Nuevo León ocupa el primer lugar a nivel nacional de accidentes viales de acuerdo a estudios del INEGI, una estadística que es confirmada por personas que han sobrevivido a graves accidentes donde la imprudencia y abuso del alcohol han sido factores predominantes.
Monterrey es una ciudad que sufre de altos índices de accidentes de tránsito. De acuerdo a cifras proporcionadas por la Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad, ocurren entre 70 y 90 incidentes diarios.
De acuerdo a la autoridad, muchos de estos accidentes vienen cuando los automovilistas conducen de manera agresiva y no utilizan las direccionales al momento de cambiar de carril, lo que provoca colisiones.
Patricio Salazar Peña es un joven de 24 años residente de Colinas de San Jerónimo, quien fue víctima de una imprudencia provocada por la pésima cultura vial de Monterrey. Tal accidente provocó la pérdida total de su automóvil a seis meses de haberlo comprado.
Los daños físicos y materiales pasaron a segundo plano. Este accidente dejó en él un miedo tanto a volver a manejar, como transitar por la ciudad. Su experiencia reafirmó su disgusto por el estilo de manejo que existe en la zona metropolitana.
Desde que cursaba la preparatoria Patricio anhelaba un automóvil. Relata que fue muy insistente con sus padres ya que recorría largas distancias en su día a día.
“Soy de padres divorciados, por lo que mi mamá vivía en Colinas de San Jerónimo mientras que mi papá residía en Cumbres. Con cualquiera de los dos que me quedase era un largo camino para llegar a la Prepa UDEM.
“Insistí más que nada con mi papá, ya que él era el que poseía el capital. Siempre tuvo miedo de que yo manejara en la ciudad y decía textualmente: ‘el 90 por ciento de las personas que conducen en Monterrey son unos animales’”, comenta.
Durante mucho tiempo acompañó a su padre como copiloto, lo que provocó que Patricio compartiera la opinión negativa sobre la forma de manejar de los regiomontanos.
“Ya sean camiones, motocicletas o coches particulares, siempre veía cómo todos se pasaban los altos, invadían carriles sin uso de direccionales, aceleraban por todo y en el peor de los casos, observábamos hasta cuatro accidentes por día.
“El ver eso como nuestro pan de cada día contribuyó a que mi papá se negara a enseñarme a manejar o pagarme clases de manejo y súmale que consideraba que estaba muy chico para adentrarme en ese mundo”, expresa.
Al entrar a la universidad, Patricio comenzó a moverse en las calles de la ciudad tanto en transporte público como privado. Sus vivencias en estos servicios aumentaban cada vez más su deseo de tener un carro.
“Si algo caracteriza a Monterrey es que su transporte público es caro a comparación de otras ciudades grandes como la Ciudad de México o Guadalajara. Eso sí, reconozco que su calidad no es tan deplorable como en otros lugares.
“En ese entonces también usaba la aplicación de Uber y las tarifas solían ser muy elevadas. Hubo un punto donde llegué a hacer cuentas y saque la conclusión que con lo que gastaba aquí podía pagar la gasolina de un coche.
EXPERIENCIA AL VOLANTE
Tres años después de iniciar sus estudios universitarios y cinco tras su primer intento por conseguir un automóvil, obtuvo lo que tanto deseaba. Con sus ahorros, más el financiamiento de su padre, su sueño se hacía realidad.
El 23 de febrero del 2018 un KIA Rio 2018 de color gris, recién salido de la agencia, llegó a las manos de Patricio. En palabras suyas: fue uno de los mejores días de su vida.
“Para pagarle el favor a mi padre los papeles se invirtieron. Me tocó estar al volante cuando íbamos desde una salida padre-hijo o a algún mandado. Además, me asesoraba y reforzaba mi forma de manejo.
“Era lo mínimo que podía hacer por él, sin su financiamiento no habría conseguido el coche. Además quería que viera cómo su hijo comenzaba a hacerse un adulto responsable.
Aunado al orgullo de su padre, quienes se subían a su auto confirmaban que tenía un buen estilo de manejo. Todos esos comentarios lo motivaban a no ser “un regio más del montón que no sabe manejar”.
