
De acuerdo con la organización Cómo Vamos Nuevo Léon, con base en las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el estado sigue ocupando el primer lugar nacional en incidencia de accidentes de tránsito.
Georgina Treviño, presidenta de la agrupación Pueblo Bicicletero, refiere en entrevista que bajo las condiciones en que está diseñada la metrópoli de Monterrey, priorizando históricamente el uso del vehículo motorizado individual, con amplias calles y avenidas y con una infraestructura que excluye a peatones y ciclistas, el resultado es un alto grado de siniestralidad con fatales consecuencias.
“Las estadísticas así lo refieren, tenemos el nada honroso primer lugar a nivel nacional desde hace 10 años en siniestros viales, y triplicamos al segundo lugar que ni siquiera es una metrópli, que es Chihuahua.
“Entonces eso nos diría que sí, que hay un alto nivel de violencia vial en la ciudad, porque es donde hay más siniestros a nivel global; uno pensaría que con la población de Ciudad de México o Estado de México, pues veríamos allá números estratosféricos, pero no es así. Es Monterrey el líder, y esto es algo que nos preocupa mucho”.
En este grave contexto, Georgina Treviño refiere que los peatones y los ciclistas son las más vulnerables, ya que en términos generales, más del 40 por ciento de las fatalidades ocurren en perjuicio de ellos.
“Porque al final nosotras, nosotros los ciclistas, los peatones lo que traemos es nuestro cuerpo, es nuestra coraza; el vehículo, pues tiene su carrocería y en un choque con esta unidad que pesa una tonelada, contra una persona de 60-70 kilos y con el vehículo a más de 50 kilómetros por hora, pues hay mucha probabilidad de ser atropellada y además fallecer”.
Los registros locales también establecen el alto grado de siniestralidad que padece el estado de Nuevo León, cuya población de acuerdo con el más reciente censo, es de 5 millones 784 mil personas.
30 MUERTOS MENSUALES
El Observatorio Ciudadano de Seguridad Vial en Nuevo León (OCISEVI) reporta que entre enero y junio de este año 2023 ocurrieron 34 mil 109 hechos de tránsito en la entidad, que dejaron 90 muertos y mil 837 heridos, donde destacan las víctimas peatonas y ciclistas.
Desde el punto de vista de Georgina Treviño, la zona metropolitana de Monterrey padece graves problemas de vialidad que trae como consecuencia la violencia y siniestralidad.
La seguridad vial, refiere, tiene que ver con cómo está diseñada la calle, con los usuarios, en cómo usamos la calle y cómo está la legislación alrededor o la aplicación propia de la ley.
Además está relacionada con los propios vehículos también, es decir los pilares de la seguridad vial son: vehículos, infraestructura, los usuarios y las velocidades, donde subraya, el cumplimiento del marco legal es fundamental.
Sin embargo en el área metropolitana prevalecen las condiciones para que los siniestros sigan ocurriendo sin que se avance o se avance muy marginalmente en las acciones para contrarrestarlos.
“En el tema de infraestructura vial, pues tenemos una ciudad que está completamente orientada al coche que promueve altas velocidades; las avenidas están diseñadas para que vayas muy rápido.
“Que diga una avenida aquí se maneja a 50 kilómetros por hora, pues es un decir, la realidad es que el diseño de la calle invita a que vayas más rápido, que vayas al doble”.
En este sentido, las autoridades gubernamentales del estado y de los municipios han dejado fuera en sus diseños de las ciudad a las otras personas usuarias y de acuerdo con la jerarquía de la movilidad, primero deberían ser las personas peatonas, luego las personas ciclistas, enseguida las personas que se movilizan en trasporte público y hasta el final las personas que usan un vehículo individual, motorizado.
En el aspecto legal, muchos reglamentos y normas suelen ser pasados por alto, ya que en la entidad es fácil obtener la licencia de manejo para automóvil o camioneta, sin rigor alguno, incluso mediante prácticas de corrupción, al tiempo que muchos conductores exceden los límites de velocidad, usan comúnmente distractores e incluso manejan alcoholizados, sin que haya sanciones.
