Hace poco más de dos años llegó a Monterrey el servicio de taxis que se convirtió en competencia de los autos de alquiler controlados por las centrales obreras. Sin embargo, poco a poco algunos usuarios de esta aplicación han visto con tristeza que la calidad del mismo ha comenzado a caer, generado por la disminución de costos al usuario.
A finales de 2014 el servicio de taxis privados Uber llegó a Monterrey. De inmediato, la oferta “del transporte del siglo XXI” sedujo a miles de regiomontanos, quienes hartos de los tradicionales taxis verdes descargaron la aplicación en sus teléfonos inteligentes y tabletas electrónicas.
El terreno para Uber fue fértil: las malas condiciones de los autos de alquiler de las centrales obreras, el mal servicio de sus conductores y los abusos en el cobro de los trayectos lo hicieron crecer rápidamente en la mancha urbana.
Y aunque en un inicio el costo del servicio era mayor -35 pesos como tarifa mínima-, a inicio de 2016 la compañía anunció la reducción de tarifas en Monterrey y otras ciudades mexicanas para dar mayor difusión y hacerle frente a las constantes agresiones de los taxis tradicionales.
Sin embargo, el precio no fue lo único que cayó.
Diversos usuarios revelaron que la calidad en el servicio también disminuyó con el anuncio, ya que al abaratarse los costos, los socios de Uber recurrieron a “eliminar comodidades” para que sus bolsillos no fueran tan golpeados.
Paula Rodríguez lleva dos años usando la aplicación. Y aunque se vio beneficiada con la baja del costo del servicio la ausencia de clima en algunas unidades como parte de las medidas de algunos choferes para ahorrar gasolina no la satisface.
“Hace como cuatro meses me tocó el primer Uber sin clima y pues la verdad no está padre porque el calorón está bien feo y luego nada más llevan el vidrio abajo y la verdad no me gustó.
“Yo creo que hubiera preferido seguir pagando normal, así como estaba antes, a aguantar algunos carros que me han tocado sin clima”, aseveró la habitante del municipio de Escobedo.
Cuando Ricardo Torres bajó la aplicación a mediados de marzo descubrió que algunos de los beneficios que le platicaron sus amigos, simplemente ya no existían.
Y es que la tradicional goma de mascar o agua que se ofrecía a los pasajeros también ya era omitida por la mayoría de los socios Uber.
“Haz de cuenta que yo me subí al carro y no me ofrecieron nada y pensé que era porque mi primer viaje iba a ser gratis, pero después me dijeron mis amigos que no, que antes te lo ofrecían (los chicles y aguas) desde el primer viaje y a mí nada”.
“Uso Uber a diario desde marzo y te puedo decir que de todos los carros que me han tocado nada más como cuatro me han ofrecido agua y uno chicle. Está bien, tampoco es como que tenga sed todo el tiempo o que quiera chicle, pero se supone que ese era uno de los atractivos de Uber”, expresó el vecino del Tecnológico de Monterrey.
Como él, decenas de estudiantes de la zona son usuarios de la aplicación de taxis privados, cuyos precios pueden aumentar conforme a la oferta y la demanda con la llamada “tarifa dinámica”.
Lo anterior también ha provocado molestias en algunos pasajeros, quienes en un “abrir y cerrar de ojos” ven aumentar las tarifas del servicio.
Y aunque la aplicación informa sobre los aumentos y el tiempo de disminución, la sugerencia de algunos usuarios es que se respete el precio de la primera vez que se oprimió el botón de “PIDE Uber”.
“Para empezar ya van dos veces que pido Uber y después de cinco minutos me cancelan. O sea, que tengo que pedir otro y eso ya es llegar tarde a mi trabajo.
“Ahora, uno de esos Uber lo pedí cuando no había tarifa dinámica y me canceló después de cinco minutos. Cuando me cancelan tengo que pedir otro, pero al intentar el Uber ya era más caro. Entonces, aparte de que iba a llegar tarde a mi trabajo tenía que pagar más”, expresó Enrique Saucedo de 24 años.
Incluso, los propios choferes de Uber exhiben en los trayectos los motivos por los que se han visto forzados a quitar comodidades en sus viajes, acorde a los propios usuarios.
PREFIEREN UBER A TAXIS VERDES
“Por más malo que sea el servicio de Uber es mucho mejor que cualquier taxi verde”, asegura Enrique Saucedo, vecino de la colonia Florida de Monterrey.
Y es que, a pesar de los inconvenientes con el servicio privado de taxis, el mal sabor de boca que dejaron los tradicionales taxis verdes los anima a seguir en la aplicación.
Los tres entrevistados coincidieron en que no regresarían a la forma tradicional de solicitar taxis –en la calle o de bases-, pero pidieron que se atiendan sus sugerencias en el servicio.
Y aunque los taxis verdes han intentado competirle a Uber al lanzar también sus aplicaciones como Easy Taxi, se han quedado cortos ante el crecimiento del servicio de origen estadounidense.
Más allá de las quejas, los usuarios señalaron que es común escuchar a diario que un conocido se sumó a las filas de Uber tanto como socio que como usuario.
Y eso bien lo sabe la compañía que recientemente anunció el inicio de operaciones en otras tres zonas del país: Saltillo, Durango y la Comarca Lagunera.