En el sur de Nuevo León existe una academia que ha sobresalido a nivel internacional en la danza aérea: Neraidas RT; una escuela donde un grupo de niñas han aprendido sobre el compañerismo, la humildad en la victoria y la importancia de recuperarse en la derrota.
El 30 de junio del 2019, en Santiago de Chile, la academia Neraidas RT puso en alto los nombres de México y Nuevo León.
Seis niñas de entre 8 y 13 años, triunfaron en las competencias de danza aérea y aros del Elévate Aerial Championship Latinoamérica 2019, donde más que medallas y trofeos, obtuvieron el reconocimiento y respeto de competidores latinoamericanos.
El equipo campeón estuvo conformado por: Alejandra Aguirre Cavazos, Fátima Valdés Tamez, Elvia Montserrat Herrera Flores, María Fernanda Valdés Tamez, Frida Sofía Salazar Leal y Mariana Aguirre Cavazos.
Sonia Guzmán de León, entrenadora de la academia desde su fundación, cuenta la historia de cómo en cinco años han “dado el salto” desde el nivel regional hasta el plano internacional.
Los inicios de la escuela datan de febrero del 2014 en Allende, Nuevo León, con la creación de RT Real Training, academia en la que se solo se impartían clases de Crossfit. Sonia comenta que gracias a la idea de poner telas para que ella entrenara, ocho meses después se fundó Neraidas RT.
“La finalidad nunca fue tener una escuela o dar clases. Pusimos tres telas para ensayar y gracias a Daniel Tamez, mi esposo, me animé a abrir la academia. Para esto contratamos a Alexis Martínez, un amigo que conocía desde hace tiempo y que además fue mi entrenador”.
“Comenzamos dando clases los sábados y entre semana practicábamos lo que habíamos visto el fin de semana. A partir de ahí, establecimos entrenar martes, jueves y sábado”, relata.
Sonia recuerda cómo todo se dio de manera inesperada, al ver como tenía poder de convocatoria en las niñas del municipio, quienes sin dudar la acompañaban a entrenar.
Añade que desde su juventud tuvo el gusto por entrenar disciplinas como atletismo y escalada, por lo que se considera a sí misma como una persona activa y dispuesta a probar nuevos desafíos.
“La pasión por la danza aérea surgió ya que me llamó la atención que combinaba aspectos como la altura, fuerza, flexibilidad y baile. Me fui a probar y me encantó; quedé maravillada y con ganas de más.
“A los 17 años me adentré en el mundo de las telas, ya un poco grande para ser honesta, y fue hasta los 23 que me convertí en maestra. Como dije anteriormente, no era mi plan tener una escuela ya que no me sentía capaz de ser maestra, sabía que me faltaba mucho y hasta la fecha sigo aprendiendo”, explica.
SU EXPERIENCIA CON LAS NIÑAS
Sonia agrega que hoy en día ya no practica la danza aérea como antes. Para ella, es más gratificante ver el crecimiento y desarrollo de sus alumnas que el de sí misma. Comenta que debido a la progresión tan rápida que poseen, el aprendizaje al entrenar es recíproco.
El aspecto que más destaca en su equipo es la amistad, ya que todas son muy unidas dentro y fuera del entrenamiento. A pesar que no se cataloga como su amiga, afirma que posee un cariño excepcional por cada una de ellas.
“Súmale también que son empaticas y determinadas, me gusta mucho la actitud que poseen de: vamos a ganar y no solo hacer un buen trabajo. El que las vean y les pregunten quien las entrenó las llena de una satisfacción indescriptible.
“Considero que todos hacemos un esfuerzo muy grande, comenzando por sus padres que las traen a entrenar, pagan sus mensualidades y confían que están realizando un deporte de alto riesgo en el que son talentosas. El sacrificio de todas las partes involucradas se ve reflejado en su desempeño al competir”, expone.
Respecto al manejo de emociones en la victoria, explica que debido a la edad por la que pasan sus alumnas son muy volátiles al triunfo. Comparte cómo las sobrelleva después del resultado.
“En el triunfo todos somos los más felices. Sin embargo, pasa que les dan aires de exceso de confianza y sentimientos de superioridad. Hay ocasiones donde el alumno se siente más que el maestro, increíble pero cierto.
“El factor triunfar es bueno, pero al estar en una edad donde se es tan susceptible a estos escenarios, a veces sucede que pierden los pies de la tierra. La cosa es así: hay que aterrizar y darle vuelta a la página”, sostiene.
Para evitar estas situaciones, después de cada competencia Sonia realiza sesiones de reflexión y autocrítica, donde les hace ver sus aciertos y errores. Agradece que tengan la mentalidad de “soy capaz de más”, pero les recuerda que nadie es perfecto.
