Los pinchazos de la aguja que introduce la tinta para marcar la figura que se haya decidido dibujar en el cuerpo, y el ruido de la máquina que ayuda a plasmarlo, provoca una inyección de adrenalina tanto a quien realiza el tatuaje como a la persona que se lo aplican.
Décadas atrás las personas tatuadas eran rechazadas y mal vistas por la sociedad, incluso fueron discriminados, tachados de delincuentes, drogadictos, entre otros términos despectivos. Sin embargo, en la actualidad se ha comenzado a reconocer a esta actividad como una forma de arte digna de admirar.
La popularidad por grabar el cuerpo se ha consolidado en Reynosa y el crecimiento por el gusto de los tatuajes es tal, que a la fecha ya existen varios lugares donde es posible obtener uno.
“Dolor y Placer” se encuentra ubicado en el corazón de la Zona Centro de esta frontera, donde un grupo de jóvenes originarios del Distrito Federal han logrado convertirse en los favoritos por sus trabajos al tatuar.
Luis Fernando Martínez, mejor conocido como “El Negro”, tiene más de diez años en esta ciudad “marcando” la piel de sus clientes.
Desde los 16 años le nació la pasión por hacer dibujos y grabarlos en sus amigos con plumones o tintas que se borraban.
“Siempre me ha gustado dibujar y empecé a plasmar lo que imaginaba; ‘tatuaba’ a mis amigos con plumas, pero después por curiosidad me fui acercando a los estudios de tatuadores profesionales para ir aprendiendo las técnicas y poco a poco me fui especializando. Al principio solamente observaba, luego dibujaba diseños y simulaba los tatuajes, pero no los hacía pues me daba miedo hacer algo mal y echar a perder la piel”, señaló.
Tras años de estarse preparando, decidió tatuarse por primera vez. Actualmente tiene más de 20 figuras en su cuerpo con diversos significados, pero su verdadero deseo es tapizarse toda la piel.
Fue a los 21 años cuando comenzó a marcar el cuerpo de otras personas en un estudio del Distrito Federal. Años más tarde decidió cambiar su residencia a Reynosa y desde que llegó comenzó a desarrollar este trabajo.
“Desde el día que llegué a Reynosa empecé con los tatuajes y no he parado porque lo disfruto mucho. Es una forma de expresarte mediante tus diseños. Es muy agradable ver la cara de las personas que grabas cuando se sorprenden por lo que plasmaste en su piel”, mencionó.
“El Negro” aseguró que su empleo se ha convertido en terapia por la creatividad y concentración que requiere al momento de realizar esta labor.
“Algunas veces llegas y lo disfrutas desde el diseño, puede ser que vengas de cierto humor o con problemas, pero al tener contacto con la piel, la tinta y escuchar el ruido de la máquina todo se empieza diluir porque te concentras en plasmarlo sobre la piel”, compartió.
Hasta su estudio profesional, ubicado en la calle Juárez número 815 de la Zona Centro, llegan personas que llevan alguna foto o idea de un tatuaje y en algunos casos tiene la posibilidad de hacer alguna propuesta al cliente para mejorarlo.
“Es creatividad y la confianza de proponer mejorar un diseño que a veces el cliente ni se imaginaba que podía quedar de esa forma y se va más contento con el trabajo o regresa para hacerse otro”, mencionó.
Y aunque ya perdió la cuenta de todos los tatuajes que ha realizado, asegura que en los diez años que
tiene realizando este trabajo, ha rayado desde la cabeza hasta las plantas de los pies.
“No habido un espacio del cuerpo que no haya tatuado. Cada uno tiene su complejidad, técnica y estilo. Tatuar llega a ser cansado tanto para la persona que lo plasma como para el cliente, en una ocasión tuve una sesión de 15 horas que fue horrible y la tuve que detener porque estaba agotado aunque la persona estaba dispuesta a seguir pero podía arruinar el tatuaje por el cansancio. Recuerdo que se trataba de unos retratos grandes en las costillas”, señaló.
Sus sesiones son de cuatro horas máximo para no lastimar la piel y no dejar traumatizado al cliente por el dolor. No obstante, llegan personas de otras entidades o de Estados Unidos que solamente tienen ese día para
hacerlo y es necesario terminarlo.
Señaló que existen otros casos de quienes hace años se hicieron un tatuaje con el nombre del novio o alguna figura mal realizada y que acuden al estudio con la idea de taparlo.