Patricio sostiene que manejar en Monterrey es difícil. Comenta que las avenidas que más “dolores de cabeza” le causaron al volante y donde vio más imprudencias fueron Paseo de los Leones, Madero, Barragán, Gonzalitos, Constitución y Morones Prieto.
“Uno de mis mejores amigos me compartió una frase que jamás olvidare: ‘te vas a enseñar a manejar en la ciudad cuando domines el Centro de Monterrey’. Más razón no pudo tener, aparte de tener avenidas con mucho tráfico, se presenta la impertinencia al volante en su máximo esplendor.
“Algo que también me enseñó esta ciudad es que el regio en la lluvia es la persona más pendeja que te puedes topar en el mundo. No me explico qué les sucede cuando llueve, se sabe que bajo esas condiciones climáticas se debe manejar de manera cautelosa, pero aquí aceleran y le pisan a más no poder”, sostiene.
Patricio relata que la avenida donde vivió los peores incidentes fue en Paseo de los Leones, donde contempló desde choques y derrapes hasta atropellos, principalmente en la Rotonda de las Casas, ubicada en Cumbres Cuarto Sector y conocida popularmente como “Llave de Oro”.
EL ACCIDENTE
Sucedió la madrugada del 26 de agosto del 2018. Patricio salía de una reunión en la colonia Del Paseo Residencial a las 2:00 horas con dirección a la casa de su madre.
“Cabe aclarar que debido a una operación a corazón abierto que me realizaron en mi infancia, no puedo ingerir alcohol en ninguna de sus presentaciones. Por lo tanto, me encontraba en condiciones aptas para conducir.
“Aproximadamente a las 2:30 horas transitaba por la avenida Insurgentes. Mi semáforo estaba en verde y observé cautelosamente mis alrededores antes de cruzar. No vi ninguna luz o alguien aproximarse”, relató.
De pronto un Toyota Camry se pasó a toda velocidad el semáforo en rojo. El auto impactó la polvera izquierda del carro de Patricio y lo lanzó a una toma de agua de lado derecho de la avenida.
“Quedé prensado mientras que la parte delantera de su carro se encimó sobre el mío. En un abrir y cerrar de ojos sentí un estruendo y aparecí estrellado. No pensé en culpables, solo quería salir vivo de esa situación.
“Agradezco a que mi coche tuviera bolsas de aire por todas partes, ya que eso amortiguó el golpe y evitó que sufriera alguna lesión significativa o se me incrustaran vidrios”, comenta.
Al lograr salir del vehículo Patricio cuenta que el mayor miedo que tuvo en ese instante fue que le diera un paro cardiaco. Llegó a sentir la taquicardia “a todo lo que daba” y en un punto pensó que sucedería lo peor.
“Lo primero que hice al ver que alguien se acercó a ayudarme fue pedirle que le hablara a mi mamá. Quienes estaban a mí alrededor me ayudaron a tranquilizarme y sentí como las pulsaciones disminuían.
“Mientras revisaban a la pareja noté como el chavo no paraba de maldecir y amenazar a las autoridades. En él vi reflejado la impertinencia al volante mezclada con el alcoholismo, lo cual resultó ser una pésima combinación”, relata.
Después de revisar la escena, el policía en turno quiso detener a Patricio por “protocolo” ya que no presentó heridas de gravedad, mientras que el otro sujeto se había abierto la cabeza y su novia tenía vidrios incrustados en el rostro.
“Gracias a Dios llegaron de la Cruz Roja. Me ayudaron a evitar que el oficial me detuviera y también al analizar la escena, decidieron llevarme con la pareja para trasladarnos a un hospital.
“Nos llevaron al Christus Muguerza del Obispado, a aquellos los llevaron a urgencias ya que requerían una operación por las heridas que tenían. En cuanto a mí, me internaron tres días donde recibí visitas de mis amigos y seres queridos”, explica.
