De acuerdo a datos del INEGI, el 51 por ciento de los 125 millones de mexicanos es femenino y aunque pareciera que cada vez es más difícil incursionar en el mundo que se creía ‟exclusivo” para hombres, existen mujeres de todas las edades que demuestran lo contrario.
Alejandra de los Reyes, Galilea Casas y Natalia Torres se preparan mas allá de la igualdad de género, buscando no depender de un hombre, consientes que nadie es más y nadie es menos.
Actualmente se trabaja para garantizar mayor bienestar en la vida de mujeres, pero para Alejandra, una Ingeniera Química de 43 años, es importante empoderarlas.
Portando la bandera del feminismo, tiene claro cómo ayudar y enseñar a jóvenes -en su mayoría menores de 30 años-, a no tener que depender de un hombre.
Para ello creó un Taller de Instalaciones Eléctricas Básicas dirigido a Mujeres, donde las participantes saldrán sabiendo realizar instalaciones básicas como de lámparas, enchufes o alguna renovación de contactos y apagadores.
‟Soy feminista y me gusta empoderar a las mujeres; me gusta hacer cosas para el empoderamiento femenino y por eso está dirigido a mujeres porque trato de enseñarles cosas.
‟Es súper importante no depender de nadie y no tanto sólo la mujer; por ejemplo, un hombre no debe depender de una mujer para que le lave la ropa o viceversa.
‟Hay que darnos cuenta de lo que podemos hacer, hay que romper barreras heteronormativas, no hay cosas especiales para hombres y no hay cosas especiales para mujeres”, dijo Alejandra mientras recogía las herramientas que minutos antes había utilizado en el curso.
Y aunque apenas lleva un mes impartiéndo los continuará trabajando en el empoderamiento de las mujeres.
‟Se van súper confiadas, aprenden mucho y se van con ganas de hacer más cosas y muchas de las cosas que me dicen, que a veces les da pena meter extraños a su casa y que no quieren esperar hasta que alguien las ayude o que no quieren pagar por algo que saben que es muy simple y dicen ‘sí puedo, claro que puedo’”, dijo con seguridad y una sonrisa de satisfacción en su rostro.
NO SE SIENTE MENOS
Galilea Casas, una joven de 17 años, cursa su tercer semestre de Mecánica, Mantenimiento Automotriz y Diesel en la Escuela Electrónica Monterrey, aunque en un principio le ilusionaba ser Policía Ministerial, el gusto por las motos la llevó a estudiar mecánica.
‟Desde que estaba en la secundaria me empezaron a gustar las motos y tenía un amigo que tenía un taller y siempre andaba con él, me empezó animar y me decía: ‘mira ve, así se cambia una llanta’, y fue cuando me empezó a gustar, les comente a mis papas y me dijeron sí, y me apoyaron desde el principio de la carrera”, comentó.
A su corta edad ya ha trabajado en un taller mecánico y dice que la gente se quedaba sorprendida al verla debajo del carro.
”La gente se saca de onda, y me dicen ‘oye que haces ahí abajo del auto, no te da cosa que te ensucies las manos’, porque es muy raro que una mujer se quiera ensuciar, siempre me preguntaban que si era algo del dueño o trabajaba ahí, algunos clientes me daban ánimos”, relató.
Durante su carrera técnica ha tenido que convivir con muchos hombres, compañeros de clase, sin embargo, aseguró no haber sufrido ningún tipo de acoso sino al contrario, en clase siempre la involucran ‟nunca me han hecho a un lado por ser mujer”, afirmó.
Para Juan Antonio Gutiérrez Aguilera, coordinador del área de Mecánica de la Escuela Electrónica de Monterrey, el que una mujer sepa incursionar en las áreas que eran exclusivos para hombres, lo define como bonito.
‟No me siento intimidado, al contrario es una competencia bonita que tenemos y es bonito ver a una mujer incursionando en áreas que antes se creían exclusivas para hombres, ver una mujer reparando un motor o cambiando frenos, lo digo como hombre, padre y esposo, me da gusto”, dijo Gutiérrez.
Galilea le falta un año para concluir su carrera técnica, sin embargo, tiene bien definido lo que quiere hacer concluyéndola: primero, trabajará en un taller para tomar toda la experiencia necesaria; segunda, poner su propio negocio.
Recomendó a todas las jóvenes de su edad a realizar lo que les gusta.
‟Recomiendo que sí les gusta lo hagan, en esta vida todo se puede, aunque te digan es ‘que eres mujer y no vas a poder’, hay que demostrar que sí, que somos igual que cualquiera, y que nadie es más o menos.
‟Siempre en todo va a haber dificultades y nunca va a ser de flores la vida, pero sí te gusta tienes que seguirle, aunque tengas tropiezos tienes que levantarte y seguir porque así no dependes de nadie”, concluyó.
EXPERTA EN ‘BICIS’
Las vacaciones de verano de Natalia, de 12 años, transcurrieron en el taller de bicicletas de su papá, ya que “la bici” es su medio de trasporte que la ha llevado a conocer sobre la mecánica de estos aparatos.
Desarmarla, quitarle las llantas, parcharla, ponerle llantas nuevas, arreglar los frenos, son algunas cosas que Natalia a su corta edad ya puede hacer.
La chica crecido en medio de unos padres activistas que luchan en pro de muchas causas sociales, entre ellos los derechos por las mujeres, sin embargo, considera que en un futuro todavía necesitara de su papá.
‟En un futuro tal vez sí tenga que depender un poquito de mi papá porque aún hay muchas cosas que no sé hacer, entonces ‘si no sabes, no tiene nada de malo aprender y ya después tu podrás hacerlo sola’”, sugirió.
Al tener que ser la única hija, sus padres la han protegido mucho, por lo que para ella significa de gran importancia saber realizar cosas por si sola, ya que eso la hace sentir muy bien e independiente.
‟Si les gusta algo que se relacione con la mecánica o si les gusta una moto, una patineta, o patines, que aprendan como quitar piezas, como arreglarlos, como desarmarlos, a veces solo está sucio y piensan que no sirven y gastan el doble, cuando lo único que necesitas es lavarlo y volverlo a poner, tal vez a la primer no queda bien, pero vas aprendiendo”, dijo.
‟Es genial aprender arreglar cosas de tu casa, como la lavadora, la estufa, la plancha o un corto (circuito), lo básico, yo creo que está muy padre que las mujeres aprendan por su propia cuenta, para que puedan hacer las cosas solas y no dependan de un hombre”, comentó Natalia.
‟Tal vez no necesitar de su ayuda (hombres), es hacerlos sentir menos, es como ellos cuando nos hacen sentir menos y nos dicen ‘yo lo hago hazte para allá, que yo soy mejor’, pero es como demostrarles que también nosotras podemos”, agregó Natalia.
Recomendó a las mujeres que aprendan mecánica de bicicletas (claro, si la ocupan), para no depender de otra persona.
‟Pero creo que se siente bien cuando entre mujeres nos ayudamos, porque sabemos hacer otras cosas”, concluyó.