A menudo los artistas tienen la tendencia a imaginar el futuro en sus obras. Es una fuente de inspiración recurrente, pero ¿qué sucede cuando una vez que esa o esas obras cruzaron la frontera del tiempo y su visión no fue la esperada? “El mañana ya estuvo aquí” es el título de la muestra que se basó en este cuestionamiento y se exhibe desde el pasado viernes 24 de mayo en el Museo de Arte Contemporáneo
La reflexión abarca escenarios como la Guerra Fría, la carrera espacial, el fantasma de la Tercera Guerra mundial, un acelerado desarrollo tecnológico, y el imaginario de la sociedad de los años 70 predijo futuros potenciales para la humanidad a finales del siglo XX.
Julieta González, quien se encargó de la curaduría y museografía, incluyó parte de la colección Rufino Tamayo en esta muestra, pues coincidía con la retrospectiva.
“Decidí enfocarme en la noción de utopía, pero también en la noción de historia, a partir de artistas que examinan visiones pasadas del futuro, lo cual lleva implícito una crítica a la modernidad y también de recuperar ese espíritu utópico que existió en ese momento.
“Y hay una relación muy evidente que es la relación con la colección porque yo incluí obras de la colección dentro de la exposición y tienen una función además muy específica, porque sirve para dar contexto a los imaginarios productivos que yo exploro en las secciones temáticas de la muestra”, señaló la curadora.
A través de pinturas, esculturas, instalación, fotografía y video, esta exposición organizada por el museo Rufino Tamayo, que reúne algunas piezas representativas de algunos artistas como Henry Moore, Roberto Matta, Steve Mc Queen, por mencionar algunos quienes experimentaron con reproducir la idea que se tenía del futuro hace tres décadas.
Esta exposición forma parte de un nuevo proyecto que según Gonzalo Ortega, curador en jefe de Marco, va a innovar el concepto de la apreciación del arte contemporáneo.
“Tenemos varias líneas de investigación en el área de curaduría del museo y una de ellas es cómo hacer para transmitirle al público esa frontera tan vaga y tan confusa entre la definición de lo que era la modernidad y post modernidad entre el arte moderno y el arte contemporáneo”, explicó días antes de la inauguración de “El mañana ya estuvo aquí”.
Durante el recorrido los visitantes pueden entrar a ver diferentes documentales alusivos a la revisión sobre el pasado del futuro, ya que muchas de las obras fueron creadas en los años 50, 60 y principios de los 70.
Entre las referencias cinematográficas, Julieta González destacó La jetée, un filme de 28 minutos en blanco y negro que muestra un futuro desolador, una historia de un experimento que se realizó filmando una serie de fotografías que dan contexto a la narración que las acompaña.
En la sección “Memorias del Futuro” sobresale la obra de Gerard Bryne; 1984 and Beyond, que aborda la idea de visiones del futuro que pertenecen al pasado.
Sobresale el apartado en donde se reproduce en maquetas y fotografías la construcción del Observatorio Astronómico de Namibe y de la aeronave Icarus 13, que ahora ya sólo queda la estructura.
Y al final, se puede apreciar el proyecto de rehabilitación urbana en la Torre Insignia en Tlatelolco.
Las más de 50 piezas seleccionadas pertenecen a los artistas Yaacov Agam, Julieta Aranda, Kenneth Armitage, Hebert Bayer, Martha Botto, Carol Bove, Gerard Byrne, Enrico Casteñani, Lynn Russel Chadwick, Carlos Cruz-Diez, Hisao Domoto, Jean Dubuffet, Manuel Felguérez, Mathias Goeritz.
También se consideraron las obras de Adolph Gottlieb, Johan Grimonprez, Kiluanji, Kia Henda, Barbara Hepworth, Július Koller, David Maljkovic, Dorit Margereiter, Roberto Matta, Rita McBride, Steve McQueen, Henry Moore, Maththias MÜller, The Otolith Group, Edwin Passamore, Rogelio Pelesello, Gió Pomodoro, Earl Reiback, Pedro Reyes, Kasasuya Sakai, Jesús Rafael Soto, Simon Starling, Rufino Tamayo, Victor Vasarely, Jane y Louise Wilson.