septiembre 13
Salimos de la terminal Occidente rumbo a Angüiatú, ciudad fronteriza entre Guatemala y El Salvador.
Fue un día de viajar entre los dos países, recorriendo la exhuberante vegetación de dos países tropicales, cuyo calor es húmedo, pero con el aire fresco.
Después de seis horas de viaje llegamos a la frontera donde, después de sellar nuestros pasaportes con la salida de El Salvador, cruzamos el pequeño puente que divide los dos países.
Con el cruce, dejábamos también el dólar como moneda para darle paso al quetzal, la moneda guatemalteca.
Después de comer una cecina con frijoles, arroz, crema y queso fresco, seguimos a Chiquimula donde pasamos la noche, estábamos a la mitad de Guatemala.
Fue cansado el viaje. Pernoctamos en el hotel Palmeras que es conocido en el pueblo porque llegan muchos migrantes a hospedarse.
En ese lugar de Guatemala, con el calor y la nostalgia, hacíamos cuentas: llevábamos 11 días de viaje.
septiembre 15
El río Suchiate, frontera entre Guatemala y México, era nuestra entrada a país azteca.
No podíamos dejar pasar la oportunidad de experimentar lo que todo migrante vive en ese río chiapaneco, que por sólo 20 pesos pasas de un lado a otro sin nigún problema.
Sin embargo, teníamos que seguir avanzando porque Héctor Bencomo nos esperaba en Tapachula, Chiapas, para abastecernos de dinero y material de grabación y llevarse todo la información obtenida hasta el momento, para evitar que se fuera a perder o dañar.
No dejamos pasar la oportunidad de celebrar el bicentenario en tierra chiapaneca.
septiembre 15
Viajamos de madrugada a Arriaga, Chiapas, donde visitaríamos la Casa del Migrante Hogar de la Misericordia, a cargo de Carlos Bartolo.
Aunque sabemos que Yedmi y Francisco viajaron por carretera, queremos aprovechar para entrevistar a los encargados de los albergues, así como conocer las instalaciones donde diariamente se refugia un centenar de migrantes que van a EU.
Después de entrevistar a Carlos y a los migrantes Juan, Carlos y Fernando, nos fuimos al mercado central a comer en las fondas del lugar.
Esperemos que el tren salga en cualquier momento para viajar en él.