“Las chicas y yo nos ponemos a analizar los videos para ver los puntos positivos y negativos de su participación; con el fin de saber lo que hicieron bien y mal. Más allá de su esfuerzo y talento, sin demeritar claro está, deben reconocer que factores como la participación de las otras chicas contribuye en el resultado.
“Con el fin de evitar el conformismo, motivo a las chicas a seguir e ir por más. Manejar su hambre de logros sin que pierdan la cabeza es el verdadero reto, además ganar es algo hermoso”, refuerza.
En cuanto al factor perder, aclara cómo se vive la derrota y enfatiza que pasar por esta situación posée ventajas y desventajas. Sostiene que para que sus alumnas crezcan, deben vivir las “dos caras de la moneda”.
“La ventaja que más destaco de perder es que te motiva a buscar el triunfo. Te quedas con la espinita clavada, reconoces que alguien lo hizo mejor y eso mismo te mueve a desear la victoria.
“Como desventaja una derrota te puede dar una sensación de depresión y pensar que las demás son mejores. Se inculcan ese pensamiento derrotista cuando la realidad no es así”, afirma.
Además de lidiar con la percepción de las alumnas, Sonia comenta que también la perspectiva de los padres influye. Su apoyo y contribuciones son necesarios para mantener el hambre de triunfo de las menores.
Al hacer una comparación en la derrota, entre lidiar con el apoyo paternal o el aspecto emocional de las niñas, la entrenadora confirma que es más difícil sobrellevar el factor sentimental de sus alumnas.
“Cuesta trabajo levantar la cabeza después de una derrota, pero yo siempre les recuerdo que ya son ganadoras al competir. No cualquiera puede controlar el miedo y los nervios frente al público, a partir de ahí ya están triunfando.
“Independiente de los trofeos y medallas, tener el reconocimiento de la gente llega a ser su mayor premio. Y como somos equipos, o ganamos o perdemos juntas”, resalta.
PRIMERAS COMPETENCIAS
En enero del 2015 la academia Neraidas RT asistió a su primer competencia a nivel regional: la primera edición de “Volarée”. Aunque el equipo tenía menos de cuatro meses de entrenamiento, se decidieron a tener su primera experiencia.
“Fuimos porque somos aventadas y entronas, literal íbamos a ciegas. Éramos aproximadamente 10 niñas y fue en un gimnasio en Monterrey. Gracias a Dios ganamos y nos pudimos traer cuatro medallas.
“Obtener estas medallas fue uno de los sentimientos más emocionantes para mí y las niñas. Si yo muy apenas gané una en mis tiempos, verlas celebrando su logro fue lo máximo”, expresa.
Lo que más motivó a Sonia y sus alumnas a competir fue el deseo de adquirir aprendizaje. Entre risas recuerda que para esa contienda no utilizaron vestimenta llamativa y solo utilizaron ropa deportiva y unas playeras con sus nombres y el logotipo de la escuela.
A finales de ese mismo año, volvieron a destacar en otra competencia en el estado. Fue ahí cuando Sonia vio por primera vez el “factor derrota” en sus pupilas y aprendió a manejar el aspecto emocional.
“Me tocó ver a algunas de mis niñas llorando por que no ganaron, en las pasadas sus lágrimas fueron de alegría porque ni ellas esperaban triunfar. Está bien festejar el éxito de la que ganó pero en estas situaciones necesita más apoyo quien perdió, principalmente por la fragilidad emocional que puedan tener.
“Siempre les he inculcado que hagan su mejor esfuerzo posible. Lo que menos deben pensar es en el resultado, deben gozar estar ahí y dar lo mejor de sí mismas”, comenta.
Además de “Volarée”, tuvieron la oportunidad de participar en más contiendas en Monterrey, tales como “Magic Aereal” y “Extreme Air”. Su primera competencia nacional fue el “Torneo Nacional B – Famous Aerial”, llevado a cabo el 12 y 13 de marzo del 2016 en Querétaro.
“Más que el hecho de competir fuera de casa, es convivir y conocer nuevos lugares, comidas e ideas. Es una experiencia de vida difícil de olvidar”, cuenta.
Al recordar lo vivido en tierras queretanas, Sonia relata que en la competencia se vivió un ambiente de “todos contra todos”, ya que los enfrentamientos eran desde “niñas contra niñas” hasta “adultas contra niñas”.
“Nos dio miedo el pensar cómo una niña de ocho años iba a competir contra una de 15 o peor aún, contra un dueto. Sabíamos que al salir de Monterrey iba a aumentar la dificultad y eso me ayudó a motivarlas a que dieran todo de sí.
