Los fiestas decembrinas son la excusa perfecta para desempolvar los recuerdos navideños de la infancia. Actores políticos de Nuevo León platican sus mejores anécdotas de las fechas.
Navidad es familia
Por: Emanuel Suárez-
Una Navidad dividida entre Monterrey y Salinas Victoria, pero unificada por el amor familiar, así transcurrieron las Navidades de la presidenta del Congreso de Nuevo León, Lorena de la Garza, durante su infancia.Aficionada de la Barbie, las cartas a Santa Clós siempre pedían algo relacionado a la famosa muñeca y para asegurar que llegara, la legisladora dejaba su lista de “deseos“ en casa de sus padres, abuelos y tíos.¿Cómo definiría la Navidad y las fechas decembrinas?
La Navidad para mí es familia. Es pasar esta temporada con los seres que más quieres. Si eres una persona de fe, también recordar el nacimiento de Jesús y todo lo que esto implica para la religión católica, que también es un sentimiento muy bonito. Para mí la Navidad es familia, es armonía es paz, es mucha felicidad.
¿Qué recuerdos tiene de su infancia en esta temporada?
Igual, los recuerdos navideños para mí son la familia: estar en la noche del 24 de diciembre junto a ellos. La familia de mi mamá es de Monterrey y la familia de mi papá es de Salinas Victoria. Entonces, para mí de chiquita era venir a Monterrey primero que mi abuelita Garcy, que en paz descanse, y después irnos a a Salinas con mi abuelita Idalia. Ya nos quedamos ahí en Salinas y al día siguiente era abrir regalos en mi casa y en casa de mi abuelita.
Y luego también Santa nos dejaban regalos en casa de mis tías o después los tíos nos llevaban regalos a los demás sobrinos y nos íbamos al rancho o a la casa abrirlo. Por eso te digo que para mí Navidad es familia se hacía en torno a que la familia conviviera.
¿Qué es lo que más le gustaba a la familia cocinar en estas fechas?
A mi nada porque no cocino, pero sí comíamos delicioso. No soy tan fan de del pavo, pero el pavo el pavo siempre está, además de tamalitos deliciosos, buñuelos, espagueti. Yo sé que hay mucha gente que le gusta la ensalada de manzana que hacen esta temporada, a mí no me gusta, entonces yo me concentro en todo lo demás.
¿Algunas canciones o villancicos que más le agraden durante esta temporada?
En español y en inglés los de siempre y ahora que soy mamá pues las canciones que siempre salen en los festivales de baile de Navidad que son muy padres, por ejemplo el “Jingle Bells” y la “Noche de Paz” y todas esas.
¿Usted contribuye a que en estas fechas Mariah Carey se vuelve más rica?
Si, Mariah Carey y Michael Bublé, que también me gusta mucho. Y ahora hay unas que me acaba de enseñar mi hija de Gwen Stefani y Ariana Grande que no conocía y están muy padres.
¿Era de pedir regalos en Navidad?
Sí y muy astutamente iba dejando la carta en todas las casas de mis familiares. Si iba a casa de mi abuelita ahí dejaba la cartita, lo mismo en casa de mi otra abuelita y en casa de mis papás y de mis tíos. Yo decía, en una de esas Santa se va a enterar y me lo va a traer.
¿Y cuál fue el regalo que más anheló de niña?
Yo creo que cosas de la Barbie en general, no me acuerdo de uno en específico, pero sí me acuerdo que por ejemplo el Jeep de la Barbie y el Camper de la Barbie y todo de la Barbie.
¿Y sus padres sí le inculcaron la creencia de que existía Santa Clós?
Sí, aparte yo tengo una hermana a la que le llevo 10 años. Entonces, ya de grande era cuidar que la hermana chiquita siguiera esperando los regalos de Santa e irle creando esta ilusión y esta magia de la temporada decembrina y ahora me toca con mis niños.
¿Y usted con su hija?
Sí, igual todo. De que va a llegar Santa, poner el pino, las travesuras del duende, la decoración de Navidad, ponemos villancicos, las posadas y obviamente mi esposo y yo ya estamos esperando la llegada de Santa.
