Desde niño se rehusó a que su discapacidad le impidiera perseguir sus sueños, por eso José Eduardo Iga ha logrado convertirse en cronista deportivo y hasta narra encuentros de la Liga MX. Su esfuerzo lo ha llevado a pertenecer a organizaciones como los Saraperos de Saltillo además de un paso por España.
Nació dos meces y medio antes de lo previsto y eso obligó a los médicos a llevarlo a una incubadora donde se le desprendieron las retinas, pero para José Eduardo Iga, eso no fue un impedimento para adquirir habilidades y abrirse paso en la vida estudiantil y laborar.
Aunque en principio fue complicado, sus padres le enseñaron a ser fuerte y no doblegarse ante la situación, fue así como aprendió a reírse de las desgracias y luchar por sus sueños.
Ahora -aunque no puede ver- practica la narración del futbol soccer. Su entrega y dedicación lo ha llevado a laborar en distintos medios de comunicación y equipos deportivos, sin embargo, Eduardo apunta a desempeñarse como un narrador de partidos en un medio nacional o internacional.
La inquietud de la comunicación nació desde que tiene uso de razón, pues por su discapacidad, sus padres le entregaron una grabadora para hacer su vida menos complicada.
“Desde pequeño mis papás me dieron una grabadora, obviamente por la cuestión de la discapacidad, aunque creo que eso no tuvo mucho que ver en mi elección.
“Fue más bien que me gustaba grabar, llevaba mi aparato para todos lados. En los supermercados preguntaba cosas a los empleados y creo que fue así como nació el gusto por la comunicación”, platicó.
El que no pudiera ver absolutamente nada lo hizo conocer el mundo de una manera auditiva. La grabadora, así como la música y todo tipo de sonidos fueron una referencia importante para que decidiera dedicarse a la profesión del habla, los mensajes y las letras.
Aunque durante su infancia tuvo una época complicada, nada de lo que decía la gente y sus compañeros de estudio lo doblegaron y con ayuda de sus padres, así como su dedicación y esfuerzo, logró salir adelante.
“Mi paso por la escuela fue como el de todos, con carrilla prácticamente a todos nos toca que critiquen algún punto físico de nuestro cuerpo, una condición diferente al resto”, contó.
Recordó que de pequeño sus compañeros se reían de su discapacidad, pero sus padres no lo dejaban caer anímicamente, además que no lo sobreprotegían, actitud que le ayudó a ser fuerte.
“Mi madre me decía: ‘pues qué, a poco no es cierto que no vez’, yo le respondía que no fuera tan dura y ella me replicaba que tenía que aceptarlo y aprender a reírme de las cosas que me pasaban”, rememoró.
Para Eduardo, la postura de su madre lo ayudó a que la discapacidad no fuera una limitación para lograr sus sueños y le ayudó a socializar fácilmente.
“Y así fue, comencé a aceptar eso y empezó a cambiar mi vida de manera muy positiva, veían que no me importaba lo que dijera y después ya era yo quien hacia las bromas”, dijo.
Luego llegó la universidad, en donde aprendió a rascarse con sus propias uñas. Para poder estudiar grababa las clases y aunado a su dedicación en cada discurso de los maestros, los exámenes no eran una complicación.
Su paso por el nivel superior, hizo que Eduardo se exigiera más así mismo, pues sabía que en el mundo laboral tenía que demostrar sus capacidades y distinguirse del resto de los comunicólogos.
SU PASIÓN: NARRAR FUTBOL
El gusto por la crónica y el análisis deportivo nació cuando comenzó a escuchar el futbol, pues la emoción que los comentaristas transmitían a través de la radio hizo que Eduardo se contagiara y decidiera compartir esos mismos sentimientos.
Aunque su inicio en los medios de comunicación fue en la prensa escrita, poco a poco desarrolló la habilidad de analizar los encuentros deportivos en vivo y -en ocasiones- a narrar lo que estaba sucediendo.
“Primero ingresé al Heraldo de Saltillo. Un amigo no escribió una columna en una semana porque no iba a estar y me dijo: ‘vas éntrale, ya le dije al jefe que te vas a aventar mi columna’, entonces redacte sobre el tema, le gustó mucho al director editorial y después de eso me dieron un espacio”, platicó.
Después de un tiempo se fue a Televisa, en donde continuó haciendo editoriales. Fue esa época y por su gran desempeño que se fue seis meses a España para comenzar a especializarse en el tema deportivo.
“En España tuve la fortuna de analizar partidos de la Champions Ligue, en Madrid narré encuentros del Real Madrid y Barcelona”, recordó.
El sueño de Eduardo es poder narrar un mundial y su aventura por el viejo continente fue lo más cercano -como estudiante- a esa experiencia que él cataloga como impresionante.
“Llegando acá (Saltillo) comencé a grabar a Saraperos con mis propios recursos, quería que me contratara el equipo, pero como me preguntaron que cómo le iba a hacer para narrar el juego, tuve que demostrarles de esa manera.
“Mis análisis les empezaron a gustar y para el tercer año ya era parte de los cronistas oficiales de los Saraperos”, expresó.
El cosquilleo por analizar encuentros de futbol continuó en Eduardo y como había tenido una buena experiencia en España, decidió acreditarse en los clubes regiomontanos para reforzar esa área en los partidos de Tigres y Rayados.
Estando en el estadio, se dio cuenta que tenía casi dos horas muertas en las que no hacía nada, fue así que comenzó a practicar la narración haciendo videos en vivo en su perfil de Facebook.