“Nos llega mucha gente que pide modificar o componer tatuajes porque en su tiempo se puso el nombre del ser amado y creía que era para siempre pero después hay que darle borrón. Otras personas van a lugares donde les cobran muy barato pero les hacen un mal trabajo.
“En esos casos es necesario usar más la imaginación para que no sea tan complicado. Obviamente es mayor el compromiso porque vas a trabajar sobre un lienzo ya rayado y si tu pones un diseño que no es el apropiado termina peor. Es más laborioso pero no imposible, lo único es buscar hacer un excelente trabajo para tapar el anterior”, explicó.
En el estudio “Dolor y Placer” mensualmente tapan o modifican más de 30 tatuajes, por eso “El Negro” recomendó que busquen la calidad en los trabajos y que revisen los portafolios de quienes les harán el grabado.
“Es importante que no se dejen guiar solamente por el precio porque hay grabados que pueden ser muy baratos, pero lo primero es la calidad, la higiene, que observen el tipo de trabajo del artista y el área dónde realizan esta labor” , indicó.
Lamentó que algunos buenos tatuadores no inviertan en su material, por lo que al hacer el trabajo por más extraordinario que sea el diseño tendrá baja calidad.
“Muchas veces son tintas corrientes por lo que el pigmento queda opaco, las agujas no son las adecuadas o no cuentan con la suficiente higiene lo que puede provocar infecciones y enfermedades. Son varios elementos que tienes que tener en cuenta, principalmente el material que sea nuevo y estéril, además que cuenten con su permiso de Salubridad y que tengan un área especial para esterilizar y con ello evitar la contaminación cruzada”, agregó.
Se dan los casos de personas que por no pagar mucho acuden a cualquier lugar a tatuarse y días después llegan a su estudio con problemas infecciosos por trabajos mal realizados y sin higiene.
Cuando sucede algo así le recomiendan ir directamente con un dermatólogo. También se presentan con una alergia a la tinta y en esos casos se puede sugerir aplicarse un ungüento. Sin embargo, un descuido puede generar una infección lo más grave, una hepatitis B o hasta VIH por el material contaminado. Aunque no es común que se registre, existe la posibilidad de que se pueda transmitir.
Luis Fernando invitó a las personas que deseen hacerse un tatuaje que busquen un estudio de calidad y que maneje estrictas medidas de higiene.
“A mi me gusta trabajar por cita para dedicar el tiempo necesario a cada tatuaje y al cliente, sin embargo, lo principal es la higiene y calidad. Es necesario platicar de la idea del diseño y entrar bien en contacto con su idea para dibujarla. A mi me gusta hacer el dibujo en lugar de copiarlo de Internet porque todo el mundo lo usa y es mejor darle un toque creativo y original.
“Al cliente le mostramos el material nuevo, estéril y desechable, además de las tintas. El trabajo se realiza en una o varias sesiones dependiendo del tipo y tamaño del tatto. De la misma manera les damos una lista de recomendaciones porque el resultado también varia mucho si lo cuidan de forma adecuada, la manera de
lavado, la cicatrización, exposición al sol, uso de bloqueadores solares,
entre otras”, indicó.
ARTE QUE SE ADMIRA
Algunos tatuajes se han convertido en verdaderas obras de arte, y aunque en el siglo pasado se rechazaba a las personas que los portaban, ahora la mentalidad ha cambiando para bien.
“He notado el cambio en la forma de pensar de la gente, muchos creen que aún te discriminan pero nada de eso, realmente tiene que ver la forma en la que te expreses y el respeto. Mis tatuajes y trabajo me ha abierto ciertas puertas, incluso hasta te ven y se te acercan para preguntarte. No tiene nada que ver ni la edad, profesión, religión o nivel económico, en la actualidad cualquier persona se hace un tatuaje por gusto o significado”, dijo.
Y agregó: “Me acuerdo que me tatué por primera vez a los 16 años y en ese entonces la gente que iba cruzando sobre la misma acera se cambiaba de lugar al verme tatuado, las señoras agarraban su bolsa cuando me sentaba al lado de ellas en el micro en el metro, agarraban a sus hijos porque les daba mal aspecto o eso era lo que percibían, pero en la actualidad es diferente. A mi estudio vienen doctores, licenciados, ingenieros, amas de casa, es decir llega todo tipo de personas y ya no existe ese prejuicio”.