¿Y sí les gusta consentir a su niña con regalos?
Mi esposo es más consentidor porque como es niña no le puede decir que no a nada y yo trato como de hacer que sea un poquito más mesurada, pero la verdad es que es muy muy buena la niña, entonces privarla de algo no está padre.
¿Qué sabor permanece en su mesa el 24 de diciembre?
Los tamales
¿Comprados?
Sí, no voy a mentir, comprados.
¿Qué es lo que desea para Nuevo León en el 2025?
Conciliación y paz.
¿Cuáles son los retos que ve el próximo año?
Obviamente, si no hay presupuesto va a ser un problema para todos los entes públicos, no solo para el aparato de gobierno sino para toda la actividad pública.
Acaban de empezar las administraciones municipales y por lo que hemos hablado con los alcaldes tienen un problema con el tema de bacheo, porque no recibieron los recursos que les corresponden. Entonces, los principales problemas que vemos en la ciudad y que desde el Congreso se tienen que atender, es todo lo que tiene que ver con infraestructura vial, con la infraestructura de Agua de Drenaje y nuestros intereses de siempre, por supuesto, la seguridad la salud y la movilidad.
Y qué es lo que visualiza ¿tendrán los alcaldes una amarga Navidad?
Pues espero que no. Ojalá que haya conciliación, que podemos lograr en estos días que quedan un presupuesto justo y actualizado para Nuevo León y que le podamos traer una una bonita Navidad no a los alcaldes sino a la gente que vive en los municipios que gobiernan porque al final del día creo que, a veces, se pierde esa noción por el dinero que es para usarse con la gente. Entonces, ojalá que el presupuesto sea justo y actualizado.
¿Algo que se agregar?
Para todos los que nos están viendo que pasen muy bonita Navidad, que sea una época de compartir mucho amor, No se pierdan tanto en el tráfico y en las vueltas y en querer regalarle a todo el mundo siempre. Yo a veces, tengo que confesarlo, entrego regalos tarde porque pasar cuatro horas, haciendo filas y peleando en centros comerciales, de eso no se trata esta época, Se trata de convivir, se trata de estar en paz, no se estresen de más. Ojalá que sea una etapa que la vivan en plenitud con toda su familia, que reflexionemos los que somos personas de fe y que abramos nuestros corazones para recibir mucho amor durante el 2025.
El balón de piel
Por: Emanuel Suárez
Desde pequeño, el alcalde de San Nicolás, Daniel Carrillo, ha sido fanático de los deportes. No es de sorprenderse que uno de sus regalos navideños más preciados haya sido un balón de piel para fútbol americano de la marca Wilson.
Y aunque el regalo fue muy anhelado, los mejores recuerdos del panista no se traducen a regalos sino a la convivencia familiar, esa que se justificaba en diciembre con todos sus familiares, sin importar la diferencia de religiones.
¿Qué es lo que representa para usted estas fiestas navideñas?
Son como dos etapas: la primera, la reflexión de cómo te fue en el año, qué hiciste bien, qué hiciste mal y qué hiciste de bien para los demás. Y la segunda parte es la esperanza, la expectativa de lo que viene de renovar, lo que haya que mejorar y tal vez de repetir las cosas buenas que te pasaron.
¿Cómo vivió Daniel Carrillo la Navidad y Año Nuevo en su infancia?
Las navidades fueron muy felices. Eran reuniones familiares de mis padres, siempre con sus familias, que eran de muchos hermanos. Las reuniones eran masivas con muchos nietos, muchos primos y duraban hasta tarde. Además se hacían en un entorno interesante porque convivían tres religiones. Yo soy católico, pero tengo por un lado familia Mormón y por otro lado familia testigo de Jehová y era llevar una una Navidad muy bonita con una visión similar de todas las familias, pero lo más importante como reencontrarnos todos primos tíos sin distingos de de las creencias religiosas fue ese es mi recuerdo de infancia y de canciones.
¿Cuál es su canción favorita de estas fechas?
