Los últimos 365 días de la vida de María Elena Ríos Ortiz han sido lentos y dolorosos. Son los mismos desde que esta saxofonista mixteca sobrevivió a un intento de feminicidio que todavía la hace despertar cada mañana con miedo.
A un año del ataque con ácido que trastocó su vida, continúa a la espera de una justicia que no ha llegado completa.
En entrevista con El Universal, a seis meses de su ataque, la joven reconoció que finalmente logró volver a tocar el saxofón, lo que se ha convertido en una forma de alimentar su fe de que la justicia le va a llegar.
“Yo lo que quería en ese momento era morirme”, señaló la joven al recordar los primeros días posteriores al ataque con ácido del que fue víctima.
Sin embargo aseguró que más allá del daño físico que le hicieron, este ataque también le cambió la vida a sus padres, quienes son adultos mayores.
“Cómo le cambias el chip a mis papás que tienen más de 60 años, pues ambos abandonaron su vivienda en Huajapán de León para dedicarse por completo a los cuidados que necesito”, indicó.