“El Negro” compartió que cuando inició en este oficio cometió lo que considera un error que a la fecha le sigue causando remordimiento.
“Un día recién llegué a Reynosa vino una señora con su hijo de ocho años de edad para pedirme le hiciera un tatuaje permanente al menor.
“Con el consentimiento de la madre, el niño me pidió le hiciera un soldadito con la bandera de Estados Unidos en el brazo. Sin embargo, después me sentí mal porque finalmente se trataba de un pequeño que estaba sintiendo dolor, además cuando creció su piel se estiró y se deformó la figura por lo que muchos años más tarde vino nuevamente para que lo arregláramos. Obviamente su gusto por los tatuajes siguió creciendo, ahora viene para seguirse pintando el cuerpo. Entró al Army (Ejército) y somos buenos amigos, claro que nos seguimos riendo de lo que pasó hace años y de cómo tuvimos que arreglar su primer tatuaje”, recordó.
Otra experiencia muy singular que compartió es el caso de un señor de 75 años que toda su vida fue maestro y siempre quiso rayarse el cuerpo, sin embargo, al ser mal visto por la sociedad se limitó.
“Muchos años atrás deseó hacerse un tatuaje pero primero por su papá, luego por la mamá, tiempo después se casó y la esposa no lo dejaba le decía que iba a parecer delincuente, pero cuando murió su pareja llegó al estudio y me comentó: ‘siempre me he querido tatuar y ahora no tengo quien me siga chingando. Toda mi vida he deseado tener una Santa Muerte’, me dijo. Comenzamos a trabajar y pidió se la tatuara desde el hombro al pecho, a la semana siguiente vino otra vez y se hizo la misma imagen del otro lado, digamos que se liberó y cumplió su sueño eterno. El trabajo se me hacia complicado porque teníamos que estirar la piel que a esa edad ya es muy delgadita, pero al final se veía muy bien y no batallamos para hacerlo, además de que él se fue feliz por darse ese gusto que siempre le prohibieron”, relató.
PIERCING SE UNEN
A LOS TATTOS
Dentro de la moda de los tatuajes se encuentran las perforaciones que desde civilizaciones antiguas se han combinado a la perfección para manipular diversas partes de cuerpo con estas expresiones.
Desde las culturas prehispánicas en México y las primitivas de Africa, Alaska, América Central y del Sur las perforaciones y deformaciones han tenido diversos significados.
Actualmente no tienen un simbolismo en concreto sino que más bien por moda se realizan varios tipos de perforaciones o expansiones que se pueden colocar en distintas partes del cuerpo.
Jesús Adrián Herrera Landeros, perforador desde hace 10 años, señaló que regularmente se presentan tendencias como la que inició tiempo atrás, donde las mujeres se perforaban las orejas, el ombligo y la nariz.
“Digamos que las perforaciones básicas se hacen de forma habitual pero ahora se están imponiendo unas exóticas, por ejemplo las expansiones. Este tipo de trabajo es más rudo y poco común, pero sí se realizan en Reynosa de diversos tamaños o calibres. Se trata de cortar mediante una pequeña incisión para comenzar a dilatar, obviamente se tiene que ir avanzando poco a poco para llegar a un calibre mayor, pero son contadas las personas que llegan a los extremos”, mencionó.
Además de las perforaciones y expansiones existe otra técnica denominada microdermal, es decir implantes que van por debajo de la piel con formas de diversas figuras o modo esférico.
Explicó que esa práctica se puede realizar en cualquier parte del cuerpo, incluyendo los genitales.
“Los microdermal se pueden colocar en todas partes, por ejemplo en una ocasión implanté seis perlas en el miembro masculino. En este caso van por dentro de la piel y el material es de titanio pero solamente el diamante o la figura que haya seleccionado el cliente”, dijo.
Y añadió: “El procedimiento debe de ser muy cuidadoso porque no deja de ser una herida y se debe de seguir cierto procedimiento, además de los cuidados de la persona a quien se lo aplicas”.
Los clientes que deciden hacerse una perforación, expansión o implantes, deben de seguir todas las recomendaciones del profesional para evitar infecciones.
De la misma forma el lugar que eligen para hacerse este procedimiento deberá de mantenerse libre de contaminación.
“Tenemos que mantener extrema higiene porque se trata de una mini cirugía. Mi área de trabajo tiene que estar toda limpia y estéril al igual que el material que se utilizará para evitar algún tipo de inconveniente en el cliente y el perforador”, refirió.