Los villancicos son normales en esta temporada, lo viví de hijo y ahora lo vivo de padre. El “Arre Borreguito“ son canciones padres porque son de baile y mucho movimiento para los hijos. Los villancicos y las canciones navideñas son muy buenos.
¿Cuál fue su platillo favorito en Navidad?
La tradición en familia siempre fue el pavo o la pierna, pero hay dos platillos en específico, muy mexicanos, que me han gustado, que son el pozole y los romeritos. Ambos los cocina maravilloso mi mamá.
¿Creía en Santa Clós de niño?
Sí, yo creo que me dijeron la verdad de Santa Clós como a los 9 ó 10 años. De niño siempre tuve la esperanza de que había un ser que arropaba, que abrazaba, que le daba esa ilusión, a cambio portarte bien. Creo que eso era muy bonito, el irte a dormir y al otro día, como por arte de magia, estaban regalos.
¿Qué regalo recuerda que le haya gustado demasiado o que haya esperado mucho?
Un balón de fútbol americano de piel. Mi hermano y yo jugábamos fútbol americano en el mismo equipo y usábamos balones de plástico, pero veíamos en la televisión que se usaba otro tipo de balones. Entonces, pedí un balón de piel. Aparte en aquel entonces las marcas como Nike no llegaban a México tan fácil y recuerdo que era de la marca Wilson.
Ya ahora como adulto ¿cómo celebra la navidad?
Lo que hemos hecho en casa con nuestros hijos es vincular el nacimiento del niño Jesús. O sea, sí, Santa Clós es un ícono, pero el nacimiento está presente porque creo que Jesús es el que le da espiritualmente vida a Santa Clós y sin eso no puede haber Navidad y regalos.
Tratamos de hacer una convivencia con una buena plática y una buena cena tradicional norestense, eso en Navidad. Ya en Año Nuevo es una cena mucho más costera porque mis padres viven en Veracruz.
Y ahora como autoridad de San Nicolás quiero preguntarle ¿qué actividades tiene para el municipio en estas fecha?
Arrancamos con un festival navideño aquí frente a la presidencia y durante el mes tenemos muchas actividades como presentaciones navideñas y culturales en la pérgola y en el Centro Cultural Barragán.
También tenemos nuestros desfiles tradicionales por diferentes puntos de la ciudad los lunes, martes y miércoles. Son desfiles nocturnos con 30 carros alegóricos que vienen disfrazados y con luces.
Tenemos también una villa de sets navideños para que las familias puedan tomarse fotos, que ya es toda una tradición.
En el Museo de San Nicolás tenemos 10 sets para toda la familia pueden ir y visitar y ahí tenemos en el parque una área de actividades, entre ellas un cinema al aire libre de puras películas navideñas desde las 6:30 de la tarde hasta 10 de la noche.
¿Y cómo garantiza el municipio que su población tenga una feliz Navidad?
La responsabilidad del gobierno es que haya felices fiestas así que tenemos varios operativos. Primero, el operativo de seguridad, es un operativo vinculado con varias organismos y cuerpos de seguridad municipal, estatal y federal.
A la vez tenemos a los organismos que son de apoyo como Protección Civil, Bomberos e Inspección, de tal suerte que los lugares en donde celebran posadas puedan estar regulados los horarios y no haya conflictos mayores como aglomeraciones.
Tenemos los operativos anti alcohol en las calles para que la gente no conduzca tomada. Son operativos netamente preventivos, sí se multa, pero a la persona no se le detiene.
Entonces, tenemos varios operativos y le estamos apostando a tener un saldo blanco en el arranque de enero.
¿Qué le pediría a Santa para el municipio de San Nicolás?
Mira siempre la carta de los alcaldes y me sumo a ella, es poder tener más recursos porque siempre hay más necesidades de las que puede alcanzar un alcalde. Además le pediría paz, pero no en el sentido de una bandera blanca sino en una generación de paz, que seamos más empáticos en la sociedad.
El carrito de madera
Por: Pedro Ortiz
Aunque Héctor García, alcalde de Guadalupe, en algún tiempo vivió una navidad modesta con su familia, siempre recuerda esa época con mucho cariño al igual que un carrito de madera que recibió de regalo y que lo hizo muy feliz.
