Una noche antes no podía dormir por las ansias de que amaneciera para irnos al río, podía ser el Ramos, Raices, el Fraile, que al final son el mismo, o el Barrial, el destino casi siempre era la Carretera Nacional.
Un día antes, Viernes Santo ya habíamos vivido los oficios de la religión católica, el Víacrucis, y después esperábamos con ansias el Sábado de Gloria.
En fin, todo el atuendo y accesorios estaban listos, el short, la toalla, el salva vidas, los goggles, los tenis, porque andar descalzos en el río no era para cualquiera, te podías cortar con un vidrio o simplemente aguantar las piedras en las plantas de los pies.
Por fin llegaba la mañana o la madrugada y era el primero en levantarse, se suponía que todo estaba listo una noche antes pero siempre salían pendientes para nuestro viaje a la naturaleza con la familia.
Darle de comer a los animales, preparar la comida, que no se olvidaran las vasijas y sobre todo subir todo a la roña, una vieja camioneta Datsun que mi abuelo le vendió a mi padre, eran algunas de las tareas que no disfrutaba en nuestra salida familiar.
Sin embargo todo eso se hacía a regañadientes y con las ansias de ya ir en el camino saboreando una bolsa de fritangas.
Todos listos en la roña y de repente el Sultán se agarraba a ladrar, “esperen hay que llevarlo”, decía siempre alguien y de pronto el perro ya estaba bien contento arriba de la camioneta moviendo la cola de un lado a otro.
La casa de la tía Lena, Walmart las Torres o algún otro lugar era el punto de reunión, ahí nos quedábamos de ver para que los adultos se pusieran de acuerdo y ver que era lo que faltaba, la cerveza o miados del diablo, como le decía la tía Lena, no podía faltar.
Cuando agarrábamos carretera, en caravana, nada me hacía más feliz que pensar en la llegada, agarrar el mejor lugar junto al rio y entrar al agua.
Tacos den harina con frijoles o huevo en salsa, o lonches de pan Bimbo con aguacate, jamón, mayonesa y queso, era lo que comíamos a media mañana, mientras los grandes primero se sentaban a disfrutar una rica cerveza, Corona, Tecate, Carta Blanca, era lo más común en ese entonces.
Después de que descansaban un poco, por ahí del medio día comenzaba a alistar el carbón y la parrilla, mientras tanto las mujeres preparaban la carne con limón y sal, eso era suficiente para darle el toque perfecto a los pedazos de costilla, flecha, aguja, sirloin o chuletón que llevaba cada quien.
En cambio la chiquillada se divertía en el agua, casi siempre había una soga en un árbol de la cual nos columpiábamos para caer en la parte más honda del río en donde los más pequeños tenían prohibido llegar.
El sultán no tenía lugares prohibidos, se metía al agua y nadaba sin remordimientos o preocupaciones, ese perro era igual o más feliz que la chiquillada dentro del agua, no se diga si estaba con nosotros.
Una bocina o sonido de algún auto ambientaba el lugar, lo más común era escuchar música de Ramón Ayala, Los Traileros del Norte, Los Cardenales de Nuevo León, Los Invasores o cualquier otro grupo norteño.
Y para ser honesto no siempre se necesitaba la música, pues no faltaba otra familia que llevara un enorme cajón haciendo retumbar los árboles y amenizando para muchos.
Cuando la carne estaba lista todos los chiquillos nos arremolinábamos alrededor de la parrilla para ‘capear’ un pedazo, no podía faltar la cebolla asada, la salchicha y una buena salsa.
Por mi parte seguía con las fritangas, siempre he sido fan de todo esa sabrosa y deliciosa comida chatarra. Para el sultán quedaban los huesitos.
Cuando terminábamos de mover el bigote teníamos prohibido entrar al agua, tenía que pasar al menos una media hora para que no fuéramos a quedar tiesos dentro del afluente.
Si nos daban ganas de hacer del uno, el río era el lugar perfecto, pero si era del dos, teníamos que buscar un lugar entre la hierba, eso cuando no había un baño público disponible.
Una vez pasado el tiempo sólo nos quedaba disfrutar el resto de la tarde en aquel paraje turístico de Allende o Santiago.
A lo mejor uno de pequeño no se daba cuenta y esos eran nuestros destinos turísticos porque no había dinero para ir a la playa y esa era la distracción que nuestros padres podían darnos en las vacaciones.
Lo cierto es que fueron momentos memorables e inolvidables que uno atesora en la mente y el corazón, sobre todo recordando a los que se adelantaron en el camino.
Son momentos que nunca volverán, pero que ahora nos toca preparar para que nuestros hijos vivan la experiencia de vivir unas vacaciones en la ciudad.