Lamentablemente al estudio de “Dolor y Placer” llegan algunas personas con problemas de infección por perforaciones que se hicieron en lugares insalubres o con materiales de baja calidad.
“Vienen de otros lugares con la perforación mal realizada, la pieza no es la indicada o que también no se cuidaron debidamente. De ahí la importancia de recalcar continuamente que vayan a un lugar de expertos y seguir todas y cada una de las recomendaciones”, mencionó.
En el estudio, ubicado en la Zona Centro de Reynosa, cuando un cliente desea hacerse un trabajo de este tipo se le toman los datos generales y se firma una responsiva en la cual el establecimiento profesional de tatuajes y perforaciones hace constar que están utilizando material nuevo, desechable y esterilizado, que además lo está revisando el cliente. También se añade una lista de los cuidados posteriores para evitar complicaciones.
“Al igual les explico como hay que cuidarse, la higiene necesaria porque se tienen que lavar la perforación, así como aplicarle ciertos productos y suero para que les ayude a cerrar más rápido la herida”, detalló.
Jesús Adrián ha buscado perfeccionar su técnica por medio de seminarios para evitar contaminación cruzada, conocer métodos de esterilización, primeros auxilios, entre otras, que le permitan brindar un buen servicio a sus clientes.
Con más de diez años realizando esta labor y 26 perforaciones en su cuerpo, Jesús Adrián aseguró que todavía algunas personas llegan a ver su trabajo como una expresión anormal o para gente vaga, loca o malviviente.
Sin embargo, otra parte de la sociedad ha ido cambiando poco a poco dejando de lado la discriminación por la apariencia física y las modificaciones que realizan a sus cuerpos.
“Tienen un estereotipo equivocado de las personas con perforaciones, expansiones o implantes y sobre todo son las mayores de edad que ven con malos ojos o piensan que estamos locos. Pero también hay quienes al contrario, les agrada y les llama la atención desde jóvenes hasta ancianos que vienen a preguntar o incluso deciden decorar su cuerpo.
“En mi trayectoria me ha tocado perforar a bebés desde una semana de nacidos hasta de avanzada edad. Recuerdo que se trataba de una señora de 67 años que me pidió una perforación en la nariz. En fin para adornar el cuerpo con un tatuaje o una perforación no hay edades ni límites, solamente es tener la seguridad y confianza de querer hacer algo diferente”.
ESTILOS DE TATTOS
Colores brillantes, trazos abstractos, diseños vanguardistas, retratos tipo comic, profundidad y dimensión son la marca de los trabajos que realiza José Torres, mejor conocido como “Kober”.
Sus estilos de tatuajes van acompañados de una técnica especial que encanta a sus clientes y que le han permitido llevar su “arte” a varias entidades de la República Mexicana.
Y es que aunque no existe una escuela especializada para convertirse en tatuador profesional, este joven originario de Reynosa, desde hace diez años inició con esta actividad que se ha convertido en su pasión.
“Me empezó a gustar desde chico, dibujaba mucho en la secundaria y me rayaba los brazos o a mis amigos. Por eso fui buscando el apoyo para que me abriera las puertas un estudio para ir aprendiendo las técnicas y a perfeccionarlas”, refirió.
Sus diseños y método de tatuar combinando el realismo, lo abstracto y la animación le ha permitido trabajar en Guadalajara, Monterrey, Tampico y Reynosa.
“Lo mas difícil en un tatuaje es el realismo, porque figuras hay muchas diferentes con letras, formas o símbolos pero algo más elaborado como un retrato a colores es algo muy complicado, porque si no sabes hacerlo imagínate vas a traer tatuada a una persona que ni siquiera es tu ser amado”, mencionó.
Tanto ha crecido la popularidad de los tatuajes, que de cinco años a la fecha la cantidad de gente que desean grabar su cuerpo de forma permanente se ha disparado.
“Kober” compartió que al principio tenía miedo de dedicarse al cien por ciento a este oficio, porque creía que solamente unos cuantos iban a desear tatuarse y que no podría sostenerse económicamente de este trabajo, sin embargo, diariamente tiene citas para plasmar sus diseños.
“Antes pensaba quién se va a tatuar y cómo voy a vivir de esto, pero gracias a Dios tengo muchos clientes todos los días porque es como cualquier otro empleo con un horario y hasta con horas extras. Algunas veces es pesado pero es mucha demanda, lo más que he tardado haciendo un diseño son 14 horas sin parar”, señaló.