Para el edil guadalupense, la unión familiar es algo que siempre debe prevalecer en la temporada decembrina, recordando anécdotas y momentos en familia.
Los tamales son el alimento que no puede faltar en su mesa y los mejores eran los de su mamá.
¿Qué representa la Navidad para Héctor García?
Es la época más bonita que nos ha tocado vivir en familia, para mí es la época de reencuentro, afecto, solidaridad, abrazos, cariño, en fin muchas cosas. Creo que Navidad, la sola época, hace que la familia se una, saludes a tus amigos y hagas recuentos cada año, del anterior año, o los pasados, creo que es la mejor época del año.
¿Héctor García vive la Navidad de una manera religiosa?
Religiosa claro, siempre agradeciendo a Dios la oportunidad del nacimiento de Jesús. Creo que ese nacimiento de Jesús es lo que nos formó en una época de dar, de quererse, de abrazar a la gente y de hacer reflexiones profundas, de qué has hecho bien y qué has hecho mal.
Siempre sí, con el marco religioso, pero sobre todo la formación personal que tuvimos de parte de nuestros padres.
¿Cómo recuerda sus navidades de pequeño?
Pues muy bonitas. Había toda una historia alrededor de la Navidad, de hecho había la costumbre de mi padre de subirnos a la azotea de la casa y desde muy temprano estar viendo una estrella.
Nos decía que era la estrella que venía bajando con Santa Clós y ahí nos pasábamos horas hasta que nos dormían y hasta en la mañana veíamos que Santa Clós se había comido los tamales cuando en realidad había sucedido otra cosa, pero siempre se vivió de esa manera, era una forma de cansarnos.
Y por increíble que parezca, se lo platico a mis hijos, nosotros supimos la realidad hasta los 13 o 14 años, tuvimos una infancia muy larga.
¿Cuál fue su mejor regalo y el que nunca pudo tener?
El mejor regalo que recuerdo es un carro de madera que mi padre mandó a hacerme con un carpintero. Nosotros queríamos un carrito de tienda, de esos de lujo pero no se podía, en ese entonces no había dinero en la casa.
Entonces mi padre mandó hacer con un carpintero un carrito que, lo recuerdo como si fuera hoy, todo rojo con unas rayas amarillas, cómodo, bien hecho. El señor era un carpinterazo.
Nosotros siempre pedíamos lo que veíamos en la televisión. Entonces, pues eran cosas caras que no podían llegar a la casa en una época, ya después a mi padre le fue muy bien y fueron diferentes las cosas, pero en ese tiempo de infancia había limitaciones.
Soy de una familia de cinco hermanos, uno por año. Entonces, no siempre había para todos y sí se quedaron a lo mejor regalos pendientes, pero ninguno que se haya lamentado que le haya dicho a papá: “¿por qué no me llegó?”, ni de niño, ni de grande.
Todo siempre fue con mucho cariño, por humildes que fueron las cosas que nos daban siempre se recibieron con mucho cariño.
En ese tiempo ¿Cómo era la cena?
Casi siempre tamales. Tenía que llegar mi padre porque él trabajaba en una mueblería que era muy famosa en ese entonces, Salinas & Rocha. La mueblería en tiempo de Navidad era cuando más trabajaba, entonces llegaba a las 9:30,10:00 de la noche de cerrar la tienda como gerente, y teníamos que esperar a nuestro padre, que siempre se sentaba obviamente en la silla principal.
No había manera de que no estuviéramos todos, era imposible, de hecho hasta que fallecieron estuvimos todas las Navidades, hasta hace dos o tres años, todos juntos en la misma mesa.
Hoy que ya no están pues ya no, pero siempre estuvimos juntos, siempre la Navidad era de la familia y así nos formaron y así estuvimos durante toda la vida.
¿Cuáles son sus tamales favoritos?
Pues todos, la verdad es que mi madre tenía una mano excepcional para ser de comer en una fregona, mi viejita. Y ella no permitía comprar un tamal, siempre los hacían ellas era era parte de la Navidad.
