Que Roger Waters haya decidido lanzar en las plataformas digitales la película de su presentación en Amsterdam de la gira Us + Them no es cosa menor. El recital, de dos horas de duración, en un prodigio de música, tecnología y comunión entre el intérprete y su público.
Quienes han seguido la carrera de quien fuera el líder de la mítica banda Pink Floyd hasta que fue desterrado por un motín encabezado por David Gilmour, ya están acostumbrados a sus firmes posiciones políticas en las que no tiene empacho -y mucho menos miedo- de ser políticamente incorrecto y ponerse de lado de aquellos a quienes el status quo ha señalado como terroristas, parias en su propia tierra (estoy hablando de los Palestinos, por si no lo entendieron).
Esta gira que arrancó el 21 de mayo de 2017 y recorrió 34 países del mundo, recolectando 94.7 millones de dólares no es un feliz tour por la ruta del recuerdo, donde Waters complace a sus fans interpretando los hits que todos quieren escuchar y corear.
Esta es la gira más política en la historia de Waters, quien a sus 76 años de edad sabe que no tiene sentido contenerse al momento de expresar sus ideas políticas y, por ello, convierte a este concierto en una experiencia complicada, incómoda en ocasiones. Está claro que el artista no desea entretenernos, quiere que tomemos una posición política entre “nosotros” y “ellos”.
Aquí los clásicos temas de álbumes como Dark Side of The Moon, Meddle, The Wall, Wish You Where Here, Animals y hasta Is This the Life We Really Want no están para ser coreados por los fanáticos, sino que sirven para contar una historia de racismo, ansiedad, locura, violación a los derechos humanos, migración forzada y el dolor de una madre quien tiene que dejar ir lo que más quiere en este mundo para asegurarle un futuro lejos de las balas y las bombas asesinas de los drones del Ejército de los Estados Unidos.
Para enfatizar su intención, Waters decide sorprender al auditorio, rompiendo las secuencias de las canciones del concierto, pues de la nada inserta temas como One of These Days en medio del arranque de Dark Side of The Moon, o detiene súbitamente y de golpe su versión de Money para lanzar su mensaje contra Donald Trump.
De hecho, es el presidente norteamericano quien sale más golpeado en toda esta experiencia, pues es convertido en el rostro de los “cerdos que dominan” el mundo y vapuleado durante casi 12 minutos con la soberbia Pigs Three Different Ones, del álbum Animals.
Es cierto, la voz de Don Roger ya no está en sus mejores años; sin embargo, logra movernos con estrujantes interpretaciones que vienen más de las tripas y el corazón que de la garganta.
Si nos ponemos puristas, podemos criticar que el ensamble que acompaña a Waters, aunque cumple con sus versiones de los clásicos de Pink Floyd, se queda muy corto en su intento por alcanzar el nivel vocal de David Gilmour en las grabaciones originales. Un problema recurrente en la carrera solista de Roger.
Lo que es innegable es el prodigio de tecnología que es este concierto, que gracias a proyectores HD, un ingeniosísimo armado de pantallas y unos cuantos rayos láser, es capaz de colocar a los asistentes en medio de las portadas de Animals y Dark Side of the Moon.
El film, dirigido por Sean Evans y el propio Waters, rinde un homenaje a la diversa y entregada fanaticada del músico inglés, que llega hasta las lágrimas cuando se encuentra frente a su ídolo.
Incluso, como una gotita de miel en un amargo café expresso, Waters comparte imágenes de las enternecedoras convivencias con los distintos niños de todas las ciudades del mundo donde se presentó y quienes lo acompañan en The Happiest Days of Our Lives y Another Brick on the Wall parte 2 y 3.
Aún así los minutos finales de la película impiden que espectador se vaya contento, satisfecho de haber gozado durante dos horas con los clásicos de Pink Floyd, pues Waters y Evans se aseguran de recordarle que esa felicidad es efímera, que allá afuera hay pobreza, miseria y desigualdad generada por “cerdos” que hoy dominan el mundo.
Us + Them es un evento no sólo cinematográfico sino musical que, a diferencia de muchos otros proyectos similares, nos obliga a pensar si realmente estamos haciendo nuestra parte para convertir este planeta azul en un mejor lugar para vivir.