Mientras estaba internado, Patricio recuerda que un agente de tránsito le dijo: “este choque es un mensaje que Dios te está mandando porque tienes que reacomodar tu vida”. El mensaje, en palabras suyas, le cayó como anillo al dedo.
Pasados los días recibió el alta médica y regresó su vida cotidiana. De acuerdo al reporte de la aseguradora, el auto fue declarado como “pérdida total”. Comenta que recibió una compensación monetaria la cual catalogó como “una mentada de madre”.
“Ya pensando con la cabeza fría, perder el carro fue el menor de los males. Salí completo y gracias a Dios sin ninguna herida a considerar. Lo que si me causó rabia fue que el otro sujeto no tuvo consecuencias legales y como no tuve lesiones de gravedad, la aseguradora sostuvo que no procedía una demanda.
“Recuerdo muy bien que entre todas las pendejadas que aquel decía estando borracho, es que era de familia adinerada y podía tanto pagarme el daño como evadir la justicia.
“Supongo que si usó sus influencias ya que estaba alcoholizado y quedó impune; el chiste se cuenta solo. Deseo con todo mi ser que nadie más sea víctima de sus estupideces”, puntualiza.
Las consecuencias más significativas que Patricio sufrió tras el accidente fueron dos: una sordera intermitente que se prolongó por cinco meses y el miedo tanto a manejar como a transitar en avenidas concurridas. También, su madre se volvió muy sobreprotectora.
“Asistí a terapia psicológica para superar lo más pronto posible todo esto. Me dijeron que el miedo se quita al volver a manejar. Además, me pasó muy seguido que rechazaba manejar el carro de algún amigo si se encontraba en estado de ebriedad o por mero gusto.
“Después de lo que pasé te compartiré mi reflexión en torno a todo esto: el problema del regiomontano no es que no sepa manejar, es que no sabe conducir”, finaliza.
RESPALDO DE EXPERTOS
Azael Castillo Vargas, Director de Tránsito de Monterrey, explica que existen tres fenómenos que provocan los accidentes de tránsito: el factor humano, el vehicular y de camino. El 80 por ciento de los accidentes se deben a la cuestión humana y su principal causante es la distracción.
“La causa número uno de la distracción es el uso del celular –ya sea atendiendo llamadas o escribiendo-, lo que lleva al accidente más frecuente, que es el choque de alcance. Sin embargo, también se pueden suscitar descuidos provocados por la música a todo volumen, distraerse con los pasajeros y en el exclusivo caso de las mujeres, mientras se maquillan.
“Las avenidas que ostentan más tráfico son: Constitución, Gonzalitos, Garza Sada y Paseo de los Leones. En la denominada hora pico -horario de 6:30 a 9:30 y de 18:00 a 20:00 horas- se presenta una afluencia de más de 11 mil vehículos en Constitución, lo que la convierte en la más transitada del municipio.
“En cuestión de accidentes las ya mencionadas avenidas se repiten. En los cuatro años que hemos estado en el cargo lo único que varía entre ellas es cual lidera. Estadísticamente, tenemos más incidentes donde hay más descarga vehicular. Una vez más, Constitución encabeza este rubro”, sostiene.
Añade que en época vacacional se descongestiona el tráfico, lo que permite a los conductores aumentar la velocidad. Sin embargo, esto suscita a que suceda el accidente de volcamiento. Agrega que avenidas como Lázaro Cárdenas, Garza Sada y Carretera Nacional frecuentan mucho este incidente.
Respecto al tema de manejar en estado de ebriedad, Castillo Vargas explica que ha aumentado la implementación de antialcohólicas de manera permanente.
“Antes solo estaban disponibles de jueves a sábado, ahora ya ampliamos los horarios y los días. Considero que los cambios a los operativos han rendido frutos.
“Han ido a la baja tanto las multas como los accidentes, lo que nos indica que la gente está tomando conciencia. Aunado a ello, ha aumentado el tránsito de servicio público como taxis y privado como Uber y las demás aplicaciones sobre los carros particulares”, afirma.
En cuanto al supuesto de que la pésima cultura vial se origina por que no asisten a escuelas de manejo, comenta que en Monterrey es de ley asistir a pláticas en el departamento de Cultura Vial si se desea tramitar la licencia de conducir, aunado a los exámenes teórico y práctico.