Invitaba a sus hermanas, se ponían a hacer la masa, se ponían a embarrar tamales de carne, de queso, de frijoles, de chile y siempre le quedaron muy sabrosos, mi madre tenía una mano excepcional.
¿Cómo vive usted la Navidad ahora con con su familia?
Ahora con mis hijos, mis nietos e invitamos a más persons como mis hermanos. Tenemos que estar juntos hermanos, sobrinos, nietos y luego ya nos despedimos y ya cada quién se va a su casa, pero es obligación que en la casa tienen que estar los hijos.
En cuanto a la comida tiene que continuar el tamal porque es Navidad.
¿Qué le pediría a Santa para los guadalupenses?
Esta es una ciudad de gente muy buena, es una ciudad de gente de trabajo. Es una ciudad de gente que nadie la ha regalado nada, todo lo que tienen en Guadalupe, por humilde o por grande que sean sus casas, le ha costado mucho esfuerzo.
Entonces yo quiero pedirle a Santa Clós seguridad, mejorar en el nivel de vida de los guadalupenses, que la gente viva en paz, que cada vez haya menos inseguridad, que la gente pueda caminar libre en la calle sintiéndose seguro y que obviamente sea una ciudad que no cambie su esencia porque esto sigue siendo un pueblo.
También le pediría a Dios esta Navidad que me dé la sabiduría, paciencia, salud y vida para poder tratar de hacer las cosas lo mejor posible.
El nacimiento de Jesús es lo más importante
Por: Pedro Ortiz
Para el alcalde de Apodaca, César Garza Arredondo, lo más importante de celebrar en la Navidad es la unión familiar, pero sobre todo el nacimiento de Jesús, que para los cristianos y católicos es el nacimiento de una nueva luz que guiará al mundo.
Garza Arredondo añora con cierta nostalgia las navidades de pequeño, pues recuerda como en las casas de los abuelos, mientras su madre y tías ayudaban a preparar los tamales, él se divertía con sus primos.
Ya una vez entrado el 24 de diciembre, la emoción se duplicaba al saber que degustaría ricas cenas y sobre todo abriría regalos alrededor del pino navideño.
¿Qué representa la Navidad para César Garza Arredondo?
Yo creo que la Navidad es una época de paz, de tranquilidad, sobre todo de convivencia familiar, creo que es lo más importante de la Navidad, pasar tiempo con la familia y recordar, por su puesto. Que a pesar de los regalos, de las luces, de la comida, lo más importante de la Navidad es recordar el nacimiento de Jesús.
¿Cómo vivió la Navidad?
Durante toda mi vida de soltero el día 23 íbamos a la cena del lado de mi mamá, mi abuela materna, y el 24 íbamos a la cena con la familia del lado de mi papá.
Ambas reuniones muy cálidas, muy familiares y sobre todo siempre poniendo en el centro a la familia.
Cuando estaba chico recuerdo mucho la emoción del día 23, cuando íbamos con mi abuelita del lado de mi mamá, luego la emoción se duplicaba el día 24 porque también era el día de la cena, con mis abuelos, ambos cocinaban muy bien.
Y después en la noche también con los regalos y otros tipos de juegos que hacíamos, la verdad lo extraño; extraño esas épocas, creo que la Navidad se vive diferente cuando eres niño.
¿Cuáles son los sabores de la Navidad que recuerdas?
Los tamales era algo que mi abuelita Anita, que en paz descanse, siempre nos daba en Navidad. Yo recuerdo con mucho cariño, no solamente la noche que no los comíamos, sino también los días anteriores, desde el 22 y 23 de diciembre, los días que se estaban preparando ahí en casa de mi abuelita.
Y eso también era un hecho familiar importante porque íbamos todos, mis tías y mi mamá estaban ahí cocinando, y los primos nos poníamos a jugar en el patio, la verdad los tamales es algo de lo que más recuerdo.
También mi abuelita Anita hacía unos macarrones con queso, con este cheez whiz, muy muy bueno ya llevo muchos años sin probarlo, pero le quedaban muy buenos.
Creo que los tamales de pollo y frijoles son los que más me gustan. Tengo la costumbre, a lo mejor pensarán que un poco rara, de ponerles mayonesa, no sé por qué me gusta ponerles mayonesa.