“A pesar de que se presentó un entorno más difícil, logramos obtener un primer lugar y lo más importante, experiencia a nivel nacional”, afirma.
En octubre del 2018 llegó una nueva contienda nacional, esta vez en San Luis Potosí. En esta ocasión, había una recompensa para los primeros lugares: un pase para el Elévate Aerial Championship Latinoamérica 2019, el cual se iba a llevar a cabo en Santiago de Chile.
“Fuimos con una motivación extra a San Luis. Las niñas decían antes de competir: y si ganamos nos vamos a Chile. Me gustó la ilusión que traían pero antes de pensar en el viaje les decía que debían triunfar en el presente.
“Lo soñaron tanto que lo pudimos lograr. Fue algo tan anhelado por todas desde que anunciaron el premio por ganar ese nacional. Quien diría que siendo tan jóvenes iban a salir del país y cumplir el sueño de muchos”, describe.
A pesar de que no todas las chicas ganaron, se consiguió la posibilidad de transferir pases. Así, las seis jóvenes tenían en la mira un nuevo objetivo: un campeonato internacional
CHILE 2019
“Tener el boleto era solo el primer paso. Ya teniéndolo en mano nos ahorrábamos las audiciones y procesos de selección, el verdadero reto comenzó a la hora de solventar los gastos del viaje.
“Llegar a Chile fue más allá de: oh si ya nos vamos. Era demasiado dinero el que necesitábamos. Se hizo un trabajo en conjunto entre padres de familia y alumnas”, recuerda.
Dentro de las actividades que hicieron para lograr su cometido fue la venta de dulces y comida, ya sea en la calle, a las afueras de la iglesia o en eventos del municipio. Además, en estos últimos se llegó a rifar un carro y un viaje a Cancún.
Como requisito de la competencia, era indispensable que cada una de las menores fuera acompañada ya sea por su madre o padre, por lo que también se agregó ese gasto.
“No somos millonarias ni nada por el estilo, pero de alguna forma u otra se consiguió el objetivo. Cabe destacar que para completar el dinero, tanto los padres como las niñas pusieron de su bolsillo con tal de cumplir su sueño.
“Dicen que si algo no te cuesta no valoras las cosas. Gracias a esta lección supieron a una temprana edad lo que implica ganarse el dinero, cada una de ellas valoró el esfuerzo y tomamos este aprendizaje como el motivante necesario para ir a Chile y buscar dar nuestra mejor participación posible”, confiesa.
Como parte de su preparación para el campeonato internacional, Sonia recuerda que entrenaban todos los días de la semana. Por lapsos, pensó en descansar los domingos, pero sabía que el sacrificio valdría la pena. En palabras suyas, la intención era clara: competir como nunca antes y poner a México en alto.
“Iban tan preparadas que al llegar a Chile las niñas trajeron de más. Queríamos dar ese plus así que llevaron desde su propia escenografía y atuendos representativos mexicanos, los cuales por desgracia no les permitieron utilizar”, explica.
A pesar que no fue posible usar todos los artículos vistosos que tenían planeados, se pudo dar una participación destacada y sorprender a propios y extraños.
Antes de la premiación, Sonia describe que para las niñas fue más que gratificante el que competidoras de otros países se acercaran a ellas; ya sea para externarles su admiración o les pidieran una foto.
“Desde mi perspectiva eso llena más que una medalla; que le llegues al público por medio de una rutina de 2 minutos. Hicimos un excelente trabajo, esperamos mucho de nuestras rivales y a pesar que compitieron a un excelente nivel, mis niñas se lucieron.
Gracias a los triunfos de sus alumnas, Sonia recibió el premio a “mejor coach” por parte de los organizadores, debido a que fue la entrenadora que ostentó más participantes con preseas.
DESPEDIDA
Antes de regresar a entrenar, las niñas dedicaron un mensaje para motivar a todos aquellos que luchan por cumplir sus sueños y metas.
“Por más grande que sea el desafío, está prohibido rendirse. Nunca se limiten a la hora de soñar”, dijeron.
Lo que comenzó como un pasatiempo terminó siendo nuestra pasión. Todos somos especiales en esta vida y cuando encuentren lo que más los inspire, aférrense a ello y no lo suelten”, comentaron.
Por su parte, Sonia revela la que ha sido su tarea más importante con sus alumnas: mantenerlas motivadas.
“Todos los logros que han cosechado las inspira a ser mejores. Si no tienen motivación están perdidas; por más talentosas, fuertes o flexibles que sean, si pierden el gusto por hacer lo que aman, se acabó.
“Mi deber es que permanezcan apasionadas y emocionadas. Después de como brillaron en Chile tienen el mundo a sus pies”, finaliza. v