“Al principio, el departamento únicamente visitaba planteles educativos en el nivel preescolar y primaria. Hoy en día, lo ampliamos hasta el nivel universitario y ya abarcamos tanto colonias privadas como el sector empresarial. En este último capacitamos a prestadores de servicio público desde la perspectiva del automovilista como el peatón”, reitera.
El artículo 2 del Reglamento de Tránsito y Vialidad del Municipio de Monterrey establece las jerarquías en cuanto al uso del espacio público en los diferentes modos de desplazamiento: peatones; ciclistas; motociclistas; servicio de transporte público individual o colectivo; transporte particular automotor y servicio de transporte de carga.
Castillo Vargas detalla la duda sobre si el peatón es quien más peligra en cuanto a accidentes de tránsito. Expone que ellos también contribuyen con ciertas acciones y comenta respecto al miedo peatonal a la vuelta continua.
“En muchos de los casos donde hay un accidente en el que esté involucrado el peatón, tiende a tener la responsabilidad. Además de derechos, también debe cumplir obligaciones, tales como caminar por las banquetas, usar los cruces y puentes peatonales.
“Tenemos una campaña denominada Peatón Seguro en la cual además de hacer hincapié en las ya mencionadas, enfatizamos el no usar dispositivos celulares mientras se transita. Estos, junto con los audífonos a todo volumen, provocan distracción visual y auditiva, y conlleva a los atropellos.
“La vuelta continua está permitida pero debe hacerse con precaución. Objetivamente, el conductor ha fallado ya que el peatón debe tener la preferencia. Ante eso, hemos implementado un operativo permanente en la zona centro de Monterrey para tratar esta cuestión”, sostiene.
En relación sobre si el estrés influye tanto en el estilo de manejo como en el número de incidentes, Castillo Vargas confirma que la aseveración es correcta y revela el día con mayor índice de accidentes
“Se puede observar en el día a día. Ve cómo están los viernes por la tarde, donde la gente se mueve a prisa por cumplir sus compromisos hechos en la semana, sumado al estrés acumulado en el transcurso de esta, provocan tanto congestión vial como imprudencias al volante.
“En cambio los lunes, como andan descansados, ves menos tráfico ya que la gente está más relajada y se toma su tiempo en sus traslados. El estado anímico si es factor en la cultura vial”, agrega.
“Yo siempre he dicho que el tema de cultura vial se debe implementar en los planes de estudio desde el nivel preescolar. Me gustaría la impartición de esta materia ya que así se logrará que todo niño que será un futuro conductor y peatón crecerá y sabrá andar en las calles”, finaliza.
PARA GRIS PARA GRIS
Nuevo León, líder en accidentes
De acuerdo al estudio “Accidentes de tránsito terrestre en zonas urbanas y suburbanas 2018” realizado por el INEGI, ocurrieron 365 mil 167 accidentes en el país.
En Nuevo León se registraron 80 mil 863 incidentes, lo que lo posicionó en el primer lugar de la investigación. El segundo y tercer lugar lo ocuparon Chihuahua (25 mil 938) y Jalisco (24 mil 957), respectivamente.
A diferencia de otras entidades de la República, en el estado se considera como accidente de tránsito caer en un bache, el cual es el más mínimo. Esto contribuye a que la diferencia entre primer y segundo lugar sea tan prolongada.
En base a datos proporcionados por Tránsito de Monterrey, el 60 por ciento de los automovilistas tienen asegurado su vehículo. Esto les garantiza la reposición de auto robado o chocado, pago de daños materiales, protección legal, asistencia vial y cobertura de daños a terceros y gastos médicos
Fue el municipio de Monterrey el que más contribuyó a la estadística con 33 mil 534 accidentes, lo que equivale a un 41.47 por ciento a nivel estatal.
A nivel nacional el estado aportó más de la quinta parte (22.14 por ciento), mientras que la capital regiomontana acumuló cerca de la décima parte (9.18 por ciento) de los incidentes.