Y es que la Multimodalidad ha sido desdeñada u olvidada por las autoridades a la hora de diseñar incluso las estaciones del Metro. Mientras algunos paraderos como el de Exposición en Guadalupe tienen aceptables medidas de seguridad y espacios para todas las personas, estaciones grandes de punto de partida y llegada como Sendero y Hospital Metropolitano son altamente inseguras.
De acuerdo con un recorrido realizado por Hora Cero se estableció que en ambas terminales no hay lugares para que los ciclistas puedan dejar sus vehículos y las zonas seguras para que los pasajeros esperen el Transmetro no existen, lo que hace vulnerables a las personas que concurren esos sitios .
“Eso es precisamente lo que se le ha pedido al Gobierno, ahora que están construyendo las líneas del Metro, porque vemos estas deficiencias en la construcción ya que solo se pone el Metro y se olvidan a todos los usuarios.
“Es decir, cómo voy a llegar al Metro. Tengo que llegar y salir de allí de manera segura, y ahí es donde tengo que cuidar toda la infraestructura peatonal y obviamente también la ciclista, para que tú puedas usar la multimodalidad, bajarte del metro y usar la bicicleta en tu último recorrido, cosas de este tipo”, refiere Treviño.
MTY POR DEBAJO
DE CDMX Y GDL
Y aunque Nuevo León suele destacar en muchos rubros a nivel nacional, en el tema de las ciclovías y la protección a los ciclistas está muy por debajo de la Ciudad de México y Guadalajara.
“Estamos muy lejos de estas ciudades donde se ha hecho una apuesta real por la infraestructura ciclista, desde hace ya varios años, unos 15 o 20 años que han construido carriles y vías para ciclistas, con su mantenimiento, pero sobre todo con continuidad, sin importar ese aspecto de los partidos”, señaló la presidente de Pueblo Bicicletero.
En contraste, en Nuevo León existen ejemplos de cómo algunos alcaldes han hecho ciclovías y luego las han quitado, incluso del mismo partido, algo que llama la atención, como ocurrió en San Nicolás de los Garza.
Allí, la municipalidad hizo una ciclovía que tenía el mejor trazo porque conectaba el centro de San Nicolás con la Universidad (UANL), el Estadio y con la empresa que está por ahí cerca.
“Era una infraestructura muy completa, su trazo, como bien pensada, como quisiéramos que fueran las ciclovías, que realmente conecten con destinos; porque muchas son solo rectas y de un kilómetro y no conducen a ningún lado. Lamentablemente esa infraestructura fue eliminada”, refirió Georgina Treviño.
LA ESCUSA: ´NO
HAY CICLISTAS’
Georgina Treviño refiere que algunos entes de gobiernos suelen decir que Monterrey y su zona metropolitana no tienen muchos ciclistas, cuando en realidad las estadísticas arrojan lo contrario.
Y bajo el argumento de que no hay ciclistas y de que incluso los climas extremos de la metrópli desincentivan el uso de la bicicleta, el gobierno y los alcaldes no instalan infraestructura para estos vehículos.
“Pero la realidad es que de acuerdo con la última encuesta de Cómo Vamos Nuevo León cerca del 11 por ciento de quienes se movilizan por la ciudad dijeron que alguna vez a la semana usan la bicicleta como medio de transporte.
“Entonces es un porcentaje muy alto de personas, unas 250 mil personas moviéndose en este medio, o quizás más, aparte de la gente que suele caminar”, refirió la activista.
Georgina Treviño considera necesario que las vialidades de Monterrey y su zona conurbada deben ser incluyentes y cambiar a fondo la cultura vial.
Menciona que algunas zonas como los alrededores del Tecnológico de Monterrey e incluso algunas calles del Centro con banquetas anchas y carriles reducidos para los automovilistas, suelen cambiar la cara de la ciudad y pacifican las calles.
