Los billetes y monedas proporcionadas por el Banco de México y que son utilizadas para realizar distintas transacciones, incluyen diferentes denominaciones para dar cobertura a los precios.
Los metálicos de 5, 10 y 20 centavos se pueden encontrar, con frecuencia, tiradas en la calle, en la basura o permanecen guardadas en casa. Esto se debe a que algunas personas las consideran innecesarias o les resulta incómodo pagar con ellas.
De acuerdo a Abel Hibert, presidente del Colegio de Economistas en Nuevo León, el uso de dicho efectivo no afecta la expedición de monedas que se realiza al año, pues a pesar de que la personas las guardan, hay un punto en el que son requeridas.
“Para que no queden en el olvido, estas monedas con valor legal, pueden ser empleadas en cualquier establecimiento comercial en el que se pague con efectivo.
“A la Banca no le afecta, sino a uno mismo, son denominaciones que pudiéramos llegar a ocupar, es dinero y legalmente tiene valor”, aseguró
Antecedentes
En 1983, con la devaluación de la moneda, se decidió cambiar el material de algunas, por ejemplo las de 20 centavos, dicho efectivo estaba hecho de cobre, lo que quiere decir que su valor intrínseco era mayor que su valor social.
“Lo que pasaba en ese entonces era que las personas acopiaban esas monedas y se las llevaban a Estados Unidos y allá las fundían”, mencionó el economista.
Agregó que la situación ocasionaba pérdidas para la Bolsa, y provocó problemas en comercios, pues al no tener monedas, no podían dar feria.
Por tal motivo, asegura, debe haber un flujo con denominaciones pequeñas para que se dé cobertura a todo tipo de pagos.
Asegura que la depreciación de la moneda depende del hecho de que los precios estén estables y que la inflación esté relativamente controlada.
¿Podrían desaparecer?
En un futuro no muy lejano, no será la inflación, ni el aumento de precios (que hasta ahora es estable) lo que causen la desaparición de monedas con denominaciones menores de 50 centavos, sino la tecnología.
En la actualidad el número de personas que hace transacciones vía electrónica podría seguir aumentando y con esto la demanda de monedas y billetes disminuirá.
Hoy en día, se puede tener un monedero electrónico en el móvil o realizar transacciones por esta vía.
“México podría enfrentar problemas a futuro, debido al aumento de uso de tarjetas de crédito o débito; con esto, se puede salir a la calle sin necesidad de traer la cartera con efectivo.
“Ya no necesito salir con dinero, eso hace que la gente esté demandando menos dinero circulante, la tendencia es que seguramente las monedas de baja denominación irán desapareciendo cuando realmente no valgan nada”, afirmó.
Agregó que existen empresarios que se comercializan con máquinas expendedoras de refrescos, comida chatarra o incluso, máquinas con las que se paga el estacionamiento en centros comerciales.
Por lo que los cambios de monedas, no se dan tan factibles como pareciera, se llegan acuerdos y se verifican probabilidades para realizar un cambio tan importante en la economía del país.
“Renovar las ranuras de las máquinas representa un gasto para los empresarios de estos negocios, por eso se van a lo seguro y se acuerda aceptar denominaciones más altas”, dijo.
Lo anterior ante el hecho de que en la mayoría de los aparatos no aceptan las designaciones de centavos menores al de 50, un ejemplo de ello es el Metro, máquinas de refrescos, parquímetros, etc.
“Si los centavos deben desaparecer o no, la misma inflación lo irá marcando. Afortunadamente nos hemos mantenido estables dese hace muchos años”, aseguró.
La demanda se ha mantenido constante
Desde 1999 hasta la fecha, la demanda de billetes y monedas es constante. Lo que hace el Banco de México es emitir monedas que tiene más uso y deja de lado otras monedas que no.
En 1999 el total de monedas completas que estaban en circulación, era de 9 mil 935 millones, pero en la actualidad existen 27 mil 533 millones.
“El efectivo en circulación se refiere a las piezas que ya están en el mercado, no importa si guardadas en la bolsa, tiradas en la calle.
