La amenaza de lluvia lo obliga a agarrar su carretón y buscar un refugio bajo los árboles que están a un costado de la Catedral de Monterrey; su mirada es de decepción, presagia que no será un buen día para hacer negocio. Su complexión es baja, pero suficientemente fuerte para empujar ese carretón lleno de elotes y frituras; de cara pequeña, lentes que apenas y si … [Leer más...] acerca de “Lo mío es vender elotes ”