¿76 KILÓMETROS
DE CICOLVÍAS?
Ante la versión oficial de los alcaldes Metropolitanos en el sentido de han construido en la zona metropolitana 76 kilómetros de infraestructura ciclista, el colectivo Pueblo Bicicletero y la asociación Cómo Vamos Nuevo León realizan una revisión.
Las agrupaciones están actualmente en la evaluación, pero todo indica que a final de cuentas serán en realidad menos de los kilómetros reportados, y además se teme porque algunos tramos estén deficientes e incluso sean inseguros.
Y es que cuando los tiempos de la pandemia algunos ediles se sumaron a la moda e hicieron ciclovías de emergencia, bajando recursos y realizando eventos protocolarios lucidores, para verse socialmente responsables, pero mucha infraestructura fue olvidada y en la actualidad no es utilizable.
LAS BICICLETAS
BLANCAS
En tanto, Pueblo Bicicletero tiene un registro de los ciclistas que han perecido por atropellamiento de vehículos motorizados desde el año 2005 y se ha dado a la tarea de colocar una bicicleta blanca en el sitio donde ocurrió el homicidio culposo, a manera de altar.
La fuente sobre las muertes de ciclistas en la vialidad son los medios informativos.
El colectivo Pueblo Bicicletero refiere que la Bicicleta Blanca es una iniciativa ciudadana que contabiliza y recupera la historia de las personas que al transportarse en bicicleta mueren en siniestros en la vía pública por causa de vehículos motorizados.
“Es una manifestación que demanda justicia para las víctimas y exige una ciudad más incluyente y segura. La actividad consiste en colocar una bicicleta pintada completamente de blanco en un lugar visible del sitio en el que sucede el siniestro vial”.
Entre el año 2005 y hasta agosto de 2023 la agrupación ha registrado en el estado la muerte de 142 ciclistas impactados por vehículos motorizados
Pueblo Bicicletero sostiene que la velocidad de los automóviles uno de los factores más altos de riesgo para quienes se movilizan en bicicleta, pues entre más alta sea, es menor el tiempo de reacción para frenar ante una posible colisión.
La historia de
Las ‘ghost bikes’
De acuerdo con el portal especializado Ciclosfera, las ‘Ghost Bikes’, Bicicletas Blancas, comenzaron a proliferar en el Amsterdam de los años 60, donde el movimiento contracultural anarquista Provo y diseñadores como Luud Schimmelpennink empezaron a estacionarlas bajo el manto de The White Bicycle Plan.
Sin embargo, en ese momento no tenían el propósito actual, sino que aspiraban a “liberar” el transporte a pedales disponiendo bicis de ese color para que cualquier ciudadano pudiera usarlas de forma gratuita y, posteriormente, cederlas a otro que la pudiera necesitar.
Ciclosfera apunta que existe un cierto consenso sobre la primera vez que alguien utilizó una bicicleta blanca para denunciar la vulnerabilidad de los ciclistas. Fue en 2003, cuando Patrick van der Tuin, un ciudadano de San Luis (EE UU), fue testigo de la muerte de un ciclista tras un violento atropello.
Conmocionado por los hechos, Van der Tuin decidió colocar una bicicleta blanca con un mensaje, “Ciclista golpeado aquí”, cuya presencia impactó inmediatamente a los conductores y le llevo a instalar otras 15 más por toda la ciudad.
La fuente añade que lo cierto es que la idea no era completamente suya: un año antes, en 2002, un artista de San Francisco llamado Jo Slota pintó de ese color las bicicletas abandonadas que encontró por la ciudad, bautizándolas como Ghost Bikes.
“Cuando se enteró de que en San Luis y otras ciudades se habían apropiado del concepto se sintió contrariado, pero al descubrir la denuncia implícita en estos actos decidió que había merecido la pena”.
Hoy, las bicicletas blancas se pueden encontrar en prácticamente cualquier ciudad del planeta.