víctima de trata de personas.
Por razones desconocidas la muchacha terminó en México. Se presume que las autoridades estadounidenses la deportaron a este país con un grupo de latinos, aunque -en la reconstrucción de su historia- ella asegura que fue traída por una mujer llamada Grace, de Louisiana, que también la abandonó.
CON RIESGO DE MUERTE
A principios de diciembre del año pasado el reportero de Hora Cero la encontró muy enferma. Desde entonces la joven, que paulatinamente se recuperó de sus heridas físicas, ha permanecido en varias agrupaciones humanitarias, pero sigue varada en la frontera, con el riesgo que esto implica.
En sus brazos aún se observan las cicatrices de los cortes que ella misma se habría infligido. Su caso ha llamado la atención de algunas organizaciones que también se han sumado para ayudarla.
En reiteradas ocasiones se solicitó a la Embajada Alemana apoyar a Jenny, así como al Consulado en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, pero al cierre de esta edición no ha habido respuesta.
Su caso es especial, porque de acuerdo con los médicos que la han atendido, ella enfrenta un diagnóstico de esquizofrenia avanzada. Sus seres queridos en Alemania no cuentan con los recursos económicos para poder repatriarla.
Su hermana Sidney está preparando su domicilio para poder recibir consigo a Jenny en un suburbio al suroeste de Berlín, pero se requiere el apoyo de las autoridades y la comunidad para reunir los 30 mil pesos que cuesta el boleto de avión, más gastos adicionales, para trasladarla con un gestor social que la entregará con su familia.
Ante la indiferencia de algunas instituciones públicas otro grupo de asociaciones no gubernamentales como Ayuda Humanitaria Reynosa A. C., Médicos Sin Fronteras, el periódico Hora Cero, el albergue Senda de Vida, la casa del migrante Nuestra Señora de Guadalupe, la Casa del Indigente de Reynosa, Protección Civil, el Hospital General de Reynosa y la Iglesia Misericordia Sin Fronteras, han colaborado para apoyar a esta joven a volver a casa.
En una rueda de prensa este 17 de abril se inició formalmente la campaña ‘Help to Jenny’ dirigida a la ciudadanía de Tamaulipas y el Valle de Texas, así como a las autoridades para recaudar los fondos necesarios. Las personas interesadas podrán contactarse directamente con la fundación Ayuda Humanitaria Reynosa A. C. en su perfil de Facebook o al número telefónico 8992452294.
De acuerdo con la presidenta del organismo, Claudia Romero, esto no resolverá el complejo tema de la inmigración en la frontera, pero es una luz de esperanza para aquellas personas que por circunstancias muy ajenas se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, como es el caso de enfermos con problemas físicos y mentales.
Esta iniciativa podría replicarse para reunificar familias que no propiamente emigran por situaciones del empleo. Los casos como de Jennefer Nadine Patrizia Döring son muy diferentes y merecen total atención.