¿Cuál fue el mejor regalo que recibió César Garza Arredondo?
Yo creo que mucho balones. A mí me gusta mucho el fútbol y creo que con un balón yo era muy feliz. En alguna ocasión también recuerdo que me dieron unas películas que eran del Barcelona y que te decían cómo jugar y demás y me gustaron mucho, recuerdo eso con mucho cariño.
Pero también a retrospectiva, creo que lo más importante son todos esos recuerdos que se quedan para siempre. El balón, quién sabe dónde habrá quedado; de hecho creo que se me ponchó a la semana, pero los recuerdos son muy buenos.
¿Cuál fue el regalo que nunca llegó?
Pues la realidad es que siempre los regalos que yo pedí fueron muy sencillo, yo con un balón era muy feliz y no recuerdo algo que no me haya traído. ¡Ah! un hermanito quizás, pues soy hijo único.
Ahora viviendo su etapa como alcalde ¿cómo se viven las Navidades en el municipio?
Pues Apodaca es un municipio que se ha caracterizado en los últimos años por estar muy cerca de la gente y en la Navidad no queremos que sea la excepción, por eso siempre organizamos muchas convivencias.
En las comunidades apoyamos para que hagan sus propias reuniones, se organicen y aprovechen los valores y la paz que te da la Navidad, que es algo muy importante.
Lo más importante justamente es la sonrisa en los rostros de los niños, esas memorias de las que te platicaba que se quedan para toda la vida y fomentar esta sana convivencia familiar en torno a la Navidad que es el nacimiento de Cristo.
¿Qué le pediría Cesar Garza Arredondo a Santa para los apodaquenses?
Le pediría que nuestra ciudad en el 2025 logre todos sus objetivos, que tengamos tanto a nivel individual como a nivel colectivo: paz, amor y prosperidad en todos los hogares de nuestra ciudad.
¿Y de manera personal?
Pues de manera personal le pediría que nos cuide, tengamos seguridad, que estemos en paz y sobre todo que nos den mucha iluminación para saber conducir este municipio tan importante.
“Mi Navidad de niño era modesta, pero feliz”
Por: Héctor Hugo Jiménez
De niño, Víctor Pérez Díaz, diputado federal del PAN, celebró feliz, pese a las carencias, las épocas navideñas en su natal Lampazos, Nuevo León, junto a sus padres y sus ocho hermanos.
Cuéntame ¿cómo era tu Navidad de niño?
La verdad eran muy felices a pesar de todo, y es que mi familia era muy modesta con ingresos no muy buenos, pero si una familia muy convencida de que íbamos a salir adelante.
A mi papá le creció la familia, al principio eran dos o tres y de repente se le hicieron nueve hijos; con un sueldo de ferrocarrilero, mi papá era mayordomo de vía, nada más alcanzaba para vestirnos, calzarnos, pagarnos la escuela y la universidad a los mayores.
Esto sucedió en Lampazos ahí vivi toda mi niñez hasta los 13 años. Era de pasar la navidad con algunos vecinos, tronando cohetes aquí y allá.
Eran días 24 en donde batallando se hacía algo, pero también hubo muchas ocasiones en que no hubo Navidad en la casa.
Me acuerdo que las primeras cenas de Navidad fueron cuando mis hermanos mayores ya empezaban a trabajar y llevaban algo a la casa.
Fue ahí cuando empezamos a hacer una carnita asada, algunos tamales y ahí mi madre se la discutía con mis hermanas, con los vecinos y hacían algo muy modesto.
Pero sí fue una niñez de no ver juguetes hasta que mi hermano el mayor me regaló un carrito de control remoto, de aquellos controles remotos de los setentas, y otra de mis hermanas unos avioncitos bonitos.
También me acuerdo que llegaba una enfermera a la estación del ferrocarril y salíamos todos los ‘güerquillos’ al ataque, a esa enfermera le decíamos Guerrero, ella también era la que nos hacía la navidad porque nos regalaba juguetes.
