Hasta que el 11 de marzo, día en el que la Organización Mundial de Salud declaró al Coronavirus como pandemia, Manuel de la O Cavazos, titular de salud estatal, confirmó lo inevitable: arribó el primer caso a Nuevo León.
Con el fin de realizar un anecdotario, Hora Cero documentó los hechos más trascendentales que ocurrieron en más de medio año de contingencia en la entidad.
UN INICIO CON AUTORIDAD
El “paciente uno” se trató de un sampetrino identificado como Antonio Pena Rivero que viajó de Monterrey a la Ciudad de México, Londres, Múnich y Madrid entre el 24 de febrero y el 3 de marzo y una semana antes de hacerlo público, presentó síntomas y las pruebas hechas en hospitales públicos y privados arrojaron positivo.
“Es un virus emergente, como todos los virus emergentes no tenemos conocimiento de su comportamiento. Hay que estar preparados y debemos aumentar las medidas de prevención”, declaró De la O aquel miércoles.
Dos días después, otros dos ciudadanos del “municipio más rico” fueron confirmados: Eduardo Garza, empresario del “Grupo de los 10” y Enrique Gómez Junco, un joven “influencer” regiomontano, quienes estuvieron en Colorado y La Habana respectivamente.
Ante los fuertes rumores de la cancelación del Festival Pal Norte, evento programado para el 20 y 21 de marzo que reuniría una aglomeración de hasta 100 mil espectadores, se convocó a rueda de prensa para descartar las especulaciones.
Sin embargo, un día después y como medida de prevención para un “escenario catastrófico” anunciaron la suspensión del festival hasta nuevo aviso, el cual supuestamente sería reprogramado para el segundo semestre del año.
Asimismo, adelantaron que los juegos de local de Rayados y Tigres se jugarían a puerta cerrada, aunque en menos de 24 horas la Federación Mexicana de Fútbol suspendió el Torneo Clausura 2020.
Mientras que el resto del semestre de la Universidad Autónoma de Nuevo León pasaría a ser en línea, institución que se vio anticipada por el Tecnológico de Monterrey y la UDEM el jueves 12.
A partir de ahí, iniciaron las ruedas de prensa diarias de Coronavirus en el Palacio de Gobierno y De la O se convirtió en el vocero estatal ante el Covid-19.
Inmediatamente cerraron escuelas, parajes turísticos, centros culturales e iglesias, mientras que los gobiernos municipales procedieron a reforzar medidas y cancelar paulatinamente la mayoría de sus eventos públicos.
El 7 de abril, las autoridades establecieron el uso obligatorio del cubrebocas en el estado, medida con la cual se adelantaron a la Federación y durante el transcurso del mes, resaltaban que Nuevo León era puntero en el sector salud a nivel nacional y reiteraban constantemente el llamado a quedarse en casa.
EL PRIMER GRAN FRACASO
El sábado 25 de abril, De la O invitó a la rueda de prensa al titular del Instituto de Movilidad y Accesibilidad, Noé Chávez Montemayor, quien anunció una serie de medidas preventivas para el transporte público ante el creciente número de casos.
“El Metro y Transmetro operarán de lunes a viernes en dos turnos: el matutino de 05:00 a 09:00 y el vespertino de las 16:00 a las 21:00, mientras que los sábados operarán de las 05:00 a las 16:00 horas. Las rutas urbanas, Express, EcoVía y suburbanas mantendrán los horarios de salida y arrancarán el turno matutino a las 04:00 y el vespertino a las 16:30 horas”, comentó.
Además de las medidas protocolarias como la higiene y el uso de cubrebocas, los taxis y servicios de aplicaciones móviles solo permitirían dos pasajeros como máximo, los cuales debían ir en la parte trasera del vehículo y añadió que en domingos y días festivos el servicio se suspendería en su totalidad.
“No son medidas para ganar popularidad. Su uso será exclusivo para trabajadores de empresas esenciales y esto contribuirá a romper la cadena de contagio lo más pronto posible”, sostuvo.
Apenas el lunes 27 de abril se “desató el caos” en la ciudad: rutas urbanas llenas, aglomeraciones en las paradas, sin sana distancia en el Metro y cientos de empleados llegando tarde a sus trabajados por las restricciones.
Tan solo tres días después, Chávez Montemayor se retractó y regresó el transporte público los domingos; sin embargo, el daño ya estaba hecho y los neoleoneses no perdonaron la pésima decisión que a largo plazo generaría un significativo repunte de contagios.
ENTRE BROTES Y PROTESTAS
El 5 de mayo se reportó un brote en la Casa de Reposo “Luis Elizondo”, ubicada en la colonia La Pastora de Guadalupe que dio como resultado 66 casos confirmados: distribuidos en 47 residentes y 19 empleados.
