A lo largo de casi 30 años la calle Querétaro, ubicada en la colonia Independencia, ha sido testigo de la peregrinación con mayor tradición en Monterrey pues los pajareros salen a su habitual recorrido.
Un día de fiesta en donde al son del mariachi y danzas, las calles eran testigo de este peregrinaje que con el paso del tiempo se ha ido perdiendo.
Aunque en sus inicios sólo la conformaban alrededor de 30 personas, la peregrinación “Los pajareros” creada por Jesús Lozano Tejada ya no celebra igual.
Atrás quedó la gran cantidad de gente que desde temprana hora se citaba para comenzar su peregrinar y que recorría las calles con ese fervor guadalupano que los caracterizaba.
A sus 80 años Lozano Tejeda no olvida los momentos que vivió cuando formaba parte de esta bella tradición.
“Era algo muy hermoso, la peregrinación la organizábamos durante todo el año, comenzaba a juntarse toda la gente y unos a otros se iban diciendo”, mencionó.
La idea surgió a raíz de que en el sector la mayoría de sus vecinos se dedicaban a la venta de pájaros y es por ellos que decide formar su propia peregrinación.
“Se me ocurrió decirles a mis conocidos que organizáramos una peregrinación y como aquí en la colonia habitaban muchas personas que nos dedicábamos a capturar y vender pájaros, pues la nombré Los Pajareros; la primera vez fue muy poca gente y ya después fue más y más, la verdad nos fue muy bien”, recordó el fundador.
Era mediante juntas en la casa de los ex boxeadores, ubicada en la mencionada colonia, donde alrededor de 300 pajareros se reunían para recaudar dinero y planear la ya famosa peregrinación.
LA CELEBRACIÓN
YA NO ES LA MISMA
El día y lugar ya estaban señalados -11 de diciembre-, los pajareros hacían acto de presencia en la “Indepe”.
Sin usar un vestuario que los caracterizara, cada uno salía de su hogar para comenzar la peregrinación.
Con jaulas de pájaros en mano, las personas acudían a la Basílica de Guadalupe donde a su llegada cientos de aves volaban por los techos del templo, acción que ya no se realiza.
“Comenzaba en la mañana, acudíamos a la iglesia a traer los ramos que nos regalaban, era muy bonito lo que se hacía y se veía, a la gente les gustaba mucho que cada año íbamos con nuestros pájaros, todos preguntaban: ´¿cuándo es la peregrinación?´. Uno ni les avisaba porque solos venían a preguntar, como yo vendía pájaros, venían a comprarme y cooperaban para la peregrinación y la gente respondía”, comentó Lozano Tejeda.
Jóvenes, niños y familias completas se daban cita para presenciar el ya habitual recorrido que culminaba en la Basílica.
“Muchas gente que no era pajarera nos acompañaba y llevan sus niños vestidos de indios”, reveló, “mi esposa también iba conmigo, todavía recuerdo que los mariachis me cobraban 75 pesos por todo el recorrido”.
Lozano Tejeda lamentó todo lo que se ha perdido y más porque fue por ellos que esta peregrinación también llegó a México.
“Ellos vieron que aquí se hacía y se copiaron la idea, eran señores que venían a comprar pájaros aquí y vieron la peregrinación y se la llevaron a México.
“Yo digo que el festejo los estamos perdiendo primero porque muchos de los pajareros con los que yo llevaba cada año la peregrinación ya fallecieron, ya nada más hay pura juventud y los jóvenes no estiran mucho para llevarla a cabo” .
Hace más de siete años que Lozano Tejeda se retiró de la peregrinación, pero continúa apoyándolos cuando requieren, pues señala que él fue su fundador y aún siente esa responsabilidad de conservarla.
“Se ve en la iglesia que le gente está fallando y lo único que les pido es que todos respondan como debe ser con la virgen de Guadalupe”, concluyó.