Nosotros no teníamos arbolito, y cuando teníamos era una rama de mezquite. Una hermana le ponía esferas, pelo de ángel y así hacíamos nuestro arbolito de Navidad, pero la verdad fue una niñez muy feliz, no me quejo.
Nunca tuve una bicicleta nueva, pero una vez mi hermano mayor, Concho, me hizo una con partes que sacaba de las góndolas del ferrocarril; bajamos una rueda, luego otra, el cuadro, la cadena, los manubrios, la estrella, así me la armó.
Recuerdo que tenía la ilusión de una carabina de pompazos, era de aire, pero nosotros le decíamos pompazos.
Fue una época muy formativa. Mi padre, que en paz descanse, siempre nos formó para ser mejores y que fuéramos compartidos.
Eso con el tiempo se convirtió en una forma de ser de nosotros, aún lo sigo aplicando aunque no lo diga. Sergio, que en paz descanse, y yo hacíamos un festival (aún se sigue haciendo) entre el 18 y 21 de diciembre de cada año en Rinconada. Llegamos ahí como 800, 900 personas.
¿Qué olores conservas de la Navidad?
Los tamales, la carne asada y la pólvora. Cuando mis hermanos mayores ya estaban grandes hacían reuniones con sus amigos.
Yo soy el octavo de nueve y pues era el más mimado, nos daban dinero, dulces, juguetes.
Cuando se compuso la cosa, cuando ya trabajaban los hermanos mayores, se hacían las carnes asadas en diciembre.
¿En Lampazos había familias pudientes que recibían mejores regalos?
Claro, viví esos momentos con amigos pudientes y no pudientes, porque todos estábamos en la misma escuela, pues era la única que había. Y aunque de alguna manera mi padre nos enseñó a querer cosas, aspirar a mejorar, nunca envidiaba.
Con el paso de los años te das cuenta porque fallaba Santa Clós, y con nosotros Santa andaba más ocupado porque estudiáramos, que trajéramos zapatos, uniforme, comiéramos, que por traer juguetes.
No aguantaba el recurso para traer juguetes, trata una carga de nueve hijos junto con mi mamá y si era complicado.
Nunca envidiamos nada, y la verdad es que nuestros juguetes eran las huleras, canicas, trompos, el yoyo; jugábamos a muchas cosas que no ocupaban dinero como el burro bala y los pocitos.
Era una niñez de pueblo, más de actividad física. Claro que queríamos lo demás, pero aún así éramos felices con lo que teníamos.
Los trompos, canicas y juguetes los comprábamos con dos, tres mandados que hacíamos, boleábamos en la plaza, por no decir que en los bares y cantinas, y con eso comprábamos lo que nosotros disfrutábamos.
Fijaste que toda mi niñez fui beisbolista y mi papá si me alcanzó a comprar un guante muy bonito. Con el beisbol nos distraíamos muy bonito.
Recuerdo que una Navidad me preguntó que le iba a pedir a Santa, yo le contesté que un guante zurdo, pero también una pelota y un bate zurdo (risas).
¿Te dormías en la noche pensando en Santa, en los regalos?
Esa ilusión se me despertó cuando tenía como 9 o 10 años, más chiquito no porque no había. Pero después sí porque sabía que había alguien que me iba a traer algo.
Sabía que alguien me iba a traer un carrito, un avioncito. Pero más grande, de muy chico no porque no nos acostumbraron a que el 25 hubiera regalos en el pinito, porque a veces ni pinito había, era ramita de mezquite.
La verdad es que no la pasábamos bien a gusto, sabíamos que era navidad y disfrutábamos mucho las posadas eh!.
En mi pueblo había posadas y traíamos agenda, cooperábamos, rezábamos y luego ya nos daban nuestras bolsitas, eso sí era una vivencia tremenda.
Las familias querían quórum (risas), nos decían que por favor fuéramos a sus posadas. Íbamos todos los güerquillos pero había que rezar, estar en orden y después llegaban, la bolsita, los tamalitos y el refresco.
Las disfrutábamos mucho, sabíamos cuando empezaban, en donde serían y hasta las clasificábamos, cuáles eran prime, cuáles más o menos y en donde sólo nos daban un refresco.