Nueve días después sucedió otro contagio múltiple en una casa geriátrica clandestina en la colonia La Playa del mismo municipio, en la cual se sumaron 12 positivos; producto de 11 adultos mayores y un trabajador.
Durante el transcurso del mes, el funcionario estatal no ocultó su alarma por el incremento de casos que superaban los 100 diarios; además de las constantes aglomeraciones en el transporte público y las denuncias al Mesón Estrella, mercado popular que se convirtió en un “foco de contagio”.
“Si no se quedan en casa el costo será grave. Se les puede morir un pariente y no deseo que ninguno de ustedes sufra una de estas pérdidas por no haber escuchado las indicaciones. De lo económico se pueden recuperar, de la muerte no”, sentenció el 16 de mayo al ser cuestionado sobre la relajación de los ciudadanos.
A su vez, se registraron cinco protestas de diferentes grupos los cuales compartían un objetivo común: “que los dejarán volver a trabajar”. Comerciantes del Centro de Monterrey, los gremios de taxistas y meseros, dueños de gimnasios, transportistas escolares y maestros de música fueron los encargados de expresar al unísono su descontento con las autoridades estatales.
Además, el 23 de mayo se registró un brote en el Hospital Universitario que provino de un familiar de un paciente, el cual era asintomático y dejó 23 infectados: repartidos en 10 enfermeros, siete médicos, tres intendentes, una secretaria, un técnico y una camillera, los cuales fueron aislados en su totalidad.
Lo anterior provocó la cancelación inmediata de las visitas a los internados y el nosocomio encabezado por Edelmiro Pérez implementó un programa de citas digitales a través de videollamadas por tabletas.
El mes cerró con un mensaje que alertó al gremio periodístico cuando bajo sugerencia de la Secretaría de Salud y el Gobierno del Estado, se recomendó a todos aquellos que cubrieron las ruedas de prensa entre los días 15 y 30 a realizarse la prueba PCR después de que se supo de un contagio en el Palacio de Cantera.
‘LA NUEVA NORMALIDAD’
El primero de junio comenzó con el anuncio de la nueva normalidad, en el que diversos giros no esenciales reanudaron actividades, cumpliendo una estricta serie de protocolos sanitarios, lo que trajo consigo un aumento considerable de la afluencia peatonal en el área metropolitana.
El “ridículo del mes” lo protagonizó el Parque Ecológico Chipinque, ya que después de anunciar con “bombos y platillos” su retorno, debido a las largas filas y el riesgo latente de un sobrecupo de visitantes, duraron solo dos horas abierto y por disposición de las autoridades estatales pospusieron su reapertura hasta nuevo aviso.
Dos días después, se desató un contagio entre reporteros que afectó a más de una decena, entre los que se encontraban representantes de Hora Cero, El Porvenir, Milenio, MVS, El Heraldo Monterrey y El Norte.
Este brote provocó un cambio total en las actualizaciones diarias, las cuales se seguirían llevando a cabo en el Palacio de Gobierno, pero ahora se cubrirían de manera virtual, lo que dio a pie a que las ruedas de prensa fueran más allá de “solo dar los números e irse”.
De la O aprovechó cada minuto para concientizar a los espectadores de las medidas sanitarias y abordó diversos temas como el uso correcto del cubrebocas, el lavado de manos y la donación del plasma.
Además, a la par de la “nueva normalidad”, todos los jueves acordaron presentar el Semáforo Estatal de Reactivación Económica, con el que evaluarían el desempeño de la entidad a través de diez rubros y que a la postre marcaría la pauta sobre avanzar o retroceder en la reapertura.
EL FATÍDICO JULIO
A pesar que el De la O reiteró que los siguientes tres meses serían “el periodo más difícil de la pandemia”, la población hizo caso omiso de las advertencias, la desesperación imperó y trataron de rehacer su vida como si no existiera un virus que en ese momento ya había cobrado la vida de 344 neoleoneses.
Con el fin de mantener estable el sistema hospitalario, “El Bronco” anunció el jueves 2 de julio una nueva serie de medidas para disminuir tanto la movilidad como los contagios.
Comercios, servicios y mercados ambulantes con actividades no esenciales, suspendieron labores entre las 22:00 y las 05:00 horas, y cerrarían por completo los sábados y domingos, mientras que para los restaurantes también aplicaría el mismo horario, pero en los fines de semana ellos podrían operar exclusivamente para servicio a domicilio.
Además, se prohibió el ingreso a dichos establecimientos a la población de riesgo, compuesta por menores de 12 años, embarazadas y adultos mayores de 65 o más.