“La circulación se ha mantenido constante de acuerdo a la demanda, a la inflación de costos, tanto la acuñación de monedas como la fabricación de billetes y la apuesta por parte de la Bolsa”, aseguró.
En 1999 la moneda de 5 centavos era de 10 por ciento del resultado de monedas total, la de 10 centavos era del 42por ciento y la de 20 centavos era el 11 por ciento.
En cambio, ahora (2013) las expedición de monedas de 5 centavos es de 3.8 por ciento, la de 10 es de 37 por ciento y la de 20 centavos de 14 por ciento.
Lo que hace la Bolsa como estrategia es aumentar las monedas que tienen más demanda en cuestión a los precios.
“Las piezas de 10 centavos que antes era del 42 por ciento, ahorita es de 37 por ciento, lo que significa que aun hay muchas transacciones, quizás para camiones o en lugares donde todas las fracciones son importantes”, dijo.
La muestra de las estadísticas indica que no hay afecciones ni alteraciones en la expedición de monedas, por lo que se puede notar que al Banco no le afecta su desuso, sino a la gente, las devalúa.
Los intercambios económicos que se realizan todos los días, producen una demanda de dinero con el cual se cumplen con los gastos, compromisos y deudas.
“A través de una cuenta de cheques, una cuenta de ahorros, un pagaré bancario, etc., representan activos financieros, pero son pasivos para nosotros.
“El que nosotros tengamos un billete o una moneda, es un pasivo de la Banca, pero un activo para nosotros”, explicó.
Se debe tener un respaldo, por lo que el Banco del país calcula las necesidades de billetes y monedas. En base a esto, se expiden, mayor o menor cantidad según sea el caso.
“Nosotros demandamos más dinero los jueves y viernes; las quincenas, en las que también influye si es quincena y fin de mes; en vacaciones, principalmente de verano y cuando se tiene un crecimiento más elevado es en diciembre”, aseguró.
Explicó que el dinero con el que se cuenta, se puede convertir en compra de bienes o se puede convertir en divisa extranjera, tiene potencial.
En cambio, “cuando vas y lo depositas en el banco, cuando pagas impuestos o cuando se hace un depósito, es como que ese dinero se destruye, en el sentido de que ya no pueden comprar bienes ni divisas.
“Es cuando le preocupa al banco que haya más dinero en circulación del que necesitamos. Porque lo que hacemos nosotros de ese excedente lo desaparecemos comprando cosas y provocando el aumento de precios.
Ante tal situación, el Banco procura mantener la cantidad de dinero en circulación necesaria, de acuerdo al nivel de ingreso en la economía, a la expectativa de precio y también al comportamiento estacional.
Precios con estrategia
En establecimientos comerciales se puede encontrar variedad de productos y precios, pero es de recalcar que cuando se llega al cajero a pagar, el costo total de lo que se compra incluye denominaciones con las que no se puede pagar exacto.
Este método puede ser una estrategia de Mercado con la que involuntariamente, regalas unos centavos de tu bolsillo.
Una solución al problema, es utilizar las tarjetas de crédito o débito, con las cuales el costo total se cobra exacto.
“Los comercios redondean para arriba y si te sobran 10 centavos, dices quédate con la moneda o no esperas y te vas, entonces uno se redondea solito”, dijo Abel Hibert.
Como recomendación, el economista sugiere llegar a casa, guardar las monedas que le sobraron durante el día (cualquier denominación) e ir formando una especie de ahorro.
Al hacer esto, además de incrementar el flujo de dichas cantidades se beneficia la persona, porque es dinero que no se tomaba en cuenta.
Si le resulta incómodo cargar dichas denominaciones, se puede acudir a un Banco y cambiarlas o utilizarlas en cualquier comercio.
“Por ley te las deben aceptar en todo lugar comercial, es efectivo y tiene valor denominal”, agregó
En algunas “tienditas” se puede tornar un poco tedioso para el dueño, hacer la cuenta del dinero recaudado, y en ocasiones este es el principal motivo por el que se niegan a recibir centavos.
A pesar de esto, hay gente que hasta con anuncios tratar de evitar la recepción de mencionadas monedas, por lo que la gente se ve obligada a seguir conservándolas.