Y tras casi dos años de pandemia, los guerreros de la primera fila de batalla -el personal médico- tendrá su merecido regalo: un corto, pero necesario receso laboral que servirá para “recargar pilas” y regresar con toda la energía en enero de 2022 cuando se reanude la vacunación contra el Covid-19.
Y es que, la crisis sanitaria no ha dado tregua el equipo sanitario desde su aparición en marzo de 2020 en Nuevo León.
Desde la aparición del primer caso en la entidad en marzo de 2020, la crisis del Coronavirus no ha dado tregua al equipo sanitario, que aparte de arriesgar la vida diariamente, se ha tenido que enfrentar a extenuantes jornadas de pocas horas para dormir, descuido de familias, intermitentes minutos de comida y quiebres emocionales constantes.
Primero como personal de contención en los hospitales y ahora como de prevención en las brigadas de vacunación, los guerreros con bata blanca por fin tendrán un respiro, luego de meses ininterrumpidos de fatiga.
Débora Jael Ayala Castro pertenece a este grupo selecto de héroes. La actual encargada del programa de vacunación en el módulo de la Explanada de los Héroes de Monterrey ha estado al pie del cañón desde la llegada de la pandemia a tierras regiomontanas y como a muchos de sus homólogos el anuncio del receso les cayó como una bocanada de aire fresco para disfrutar a sus familias.
“El receso significa aprovechar a mi familia lo más que pueda, pero sobre todo descansar. Estoy muy agradecida incluso con la población porque al fin podremos descansar. Es como una recarga de batería para descansar todo lo que podamos porque el próximo año seguiremos trabajando igual”, mencionó la vecina del sector de San Bernabé.
Y es que, aunque a la mayoría de la población el aislamiento obligatorio los mantuvo en casa, al personal médico lo alejó de su círculo más cercano y convirtió a los hospitales y centros de vacunación prácticamente en sus segundas casas.
Para nadie es un secreto que la pandemia cambió la vida de la humanidad, pero para el equipo médico el desafío personal llegó con una fuerte carga de trabajo.
“Fueron jornadas muy complicadas desde que iniciaron los contagios porque tuvimos que suspender la atención general para enfocarnos a la pandemia. Después, el tener que acoplarnos a la nueva modalidad que incluía separar a los pacientes en asintomáticos, asinomáticos, pediátricos, después la vacunación”, expresó la trabajadora de la Secretaría de Salud estatal.
Durante los peores meses de la pandemia, Ayala Castro apoyó en la atención de pacientes Covid en el Hospital Metropolitano, en donde cada día se convertía en un ritual, ya que, además de la carga laboral, el desgaste también penetraba lo emocional.
“Los días eran muy cansados, pero más que cansados tristes al ver a mucha gente luchando por sus vidas.
“Me levantaba a las 5:00 de la mañana para entrar a laborar a las 7:00. Mi salida era a las 2:00 de la tarde y a mi casa llegaba cerca de las 3:00 y a seguir con las labores del hogar. Ese era mi día a día en el hospital”, expresó.
Aunque sus descansos estaban programados los sábados y domingos, el alto número de hospitalizaciones por Coronavirus muchas veces ameritaron de su colaboración.
“Muchas veces tuvimos que cubrir los espacios que dejaban nuestros compañeros que salían positivos a Covid-19. Lamentablemente, compañeros míos llegaron a fallecer: médicos, enfermeros, de farmacia, laboratoristas, ninguna profesión se salvó”, dijo Débora.
El descuido de su familia fue inevitable ante las fatigantes jornadas que exigía la batalla contra la pandemia y que sigue exigiendo, ahora, en las jornadas de vacunación.
“Sí he tenido jornadas muy largas. Por ejemplo, ahora en vacunación estamos levantados desde las 3:00 de la mañana para estar en el módulo a las 5:00 de la mañana y hay veces que de aquí salimos a las 8:00 o las 9:00 de la noche.
“Son jornadas muy largas en las que a veces llego y muchas veces mi familia ya está dormida”, mencionó Ayala Castro.
Tal vez ya no es en hospitales, pero ahora en los módulos de inoculación, el
desgaste es mayúsculo, tanto por las horas laboradas como por el tiempo que pasan de pie, sin poder comer o ir al baño.
Aunque los que acuden a vacunarse solo los ven por unos cuantos minutos, detrás de esos erguidos enfermeros, enfermeras y médicos existe un esfuerzo monumental para inmunizar a la población.
Solo para darse una idea: el 13 de diciembre los brigadistas aplicaron una cifra récord de 91 mil 457 dosis en menos de 24 horas.
“Comemos cuando tenemos oportunidad, puede ser ya medio día y el personal apenas va a desayunar porque hasta que no baja un poco la afluencia los mandan a comer. Además, tiene que ser rápido para que pueda ir otro a comer porque tampoco se pueden ir de varios. A veces solamente comemos una vez al día porque no nos lo permite la afluencia de trabajo”, comentó.
Desde abril del presente año Ayala Contreras ha estado aplicando vacunas de manera ininterrumpida, a esos ocho meses se le agregan 13 más en los que combatió la pandemia en las unidades de salud y el Hospital Metropolitano.
En vísperas de Navidad, el 14 de diciembre, la Coordinadora Estatal de Programas de Desarrollo en Nuevo León, Judith Díaz, anunció que se dará un receso al personal de las brigadas, a partir del 16 de diciembre.
“Merecen unas vacaciones, irse a descansar, así que el 16 de diciembre pondremos una pausa”, dijo la funcionaria federal.
El receso representa el mejor regalo navideño para los guerreros de la primera fila de batalla, que incluso lo sentirán como algo nuevo.
“Yo creo que me levantaría a las 10:00 u 11:00 de la mañana, sería lo más tarde que se pudiera porque quisiera descansar. Apagaría el teléfono para que nadie moleste y comer a gusto, tomarme un tiempo determinado para comer, ver películas, estar con mi niña, apoyarla en sus tareas, será algo muy increíble que voy a sentir incluso como nuevo. Lo voy a disfrutar demasiado”, puntualizó.
Ayala Contreras no tiene algún deseo en específico para Navidad, solo espera que todas las familias estén completas en esta época decembrina.
“Deseo que nuestras familias estén completas, que mis familiares, mis conocidos, que todos estemos completos. Queremos llegar a fin de año y superar esta pandemia”, indicó la joven.