De ser uno de los meses más tradicionales del calendario a casi pasar desapercibido, noviembre en Nuevo León también se “contagió” de la crisis e incertidumbre derivada por la pandemia del Coronavirus.
Ni el tradicional Día de Muertos que brindaba alegría y color a miles de hogares al recordar a los que partieron, pudo levantar el ánimo de un estado que parece estar en una “meseta eterna”.
Contrario a ediciones pasadas, donde algún incidente o riña acaparaba los reflectores, en El Buen Fin edición 2020 predominaron las ventas en línea, aunque solo en cuatro días destacaron las aglomeraciones que a la larga podrían derivar en una cadena de contagio.
Paralelamente, el aniversario 110 de la Revolución Mexicana dejó de lado su tradicional ceremonia y se tuvo que conformar con un discreto homenaje en el monumento a Francisco I. Madero que duró poco más de 15 minutos y que sus multitudes fueron el principal ausente.
CELEBRACIÓN MUERTA
Octubre cerró con 82 mil 12 casos de Coronavirus y 4 mil 585 muertes y abrió el siguiente mes en medio de un constante “sube y baja” que día con día vaticinaba un rebrote.
En vísperas del 1 y 2 de noviembre, el titular de salud estatal, Manuel de la O Cavazos, adelantó que ambos días los panteones estarían cerrados con el fin de evitar cualquier aglomeración o salida innecesaria y reiteró que desplegarían operativos.
“Esto no es un juego, más de 4 mil 500 familias sufren por la pérdida de un ser querido. Estoy seguro que ya conocen a alguien que falleció, no esperen más y reforcemos los cuidados.
“En Nuevo León somos muy inteligentes. Hay más tiempo que vida y no sean atrevidos, si se contagian no sabremos cómo se comportará el virus en ustedes y puede pasar lo peor, afirmó.
Dicho y hecho; las autoridades cumplieron su palabra: desde días antes se anticiparon y colocaron anuncios de cerrado en los camposantos y otro aspecto tradicional fuertemente afectado por la contingencia fue el altar del Centro de Monterrey, que no estuvo a las afueras del Palacio de Gobierno.
El característico altar fue colocado en la Explanada del Museo de Historia Mexicana, mismo que se vio “muerto” ante las pocas personas que se acercaron a apreciarlo o tomarse la tradicional foto del recuerdo.
Adornado con un camino con fotografías de personas fallecidas en el reciente año, el camino al tributo estuvo también contó con flores de cempasúchil y un arco de forraje verde.
En esta ocasión venía con dedicatoria especial al sector salud, quienes no han desistido en su lucha contra el “enemigo invisible” y que con día con día se arriesgan por salvaguardar a la población.
“3 Museos dedica esta ofrenda al personal relacionado con el sector salud que ha perdido la vida a causa del Covid-19 como un homenaje y reconocimiento a su labor, entrega y sentido de humanismo y empatía que mostraron con nuestras familias”, se leía en un texto aledaño.
Al mismo tiempo, tras caminar por las calles del primer cuadro de Monterrey no se percibió ese “olor a altar” que abrumó en el 2019, producto de una mezcla entre cempasúchil, calabaza, velas aromáticas y otras flores.
También las catrinas y catrinas que solían salir a calles concurridas como Morelos y Juárez a ser fotografiados faltaron y muchos de estos se limitaron a publicar sus creaciones en las redes sociales.
Al igual que muchos vendedores callejeros desde que comenzó la pandemia, aquellos encargados de la mercancía alusiva al Día de Muertos vieron caer sus ventas estrepitosamente ante unos transeúntes cortos de ingresos.
A su vez, hizo falta escuchar a los vendedores en el Mercado Juárez que un año atrás apenas y observaban un cliente potencial decían: “llévele llévele, sus florecitas, calaveritas o la máscara que gusten”.
EL BUEN FIN
En medio de un escenario donde los contagios no disminuían de los 500 diarios, las muertes se encontraban por encima de la treintena y los hospitalizados seguían en el millar, llegó El Buen Fin.
Con el objetivo de evitar un escenario catastrófico, los organizadores del evento cambiaron el formato por primera vez desde su implementación en el 2011 y en lugar de durar cuatro días se extendería a 12.
A pesar de las constantes críticas hacia el “festival de ofertas” por parte de la comunidad que argumentaba que no era esencial llevarlo a cabo, las autoridades estatales mantuvieron firme la convicción, aunque reiteraron a la población que optaran por las compras en línea.
El 9 de noviembre comenzó el “vendaval de descuentos” y el primer establecimiento en conglomerar a cientos de personas fue la tienda Nike ubicada en el cruce de Padre Mier y Galeana del Centro de Monterrey.
Si bien los presentes portaban cubrebocas, la omisión a la sana distancia acaparó los reflectores tanto dentro como fuera del negocio, mientras que los siguientes cuatro días la afluencia bajó considerablemente.
Sin embargo, del 14 al 16 de noviembre la gente “olvidó” la existencia de la pandemia y aglutinó las calles de la capital de Nuevo León, escudándose en el puente de la Revolución para salir a buscar ofertas y contagios.
La elevada presencia de peatones hizo recordar a los fines de semana antes del Coronavirus, donde el cruce de Interplaza a la Plaza de la Tecnología emulaba lo visto en ciudades como Nueva York o Tokio, guardando sus proporciones.
Inclusive, por esos tres días volvieron los fantasmas de los “fatídicos” meses de junio, julio y agosto, donde la nueva normalidad terminó con el #QuédateEnCasa y se registraron jornadas de records en casos y muertes.
DISCRETO ANIVERSARIO
En un hecho inédito ante la crisis sanitaria derivada por el Coronavirus, el Gobierno del Estado realizó una discreta celebración por el 110 aniversario de la Revolución Mexicana.
Contrario a años anteriores en lo que un desfile militar abarcaba desde el Palacio Municipal hasta la Explanada de los Héroes, la conmemoración se dio en el monumento a Francisco I. Madero con el tradicional protocolo de honores a la bandera y el Himno Nacional.
Acompañado por representantes de la Séptima Zona Militar, el Congreso del Estado y el municipio de Monterrey, el Secretario General de Gobierno, Manuel González Flores encabezó la ceremonia.
“No muchos años atrás todos disfrutábamos de una festividad a nivel nacional. Nuestra vida ha cambiado, llegó para quedarse y ordenar a la sociedad en sus formas y procedimientos muy probablemente para siempre.
“En un homenaje tan sencillo nos encontramos rodeados de una pandemia que no permite que los festejos, desfiles y despliegues se realicen”, remarcó.
El funcionario estatal reiteró que ante el momento de incertidumbre provocado por la contingencia, la vida institucional sostiene al país y señaló que sin ella la nación se hubiera “convulsionado”.
“Honramos a los líderes de hace 110 años y hoy con respeto y un gran afecto toca honrar al personal médico. Será un triste aniversario sin celebraciones, pero singular por la forma en que lo estamos viviendo”, concluyó.