A lo largo de los años los comercios se han visto beneficiados con los avances de la tecnología que les ha permitido innovar en su relación con sus consumidores, sin embargo, en el estado de Nuevo León, hay algunos negocios que se niegan a ser olvidados a causa del deslumbramiento tecnológico.
Tal es el caso de la “Discoteca Popular”, “Give Film a Chance”, el videoclub “Teleopción”, tres negocios diferentes pero con un enemigo en común: la tecnología.
Ubicados en los municipios de Monterrey y Guadalupe, sus dueños coincidieron que “la tecnología ha venido a cambiar todo”, pero eso no significa que tengan intenciones de desaparecer.
DISCOTECA POPULAR
Entre torres de vinilos, algunos en el piso otros encima de mesas acomodados por géneros; Gabino Hernández Cavazos, de Los Ramones, Nuevo León, es uno de los pocos dueños que aún conservan su negocio dedicado a la venta de LP’s, cassetes y CD’s.
Aunque los peatones y automovilistas ponen cara de asombro al pasar por la fachada de la “Discoteca Popular”, ubicada en el municipio de Monterrey, ninguno decide entrar a comprar o, al menos, husmear.
A sus 79 años Hernández Cavazos aún mantiene la fuerza y la voluntad para abrir la cortina de su local, pero la nostalgia lo invade al recordar sus años como vendedor de LP’s, programador y creador de los tres discos de oro de los sonideros de Monterrey, que lo llevó a poner su negocio que poco a poco ha sido desplazado por lo digital.
“Entró tan fuerte la tecnología que acabo con todas las compañías de México, no hay discotecas en Monterrey, tan fuerte entró que hasta con los piratas acabó”, comentó Hernández Cavazos.
Más de la mitad de su vida, Hernández ha estado rodeado de los LP’s, los cuales se ha aferrado en seguir ofreciéndolos a la venta. Y aun que ya no cuenta con proveedores, no falta la persona que se quiera deshacer de la música de sus padres o abuelos y prefieren irlos a vender.
Aunque sus ganancias no son muchas, prefiere comprar a que ese material termine en la basura.
“Ahora se muere el papá o la mamá y a los hijos se les hace fácil ir a tirar todo ese material, los que saben de mí vienen a ofrecérmelo y pues ahí les doy aunque sea para la gasolina, pero es algo que no han aprendido a valorar, nunca entenderán que no es la misma calidad de un disco al que se escuchan en sus aparatos modernos”, enfatizó.
Gabino Hernández desconoce cuál será el futuro de su negocio, ya que ninguno de sus hijos están interesados en conservarlo, pero mientras él siga vivo seguirá esperando a la gente de las 10:00 a las 18:00 horas de lunes a sábado en la calle Vicente Guerrero 1011.
‘GIVE FILM A CHANCE’
A 15 minutos del local de Gabino Hernández se encuentra el negocio del fotógrafo Óscar Treviño, ubicado en la calle Albino Espinosa número 515 B en el centro de Monterrey, dedicado al revelado de película fotográfica.
Oscar Treviño es uno de los fotógrafos que reconoce que se deslumbró con lo digital y lo inmediato de la imagen, por ello su entusiasmo estuvo de lado de la tecnología durante el 2001.
Pero al pasar los años su profesión hizo que se volviera a interesar en la fotografía analógica y fue como creó “Give Film a Chance” en el 2012; aunque la idea era tener su propio laboratorio debido a que tenía que enviar a revelar su trabajo al extranjero, se dio cuenta que cuando adquirió las máquinas podía trabajar en volumen.
“Mucha gente se olvidó de la película, en el 2010 yo retomo el trabajo de revelado, pero me encuentro que aquí en Monterrey ya no había laboratorios que hacían el proceso adecuadamente porque ya los productos eran impresiones, banners y comenzaron a quitar atención a este rubro y comenzó a caer más”, comentó Óscar Treviño.
Aunque explicó que la película nunca dejó de existir, se dejaron de crear muchas marcas de los diferentes tipos de rollos.
Por otra parte, Treviño expresó que actualmente el interés de los jóvenes por la fotografía tradicional es mucho, ya que el 80 por ciento de sus clientes son menores de 27 años.
“Aunque parezca increíble y ahora con esto de la tecnología de los celulares, hay adolescentes de 15 años que vienen por cámaras desechables con rollo y después vienen y los revelan, pero si hay mucho interés por parte de los jóvenes de la forma análoga”, dijo Treviño.
Actualmente en Monterrey existen 5 negocios que ofrecen el servicio de revelado y Óscar Treviño está apoyando a otros a montar su laboratorio, aunque eso signifique tener más competencia.
“Pero aquí en Monterrey este negocio de revelado tiene buen mercado y la gente quiere seguir con la experiencia de tener un negativo como respaldo y no un archivo digital”, finalizó Treviño.
El objetivo para Óscar Treviño es no dejar morir este método fotográfico, ya que aún hay gente que conserva rollos de hace años y tratan de guardar un buen recuerdo.
‘TELEOPCIÓN’
Teleopción es el negocio que se dedica a la renta de películas. A diferencia de “Give Film a Chance” y “Discoteca Popular”, está resistiendo sus últimos meses en el mercado, comentó Simón Salvador Guerra Lizárraga, dueño del local desde hace 35 años.
Las plataformas como Netflix, HBO y Amazon Prime Video llegaron a reemplazar los domingos familiares, cuando se acudía a un videoclub a rentar una película e inclusive Blockbuster tuvo que cerrar operaciones en el 2010 por las nuevas formas de consumo electrónico.
Y debido a que el negocio ubicado en la colonia Linda Vista, calle Vista Grande 201 ya no es rentable, ha puesto a la venta sus películas, además que ya no existen proveedores que estén vendiendo los filmes en formato DVD.
“Empezamos desde hace 35 años, tuvimos 5 locales, pero regresamos aquí a la matriz y estamos rentando y tratando de vender películas y buscamos cambiar el giro relacionado con las películas, porque se batalla y no hay manera de conseguirlas”, comentó Salvador Guerra.
“Las plataformas como Netflix, HBO y Amazon Prime Video llegaron a sustituirnos, pero ahora llegamos a la necesidad de renovarnos porque ya no hay ganancias”, agregó Salvador Guerra.
“Los jóvenes de ahora tienen su celular y desde ahí ven las películas, hay gente que todavía le gusta tener el aparato para reproducir el DVD y verlo en una televisión grande”, agregó.
“El movimiento de la venta nos marcará el desenlace de este negocio, tuve un poco de nostalgia cuando empecé a vender las películas y decía ¡Ay esta no la quiero vender!, pero ni modo así es la vida, la tecnología cambia y hay que renovarse o morir”, finalizó.
Ahora Simón quiere conservar ese recuerdo, de que formó parte de la rutina familiar durante un domingo por la tarde viendo películas de un videoclub.