¿Ahora cómo son las Navidades en tu casa, qué se acostumbra?
Nosotros celebramos la Navidad y el Año Nuevo normal. Tenemos cerca de 30 años acostando y levantando un Niño Dios, soy padrino de un Niño Dios.
Yo creo en Dios, soy católico, soy creyente y es una actividad que año con año hemos ido conservando en la familia.
Esa costumbre la inició mi abuela. Siempre fueron celebraciones muy bonitas muy apegadas al rito católico. Mi abuela hacía un rosario muy grande con mucha gente.
Mi abuela era una líder en la cuadra donde vivía, en el centro de Monterrey. Hacía pastorelas con guiones. Eran festejos muy bonitos que nos dejó mi abuela, se los pasó a mis tías, mías tías a mis primos y así seguimos conservando la tradición.
Víctor, ¿A quién extrañarás esta Navidad, esta Nochebuena?
Pues siempre extraño a mi papá, a mi mamá y a mi hermano.
Te van a faltar…
La verdad sí. A mis padres por el simple hecho se ser mis padres y por todo lo que me brindaron y a mi hermano por haber estado junto a él toda una vida, mi hermano Sergio.
Fuera de eso la verdad soy una persona que ha hecho una vida y soy feliz. Pero esas tres personas son gente que trascendieron y me ayudaron a trascender en mi vida.
Mi suegro también acaba de morir y fue una persona que me apoyó mucho.
Es normal que en las familias, en la Nochebuena, en la cena nos falte alguien…
Son fechas que se prestan para recordar para estar bien para para arreglar ciertas situaciones y para hacer una una serie de cuentas de tu vida. El fin de año, la Navidad, en lo que tú crees, son cosas que sí disfrutas, pero que a veces duelen esas fechas.
Creo que mucha gente tendrá alguien a quien recordar, a quién revivir en su en su corazón y en su mente y pues ante eso te apegas a tus creencias para poder decir: “pues todavía están aquí, los tengo en mi recuerdo, vivo de sus enseñanzas, tengo lo que me dieron”.
Porque en mi caso, aunque no haya sido material, pues la verdad que todo lo que nos enseñaron mi papá y mi mamá, nosotros los transformamos en cosas materiales. Después de que estudiamos, eso nos dio acceso a muchas cosas, gracias a Dios.
Eso es lo que reflexiono cada fin de año, cada Navidad. Es la enseñanza máxima que nos dejaron. Mis padres nos dieron una movilidad educativa que a su vez generó una movilidad económica, es decir, tuvimos acceso a más ingresos.
Mi papá lo planteó, lo planeó, nos educó para eso, para ser mejores personas en el tema educativo y también para saber compartir todo a lo que tuviéramos acceso.
¿Qué le pedirías a Santa Clós para tu ciudad Santa Catarina y tu estado?
Creo que sensibilidad de nuestros gobernantes, aprender a ponerse en los zapatos de la de la gente. Aprender a estar con los ciudadanos siempre en las duras y en las maduras, tanto cuando pides el apoyo como para cuando se los das.
Lo que quisiera es felicidad para todos tener una ciudad en todas las índoles del planteamiento de la ciudad, no solo en lo material.
Una ciudad con tranquilidad, con una política pública estudiada, analizada, para que la gente viva tranquila, viva en paz.
Que tenga espacios donde puedan disfrutar a sus familias, a sus hijos y donde estén seguros, seguros de muchas cosas, entre ellas de que van a llegar en paz a sus casas.
Que puedan tener tranquilidad que al estar en su colonia, en su casa, en su calle, en su espacio público, que no va a suceder absolutamente nada.
Eso es lo que pide uno, no se necesita mucho para hacer eso.
Voluntad…
Voluntad, inteligencia, un buen planteamiento de lo que quieres como gobierno, como lo que seas, y lo demás es la suma de todos.
Hay que saber sumarlos a todos, hay que saber encausarlos, emocionarlos y motivarlos, y hablo de todos los ciudadanos y ciudadanas. Entonces eso es lo que más o menos yo planteo y le deseo a la gente de Santa Catarina.