
Amada por algunos y criticada por otros, Ivonne Álvarez García se perfiló como la “heredera” de gobiernos priistas que desde hace 12 años administran Nuevo León.
Pero la ex candidata terminó su carrera muy por debajo de las expectativas, pues de acuerdo al Sistema de Información Preliminar de Resultados Electorales de la CEE, solo consiguió el 23.5 por ciento de la votación, menos de la mitad que el vencedor Jaime Rodríguez Calderón.
Su campaña fue un contraste entre la popularidad y los escándalos, que terminaron cobrándole factura en los comicios del 7 de junio.
El día de las elecciones Álvarez García inicio su jornada desde temprana hora en la comodidad de su casa, ubicada en el fraccionamiento Contry La Silla, en Guadalupe.
La entonces candidata recibió a los medios de comunicación en su cocina alrededor de las 8:30 horas, mientras calentaba las tortillas para consentir a su familia con unos tacos de barbacoa de pozo.
Cuando daba los últimos toques al almuerzo, confesó que lo suyo definitivamente no era la cocina, y su esposo Mario le dio la razón entre risas.
Mientras su hijo Patricio, quien tuvo que madrugar para la ocasión, se declaró como un “tigre de corazón” y expresó su deseo de que Brasil ganara el duelo que disputaría con la selección mexicana esa misma tarde.
Después de la convivencia, se dirigió a emitir su sufragio en las casilla 0601 del Parque La Amistad alrededor de las 10:00 horas.
La aspirante tricolor llegó repartiendo besos y abrazos al saludar a todos sus vecinos, y como las casillas no tenían mucha afluencia de electores pudo votar con rapidez.
De nueva cuenta en su hogar recibió la visita de su amigo y ex abanderado priista por la alcaldía de Guadalupe, Francisco Cienfuegos, con quien sostuvo una reunión privada por unos minutos.
Al filo del mediodía, Ivonne y su esposo Mario asistieron a misa en la Basílica de Guadalupe, en la colonia Independencia. Ambos escucharon atentos el sermón del sacerdote quien aprovechó la ocasión para exhortar a los creyentes a votar de manera responsable.
En el saludo de paz y al finalizar la ceremonia, decenas de personas se acercaron con ella para tomarse una fotografía y externarle su apoyo y buenos deseos en la contienda electoral, los cuales agradeció con una enorme sonrisa.
La militante priista comentó que dio gracias a Dios por todas las bendiciones que le ha dado y pidió por el bienestar de su familia.
Álvarez García prefirió dedicar las últimas horas de la jornada electoral a tiempo de calidad con su esposo e hijo, lejos de las cámaras, para posteriormente dirigirse a su comité de campaña.
El reloj marcaba las 18:05 horas cuando hizo acto de presencia en su sala de prensa ubicada en el Hotel Crowne Plaza, donde dio a conocer los resultados de su encuesta de salida.
Aunque aseguró que éstos le daban una ligera ventaja contra “El Bronco”, su semblante decía todo lo contrario, pues la gran sonrisa que engalanó su publicidad por más de tres meses se desvaneció y dejó en su lugar una cara seria y desanimada.
Con el paso de los minutos, más encuestas de salida señalaban como ganador virtual a Rodríguez Calderón, información que el diputado federal Héctor Gutiérrez, quien fungió como vocero de Álvarez, tachó de “irresponsable”.
El conteo realizado por el Sistema de Información Preliminar de Resultados Electorales terminó por darle la razón a esos sondeos. Fue entonces que el silencio imperó por parte de la candidata y su comité.
Veintiún horas después de su última declaración pública, Álvarez García ofreció una rueda de prensa donde reconoció su derrota electoral y felicitó a “El Bronco” por el triunfo.
“Yo sobre cualquier interés voy siempre a luchar por Nuevo León y continuaré trabajando fuertemente por este Estado, como lo he hecho durante toda mi carrera política y en el servicio público”, expresó.
Concluyó su discurso de seis minutos agradeciendo a su partido por haberle dado la oportunidad de contender y creer en ella.
Y no hubo espacio para preguntas de los reporteros.