“Comencé a transmitir en mi red social sin el afán de ofender absolutamente a nadie ni de quitar protagonismo, pero con el afán de que mis amigos me vieran y las personas me externaran su opinión de acuerdo a las exigencias reales.
“El asunto se viralizó un poco, un primo lo empezó a compartir y luego muchísima gente comenzó a ver las transmisiones, hubo un día en que tuvimos 48 mil reproducciones, una auténtica locura”, precisó.
Eduardo también forma parte de un programa juvenil en una estación de radio en Saltillo, donde ha adquirido más habilidades frente al micrófono.
‘YO VALGO POR MI TRABAJO’
Ya que un medio de comunicación necesita experiencia en el personal que contrata, sobre todo en los cronistas del balompié, Para Eduardo es de suma importancia que las personas le externen su opinión sincera y constructiva.
Y no su admiración por desempeñar una actividad pese a su discapacidad, pues para él no hay nada más valioso que su dedicación y empeño por mejorar en lo que hace.
“Para desempeñar mi trabajo no le hago caso a nadie, más que a mi instinto y a lo que quiero hacer, si fracaso es una cosa muy diferente pero me parece que eso ya es otra cuestión.
“Si el trabajo de un tipo con discapacidad es muy malo, ni modo que se vaya a su casa, así de fácil. Muchas veces se tiene este tabú de que tienes que contratar a fuerza a las personas con discapacidad y ser generoso y eso no debe ser así.
“Si trabaja bien contrátalo, si no pues no. Esa es la lucha eterna que estoy emprendiendo, si te gusta contrátame, si no, pues sencillamente no”, enfatizó.
Dijo que la clave es intentar las cosas y si se fracasa en el intento no pasa nada, sin embargo nadie le contará sobre la experiencia.
“A mí me dijeron que no podría narrar el futbol, y me dije: ¿por qué no?, a lo mejor no puedo pero déjame lo intento y mira nada más en lo que derivó”, señaló.
Las prácticas de narración en su página de Facebook IgaTV, son el mejor catálogo para que Eduardo pueda mostrar su trabajo, pues aseguró que ahí la fanaticada del balompié puede externar su opinión acerca del trabajo que realiza.
“Creo que más bien la gente me admira por ir por los sueños y lograrlos, porque si fuera por la discapacidad, hay muchos que no hacen nada y no los admiran, más bien creo que debemos de cambiar ese chip y que me admiren o me odien por el trabajo que hago”, sugirió.
Para Eduardo, entre menos gente sepa que no ve es mucho mejor, porque así se deja de producir admiración y por la discapacidad.
“Prefiero que en todo el partido se escuche mi voz y si el trabajo es bueno que la gente diga que le gusta y si no, que mejor me inviten a dedicarme a otra cosa.
“Primero que se fijen en el trabajo, que digan: ‘mira va a narrar el partido José Eduardo Iga, me gusta mucho como le hace, el estilo que tiene para narrar los goles’, y que al último se den cuenta que no veo”, recalcó.
Afirmó que ha logrado obtener méritos suficientes para que una empresa se fije en él, pues afortunadamente las personas se lo externan a través de sus redes sociales y eso le ayudará a que poco a poco se consolide.
Y… ¿CÓMO LO HACE?
Para Eduardo es lógico que las personas se pregunten cómo es que logra narrar un partido de futbol en vivo, y aunque esa interrogativa es algo incómodo, explicó el proceso para poder informar a sus seguidores.
“Me llevo un radio, escucho las narraciones del partido y la voy retransmitiendo en tiempo real porque si no la gente rápidamente se da cuenta.
“Lo vamos retransmitiendo y cuando los comentaristas se ponen a decir cosas que no tienen sentido, que no tienen nada que ver con el partido, es ahí donde entra la inteligencia y el colmillo para analizar”, detalló.
Luego viene el diagnóstico del partido, un trabajo complicado pero bastante emocionante para el comunicólogo, pues le ayuda a generar habilidades y reforzar su crónica.
“El estadio también me ayuda a dar color a mis narraciones, el estadio también habla, emite señales acústicas que me ayudan a desempeñar mi trabajo”, acentuó.
Para Eduardo lo complicado es tratar de hacer las cosas al ritmo de alguien que si ve, pero eso no es impedimento para frenar en su meta.
“Realmente sé que si no lo hago no me van a contratar y me tengo que esforzar hasta que lo logre. Creo que este es el punto donde lo pude conseguir.
“La gente con discapacidad nos hemos victimizado muchas veces disque porque no hay trabajo, pero si no hay chamba es porque no desarrollamos las habilidades y eso es lo que tenemos que hacer”, enfatizó.
“Si el discapacitado tiene habilidades debe tener oportunidades, si no, que se quede en su casa.
“Creo que mediante otros sentidos se puede suplir esa carencia (la vista), a la hora que estoy narrando el partido lo pongo como si estuviera traduciendo de inglés a español, lo vas traduciendo con el chícharo y ¿cuál es el problema?”, dijo.
La ayuda de empresas como el Club de Futbol Monterrey, ha sido vital para que Eduardo pueda reforzar su habilidad y así en un futuro pueda desempeñarse en un medio de prestigio, aunque no descartó trascender en sus redes sociales.
“La idea de empezar a narrar los partidos por el Facebook si fue generar tráfico y comentarios, no para lucrar, sino para llevar evidencias a una empresa nacional o internacional de que la gente si puede seguir mi trabajo y decir si es bueno o no.
“Mi objetivo es que sigan creciendo mis redes sociales, pero también que una empresa grande se fije en mí, porque creo que tengo los méritos metiéndome en el campo real”, expresó.