También se restringió la presencia de personas en la vía pública después de las 22:00 horas, los cuales se justificarían solamente por motivos de traslado médico, centros de trabajo autorizados, compra de productos esenciales o visita a refugios y lugares de asistencia social.
Dichas medidas poco o nada contribuyeron para apaciguar la intensidad del virus y en esas fechas se apreció a un secretario molesto porque la entidad no dejaba de registrar jornadas de récords, dónde las cifras superaban los 800 casos y 40 decesos por día, así como un aumento considerable de las hospitalizaciones.
Para rematar el momento fatídico del estado, los días 25 y 26 el huracán “Hanna” pasó por la entidad y devastó diversos sectores del área metropolitana, aumentó a niveles considerables la capacidad de las presas El Cuchillo, La Boca y Cerro Prieto, dejó muertos, desaparecidos y daños estimados en 3 mil millones de pesos de infraestructura pública.
CAZANDO AL CORONAVIRUS
Después de cerrar el mes de julio con 32 mil 162 contagios y mil 160 muertes, De la O adelantó que a partir del primero de agosto implementarían la “Estrategia Nuevo León” que consistiría en agilizar la detección de casos bajo tres acciones.
Estas fueron: línea Covid (llamadas telefónicas), video Covid (consultas a través de la plataforma Zoom) y acompañamiento Covid (recorridos en las colonias con más casos confirmados y sospechosos), para las cuales capacitaron a 300 especialistas que trabajarían “24/7”.
Por medio de la georreferencia realizaron un mapa de contagios con el fin de brindar atención inmediata y oportuna, e incluso Hora Cero fue invitado por la Secretaría de Salud a documentar un trayecto, específicamente en la colonia Valle de Lincoln del municipio de García.
El jueves 13 de agosto y tras mostrar una mejoría en la evaluación del semáforo estatal, el Gobierno del Estado permitió la apertura con un aforo del 30 por ciento de su capacidad a iglesias, centros de culto, centros comerciales, parques, clubes deportivos y hoteles.
A su vez, eliminó el cierre total de estos los fines de semana y mantuvo el horario de operación de las 05:00 a las 22:00 horas, aunque las prohibiciones a la población de riesgo se sostuvieron.
“Los ciudadanos tienen que aprender a convivir con el virus y, aunque se ha iniciado una reactivación económica, se tiene que actuar con responsabilidad, respetando las medidas sanitarias”, fue el mensaje que replicó De la O durante el mes, quien además se mostró optimista porque la entidad podría sobrellevar la reapertura.
EL REGRESO DE LOS MENOS ESENCIALES
Tras varias especulaciones en las que el gobernador adelantó que regresarían los cines, casinos y gimnasios, el viernes 3 de septiembre confirmó la noticia ante la alegría y descontento de una población dividida.
“Tenemos que aprender a aceptarlo, esta es la nueva normalidad”, “no es obligatorio ir y que se saturen, es decisión de cada quien ir o no, así de simple” o “Quién entiende a la gente, se quejan que porque cerraron muchos negocios y ahora que reabren los lugares también se quejan”, fueron algunos de los mensajes compartidos por los ciudadanos a través de redes sociales.
Mientras que las guarderías, albercas públicas, salones para fiestas infantiles, estadios, bares y antros, y clases presenciales, establecimientos que permanecían cerrados desde el “día 1”, mantuvieron la tónica y hasta la fecha siguen sin reanudar actividades.
GRITOS VIRTUALES
En un hecho inédito en la historia de Nuevo León y debido a las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia, el área metropolitana festejó el 210 aniversario de la Independencia de manera virtual.
Cercando tanto el Palacio de Gobierno como las cabeceras municipales, los gobernantes encabezaron el tradicional grito y apegándose a los cánones honraron a los héroes que nos dieron patria y libertad.
Las celebraciones más destacadas provinieron de Guadalupe y Escobedo, la alcaldesa Cristina Díaz Salazar convocó a un minuto de silencio en honor a las víctimas de la pandemia antes de abordar el protocolo oficial.
A su vez, más de 100 rostros de ciudadanos fueron colocados en sillas con el fin de simular la presencia de público en la explanada.
Por su parte, la ciudad encabezada por Clara Luz Flores, quien a la par del evento presencial, también lo realizó por medio del popular videojuego Minecraft.
El acontecimiento se volvió tendencia nacional y miles de ciudadanos quisieron formar parte del suceso; sin embargo, diversos internautas no pudieron ingresar al servidor debido a la saturación del mismo, aunque los afortunados elogiaron la exactitud con la que diseñaron el Palacio Municipal.