Los clientes de “Kober” le solicitan regularmente diseños o estilos propios porque conocen su destreza y creatividad al manejar los colores y el realismo.
“La mayoría de la gente que me busca para rayarlos observan mi portafolio o me traen una idea para mejorarla. Es muy raro que alguien venga a pedirme un nombre o traiga ya un dibujo exacto para grabarse”, apuntó.
Otras personas llegan a solicitar sus servicios porque años atrás se hicieron un tatuaje con un nombre, dibujo mal estampado o porque se aburrieron de traerlo de esa forma y desean modificarlo.
“Es muy común que se tatúen el nombre del novio o novia y que al mes o tiempo después quieran borrárselo. Observamos mucho eso que los tatuajes de pareja, nombres de otras personas o con algún significado hacia un ser amado terminen por tapárselos. La ventaja es que existe esa opción de ocultarlo con uno más arriba, otra es borrarlo con laser pero nosotros no lo hacemos lo tienen que buscar en un establecimiento especial”, refirió.
Después de permanecer tres años en Guadalajara “Kober” ahora se establecerá en el estudio profesional Ritual en Monterrey, pero estará regresando a Reynosa por temporadas para visitar a su familia y seguir haciendo tatuajes.
Este tipo de trabajos llegan a variar en su precio, principalmente por el tipo de diseño y experiencia del tatuador, sin embargo muchas personas optan por guiarse por un bajo costo dejando de lado lo más importante la higiene y calidad.
“Algunos clientes me platican que acudían al penal a hacérselos porque les cobraban 200 pesos, pero arriesgan su salud por las condiciones en las que los realizan ya que no se trata de un estudio profesional. Dicen que lo barato sale caro y luego vienen infinidad de personas que necesitan arreglarse tatuajes porque se los hicieron mal o se les infectaron. Al final pagan el doble para modificarlos, además de medicamentos, cuando pudieron hacerlo en una sola sesión.
Por ello resaltó la importancia de asistir a un establecimiento profesional que cuente con los permisos de la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios y que sea inspeccionada continuamente por las dependencias de salubridad.
“También es necesario corroborar que utilicen tintas que no dañen la sangre, es decir, que sean a base de agua, que utilicen materiales esterilizados, nuevos y desechables para evitar poner en riesgo la salud y la piel. Finalmente el tatuaje es una herida por lo que es vital cuidarlo y seguir todas las instrucciones para evitar riesgos.
Asimismo “Kober” recomendó a quienes tengan la idea de convertir su cuerpo en un lienzo a que decidan hacerse algo íntimo y con significado, no por moda solamente.
“Mucha gente que dice me quiero tatuar y cuando les preguntan su idea no saben. Es indispensable que al momento de ir a un estudio a tatuarse es porque ya tienen en mente algo que para ellos tenga un sentido especial no un dibujo que vieron en una revista y que al final que terminará aburriéndole.
“También es muy importante revisar las zonas que desean rayar, les recomiendo que nunca se hagan uno en los laterales de los dedos de manos y pies porque se borra, y es algo que anda muy de moda pero se van a meter en un problemón porque tendrán que retocarlo continuamente y nunca va a quedar bien. Se borra fácilmente porque son partes muy sudorosas por lo que la piel no alcanza a absorber la tinta”, explicó.
La moda de los tatuajes últimamente esta siendo dominada las mujeres, ya que son las que acuden con mayor frecuencia a tatuarse convirtiendo sus cuerpos en lienzos humanos para hacerse figuras en el cuello, brazos, manos, espalda y otras partes lo que no se veía de forma común.
En cuanto al dolor que puede sentir la persona a la que le aplican el tatuaje, “Kober” aseguró los hombres lo toleran menos que las mujeres.
“Las mujeres aguantan muchísimo, los hombres normalmente cuando sienten dolor comienzan a pedir descansos con el pretexto de estirarse e ir al baño.
“Una vez tatué una chava en las costillas, que es de los lugares mas dolorosos, recuerdo que le hice un tigre realista y era su primer tatuaje pero estaba como si nada. En varias ocasiones le dije que si quería paramos, sin embargo, controló el dolor hasta que lo terminamos. El dibujo era grande y en las costillas, no cualquiera lo soporta.
“Normalmente los pies, zona de las costillas, cuello y las manos son áreas más sensibles y depende mucho del umbral del dolor de cada persona”, concluyó. v