Los destinos
Así como muchos no tienen los recursos para salir de la ciudad o simplemente no tienen el tiempo para ausentarse de sus labores, hay diversos destinos turísticos en Monterrey y el Área Metropolitana.
Para romper un poco con la rutina hay diversos parajes al sur de la mancha urbana, en Santiago se encuentra el Barrial un espacio en el río La Chueca que se entra por la Carretera Nacional yendo de norte a sur dando vuelta a la izquierda en la calle 4 Caminos.
Los Cavazos, La Chueca, la presa de La Boca, La Cola de Caballo son otros destinos turísticos de Santiago que cada fin de semana o en vacaciones se abarrotan de paseantes locales y de otros lugares.
En los Cavazos, un destino comercial y gastronómico ubicado sobre la Carretera Nacional a la altura del kilómetro 252, se pueden encontrar el tradicional y suculento pan de elote, o los buffetes que hay en sus restaurantes en donde no puede faltar la comida norteña como el asado, costillas, carne asada, entre otras cosas.
Muebles rústicos, dulces tradicionales de Nuevo León, elotes y otras artesanías, también se pueden encontrar en Los Cavazos.
Precisamente a esa altura de sur a norte está la carretera a la cortina la salida que lleva al parque La Chueca, otro paraje acuático rodeado de naturaleza de la Sierra.
La Presa de la Boca es otro destino más para visitar y aunque hoy por hoy no tiene tanta agua
El Parque Ecoturístico Cola de Caballo es otro espacio recreativo aunque no muy libre para meterse al agua; ahí se entra por la calle Cola de Caballo que se encuentra a unos 700 metros de la plaza principal de El Cercado yendo de norte a sur.
En Allende se ubica el Río Ramos, que obtiene diversos nombres según el lugar, muchos acuden a La Peñita, El Fraile, Raices o las Adjuntas, a todos esos lugares se accede por Carretera Nacional dando vuelta en Ramiro Tamez o Libertad.
Nuevo León tiene infinidad de sitios para salir de la rutina, desde paisajes enclavados en la sierra hasta rios y balnearios o parques públicos.
La Huasteca en Santa Catarina es otro lugar en donde la gente puede acudir para pasar un rato en familia, ya sea para escalar la montaña o pasear en bicicleta, la Huasteca puede ser una distracción más en las vacaciones de Semana Santa.
En Monterrey también hay opciones para aquellos que se les dificulta agarrar carretera o adentrase en las montañas y ríos.
El Parque España y sus albercas, el Parque Tucán, el Parque Aztlán, son otras opciones para despejarse durante los ‘días santos’.
Guadalupe,Escobedo, Pesquería, Apodaca, entre otros, también tienen sus opciones como El Parque Tolteca, La Pastora, El Río La Silla, Los Cavacitos El Divertiparque o el Ojo de Agua para no salir tan lejos.
Si de diversión se trata cada uno de los lugares antes mencionados tiene su esencia para relajar a las personas durante la época vacacional.
Todo Listo
Ya las autoridades tanto del Estado como de diversos municipios arrancaron con sus operativos para la Semana Santa.
El Gobierno de Nuevo León, puso a disposición de las personas tanto el personal y equipo de diversas corporaciones para su seguridad.
Los cuerpos de seguridad de auxilio se ubican en los principales puntos turístico de la entidad, así como carreteas y caminos.
En dicho operativo participan dos mil efectivos de Fuerza Civil, Protección Civil, entre otros y estará vigente hasta el próximo 7 de abril.
En Monterrey Protección Civil y personal de Parques hicieron lo propio con la visita a los centros recreativos para prevenir anomalías y dar mantenimiento a las instalaciones.
Las albercas recientemente están habilitadas en los parques de Monterrey, no sólo durante las vacaciones de Semana Santa, sino hasta septiembre de este 2024.
Fernando Fernandez, director de Protección Civil de Monterrey, detalló que desde días antes de Semana Santa, ya habían visitado puntos turísticos para revisar las instalaciones.
“Preparamos las zonas más visitadas, hicimos recorridos preventivos para tener los controles de los accesos al Cerro de las Mitras, Estanzuela, Cerro del Chupón y otros lugares que son atractivos para la gente que vive o vista Monterrey.
“También hicimos inspecciones preventivas en parques municipales como Aztlán, España, tucán o Monterrey 400 con la intención de arreglar o disminuir todo lo que pudiera representar un riesgo”, declaró.
Además la Capital de Nuevo León también preparó una oferta cultural con exposiciones en museos como el Metropolitano, el Pabellón Cultural, La Batalla y el Foro Unido en la Alameda.