
Con motivo del 14 de febrero, muchas personas acostumbran mandar mensajes de amor o cariño a sus parejas sentimentales, mejores amigos, o personas especiales por las redes sociales como Facebook, WhatsApp o Instagram; pero en esta fecha, en la explanada Casa de la Cultura, unas 100 personas se dieron cita para retomar la antigua tradición de ir con un escribiente para dictarle una carta dedicada a su ser querido.
Para recuperar esta actividad que ya está prácticamente en el olvido, Conarte, a través de la coordinación de Servicios Educativos, instaló cuatro escritorios públicos en este espacio cultural, para que todos aquellos interesados en ofrecer algo diferente en el Día del Amor y la Amistad, aprovecharan esta oportunidad y así dedicar unas bellas palabras que no se llevará el viento, pues quedarán impresas para siempre.
Este proyecto titulado “Cartas desde la Estación”, inició desde las 11 de la mañana el pasado 14 de febrero, y a esa hora ya empezaron a llegar algunas personas -incluso algunas muy jóvenes- para apreciar de cerca estas máquinas de escribir que, con suerte llegaron a ver en casa de sus abuelos y que ahora estaban a su disposición para sorprender gratamente al dueño o dueña de sus pensamientos.
Una chica de nombre Karla llegó con uno de los escribientes para que le mecanografiara una carta que le dedicó a su mascota.
“Es para mi perrita Mori, que ya está viejita y quise tener algo para recordarla siempre. Se me hace muy buena idea que hayan realizado este evento, porque también nos deja el recuero de una bonita experiencia”, expresó.
En el exterior de la Antigua Estación del Golfo, ubicada sobre la avenida Colón, se montaron cuatro escritorios, que fueron atendidos por los “escribientes por un día”, ya que fueron voluntarios que con gusto aceptaron esta misión.
“Soy médico y estoy cooperando aquí con la Casa de la Cultura para que no dejar que se extingan tradiciones como esta, la del escribiente, aquella persona con la cual acudían para hacer cartas personales, comerciales, de recomendación, y ¿por qué no? precisamente para un día como hoy, hacer cartas románticas o para la familia.
“Ahorita (en menos de una hora) llevo cuatro, pues la gente ha estado llegando acá para revivir esta tradición, porque desafortunadamente estas costumbres han ido desapareciendo más que nada por la tecnología, y solamente las encontramos en ciudades o en pueblos muy pequeños, y todavía existe la persona que con una máquina de escribir hace posible la comunicación entre dos personas que están a distancia”, manifestó el doctor José Luis García.
Recordó que hace años usaba estas máquinas de escribir cuando cursaba la secundaria, la preparatoria y posteriormente la universidad.
“Pero hay que decir que el diseño del teclado de la máquina es igual al diseño del teclado de la computadora, ya que fueron diseñados con base a un estudio que se hizo para saber cuáles eran las letras que más se utilizaban y de esta forma ponerlas estratégicamente para que las personas supieran y memorizaban dónde estaban cada una de estas teclas”, indicó García, quien además se visitó ad hoc a la ocasión.
EL ROMANTICISMO DEL PASADO
El repiqueteo de las máquinas de escribir, atrajeron la atención de jóvenes, pero mucho más la de los niños que acudieron con sus papás para que les redactaran su carta y luego si así lo deseaban decorarla con dibujos, en una mesa contigua en la que había lápices de colores.
Por su parte, el coleccionista Arnulfo Cadena, quien prestó las máquinas de escribir señaló que esta iniciativa trae gratos recuerdos a quienes usaron estos útiles objetos que ahora forman parte del pasado, pero que afortunadamente hay quienes, como él, se han empeñado en conseguir, ya que cuenta con 37 que empezó a adquirir hace 15 años.
“Ahorita tenemos aquí en un escritorio una Remington Letter Riter, de 1952 color verde olivo, y tenemos la Olympia sg3 que era el tanque de guerra de las máquinas de escribir que se usaba mucho en las oficinas comerciales, dependencias de gobierno, en donde se oía el repicar de las máquinas y en eso se basaba la eficiencia de una oficina, y también tenemos una Olivetti portátil, una máquina ligera, muy útil para los estudiantes”, refirió.
Comentó que actualmente es difícil conseguir las cintas, pero todavía hay como cuatro técnicos aquí en Monterrey que pueden proporcionar este material para que la máquina pueda cumplir su función.
“Las personas que se lleven una carta de aquí, que puede ser una carta de amor o un mensaje a un amigo, la van a guardar y la van a tener como algo especial. Muchas veces lo que tenemos fotos o escritos en el celular y se luego se nos daña y eso se puede perder, pero un papel lo van a guardar y en 50 años va estar la hoja y alguien lo va a leer con la fecha de un 14 de febrero del 2023”, destacó Cadena.
Mencionó que recibió una invitación por parte de los organizadores y es la primera vez que las presta y algún día contempla exhibirlas en otro espacio.
Carlos García Salazar, coordinador de Servicios Educativos de la Casa de la Cultura de Nuevo León, dijo que para este proyecto se hizo una sinergia con el Museo de Estación del Golfo y la Librería.
“Entonces en conjunto planeamos hacer algo que tuviera que ver con el tema de la escritura, el tema de la máquina de escribir y pensamos que era un buen pretexto el 14 de febrero para instalar escritorios públicos que existían anteriormente, donde la gente iba y pedía que les escribieran una carta a sus seres queridos.
“Pensamos que era un buen pretexto para sacar estas máquinas antiguas, porque muchos de nuestros hijos ni siquiera conocen, ni tienen el contexto del objeto o para qué servía y es una buena oportunidad para acercarse a estas tradiciones”, explicó.