Un día de diciembre de principios de los 80, Luis Eugenio Todd supo que Edson Arantes do Nascimento “Pelé” era O´Rei no sólo en la cancha, sino fuera de ella.
Llevado por Eduardo Jonás “Edú” hasta la puerta de la casa del astro, en la ciudad de Santos, Brasil, conoció la intimidad de Pelé y de su gran calidad como persona.
“Edú me invitó a pasar el Año Nuevo en su casa, Edú era, si mal no recuerdo, de Belo Horizonte, y yo estaba en Buenos Aires, me invita Edú a cenar en su casa, que estaba casado con una güera”, recuerda el ex presidente de los Tigres y ex Rector de la UANL.
“Me invita a Porto Alegre, y ahí le digo: “Quiero conocer a Pelé, y él me lleva a Santos, desde afuera (de la casa) le dice “soy Edú”, y Pelé cree que es un muchacho que lo molesta, y dice “no me ponga, gorro”, soy “Edú, el que jugó contigo”, y Pelé sale y nos muestra el museo, cena con nosotros, era un tipazo Pelé, la diferencia entre todos estos es la personalidad. Pelé era tazón de azúcar comparado con Maradona, que era sangronsísimo”, expresa Todd.
Todd aprovechó para invitar a Pelé a Monterrey para promocionar el Sorteo del Tigre. Y O´Rei aceptó, por lo que estuvo en la Sultana del Norte a finales de enero de 1982.
“Queríamos proyectar ese torneo, habíamos conocido a Pelé muy bien previamente, porque Edú, había jugado con Pelé de extremo izquierdo, Edú jugaba con nosotros, y Edú me invitó en su casa en Brasil, y entonces me presentó a Pelé en Santos, y yo lo invité a venir a hacer una especie de propaganda para el Sorteo de los Tigres”.
“Como era muy amigo de Edú, entonces lo conocimos en Santos donde tenía su pequeño museo, lo invité y dijo que sí”, recuerda el ex Rector.
En la casa de Pelé, Todd estuvo acompañado de su esposa Elvira Lozano, y de Edú.
Aquí en Monterrey, durante su estancia que duró casi una semana, promocionó el Sorteo del Tigre, también participó en un partido entre jugadores de los Tigres, en el Gimnasio Nacional, y le rindió un homenaje el entonces Gobernador Alfonso Martínez Domínguez.
“Aquí en Monterrey lo traje a mi casa, ahí en el cerro, se tomó fotos con mi esposa, con mis hijos, era una gente muy buena, muy generosa, muy buena persona, tenía mucha bonhomía, trataba bien a la gente, la gente lo quería”, relata Todd.
Pelé había estado en Monterrey dos veces antes, en 1971, cuando el Santos, de Brasil, enfrentó a los Rayados, en el Estadio Universitario. En 1976 estuvo en la Ciudad para impartir unas clínicas a niños.
Como en todo el planeta, Pelé dejó una enorme huella en el corazón de aquellos que convivieron con él en Monterrey.
“Era un tipazo Pelé”, resume Todd.