Las historias de fantasmas que “habitan” en casas viejas o abandonadas suelen dar miedo, aunque ya forman parte del imaginario colectivo, pero a veces, lo más atemorizante es enfrentarnos a los “demonios” internos que hemos albergado a lo largo de nuestra existencia.
La novela “Tiempos Canallas” de Jaime Alfonso Sandoval, reúne elementos como el misterio, la nostalgia, el miedo, así como la importancia de eventos históricos tanto a nivel personal, como colectivo.
Diego, el personaje principal, es un adolescente en la década de los ochenta que, debido a la muerte de su madre, tiene que dejar su vida en España para empezar una nueva en México, un país que acababa de pasar por los estragos del terremoto de 1985.
“Yo quería contar una historia de un edificio encantado, pero quería darle la vuelta; no quería que fuera la historia de siempre, entonces elegí un momento histórico, una colonia y un edificio que de alguna manera fuera como el símbolo de los personajes que están rotos.
“Por eso elegí una colonia rota, por los terremotos de aquel entonces, un edifico que estaba dañado y familias rotas que llegaban a vivir aquí porque era lo más barato que en ese momento existía”, explicó el también autor de la trilogía “Mundo Umbrío (Las dos muertes de Lina Posada, La Traición, La Venganza)”.
Al quedar huérfano de madre, Diego se viene a vivir con Teo, su padre, a la Ciudad de México, quien a sus 37 años hacía vida de soltero y rentaba un cuarto, pero al hacerse cargo de su hijo tuvo que buscar un lugar digno para vivir, por lo que renta un departamento en el edificio Begur, en donde el chico español conoce a Conde y Requena, sus nuevos amigos mexicanos.
Los tres están pasando un momento difícil en cada una de sus vidas, pero al mismo tiempo van encontrando el amor, y van encontrando entre ellos una especie de fraternidad, comentó el escritor.
“Diego vive un proceso de luto, llega a México totalmente deprimido porque su madre acaba de morir, y tiene que convivir con un padre que para él es un desconocido, además porque Teo es muy inmaduro, pero justo conoce a Conde y Requena en el edificio quienes son más o menos de su edad.
“Y a pesar de que tienen sus propios problemas, ellos están de alguna manera en otro nivel emocional y jalan a Diego para que entre en una investigación que están haciendo por cosas que suceden en el edificio Begur”, refirió Sandoval.
ARTE, HISTORIA Y MISTERIO
El edificio Begur, en el que vive Diego y sus amigos, está ubicado en la Colonia Roma, que fue una zona de desastre a mediados de los ochenta, y fue precisamente en este sitio donde el autor vivió en su época de estudiante.
“Aunque el libro empieza en el presente con alguien que está recibiendo cartas, la historia se desarrolla en 1987, y elegí este año, porque fue cuando yo me fui a la Ciudad de México a estudiar la preparatoria y casi dos años antes sucedió lo del terremoto del 85.
“El barrio estaba muy golpeado, pues todavía podías ver casas y edificios dañados, todas las huellas del terremoto, y en aquel momento nadie quería vivir ahí, las rentas eran muy baratas. Además, este barrio tiene la particularidad que cuando se hizo hace más de un siglo hicieron casas preciosas, edificios muy bonitos que intentaban imitar a los que hay en Europa”, mencionó.
Recordó que diariamente tenía que pasar por ese rumbo para ir a la preparatoria donde estudió, pero ahora su madre tiene 20 años viviendo en esta colonia, por lo que ha visto su transformación en todo este tiempo.
“Yo me metí a estudiar a una escuela que era una Casa de la Cultura, que era una casona muy grande, pero la renta era bajísima porque la gente tenía miedo que en otro temblor se cayera otra vez.
“Y yo quería que el edificio de alguna manera conectara además con los personajes que están ahí, con la memoria de la ciudad, que se conectara con otros tiempos, y entonces ese barrio representaba el estado anímico de los personajes”, destacó.
Indicó que el “Begur” está basado en dos edificios reales que todavía existen en la Colonia Roma: uno se llama Edificio “Río de Janeiro” y también se le conoce como la “Casa de las brujas”, porque tiene un techo con forma de sombrero de bruja antiguo.
“Y otro que se llama el Edificio Vizcaya, que está en borde de la colonia en donde inicia otra, y el cual tiene muchas leyendas y sus propios fantasmas. Entonces hice un compendio de estos dos edificios para construir el mío”, relató.
En “Tiempos Canallas” hay mucho de historia en el “Begur”, ya que ahí llegaron a vivir los refugiados españoles en los años 40, y recabar toda la información para este libro, le llevó a Jaime Alfonso Sandoval, alrededor de 10 años.
MÁS ALLÁ DEL TERROR
El escritor originario de San Luis Potosí, que tiene en su haber varias novelas sobre terror, señaló que a él le gusta este género porque considera que son símbolos de lo que sucede en las vidas de los seres humanos.
“Lo que sucede con los géneros de terror o de fantasía, de alguna manera también son símbolos, más allá del terror, hay un grupo lector que le gusta mucho este tipo de historias, pero no solamente estás hablando de la casa encantada.
“El verdadero tema puede ser el asunto de la violencia en una pareja, o un maltrato intrafamiliar y se expresa a través de la cuestión paranormal, por ejemplo, lees cuentos de hadas y todos esos son símbolos de algo que sucede en la familia, de la violencia que puede haber por parte de una madre o de un padre que se transforma en bruja o en ogro”, argumentó Sandoval.
Comentó que personalmente no cree en los fenómenos paranormales porque siempre se le encuentra una explicación lógica o científica a estas experiencias difíciles de olvidar para aquellos que las han tenido.
“Lo único raro que me ha pasado a mí, en un teatro antiguo de la Ciudad de México, yo era asistente de dirección, entonces todo el mundo se asustaba y cuando yo subía hasta el último piso del teatro para apagar todas las luces y encender la cabina de efecto especial que era un humo, yo estaba solo pero siempre sentía que empezaba a oler un perfume de mujer que me acompañaba.
“Bueno, yo decía: no he visto un fantasma pero lo he olido; y lo digo como anécdota, porque a lo mejor alguien me va a dar una explicación, pero también me he encontrado con gente que dice: es algo que sucede cuando extrañamos a nuestros seres queridos que ya trascendieron”, compartió.