Los esquemas de trabajo han cambiado de manera drástica durante la pandemia. El home office o teletrabajo, se convirtió en una de las principales modalidades adoptadas por las empresas para mantener sus funciones y evitar contagios entre sus colaboradores.
Según la Encuesta regional 2020: ¿Cómo se transformó el ámbito laboral y familiar?, de la IAE Business School, 68% de los mexicanos trabajan a distancia a tiempo completo.
En el contexto de la emergencia sanitaria, empresas y trabajadores tuvieron que hacer una transición rápida e improvisada hacia el trabajo remoto.
Este cambio implicó nuevos desafíos para los colaboradores, como tener que familiarizarse con la tecnología, comunicarse a distancia con sus equipos y entender la transformación de los procesos.
Asimismo, las empresas tuvieron que definir lineamientos para operar en la modalidad de home office, decidir las vías de comunicación para mantener contacto con proveedores, clientes, socios, entre otros, además de impulsar herramientas de seguridad de la información.
De acuerdo con el reporte El futuro del trabajo en América Latina, de Runa, plataforma de nómina y gestión de Recursos Humanos, el 95% de los encuestados indicaron que trabajan únicamente de forma remota o bajo un esquema mixto y estiman mantener este esquema al menos durante este año.
“La capacidad de adaptarse a un trabajo remoto o mixto no ha sido fácil para todos. No es lo mismo realizar una transición si se trabaja en finanzas o seguros que en atención al cliente o empresas de manufactura. La capacitación es una de las herramientas clave para tener mejores resultados”, señala Andrea Rojas, Head de Recursos Humanos en Runa.
Los desafíos del home office
Trabajar en casa no es una tarea tan sencilla como suena. Hay algunos factores como el espacio físico, las responsabilidades domésticas o la falta de concentración que pueden influir a la hora de que tus colaboradores realicen su trabajo. Para poder ser más productivo durante el home office, Runa recomienda que los trabajadores establezcan horarios para levantarse, arreglarse, comer y realizar sus tareas, justo como cuando asistían a la oficina, es decir, respetar una rutina.
También es importante adaptar una área cómoda, limpia y ordenada de trabajo, que preferentemente tenga buena iluminación y ventilación. En este espacio pueden tener a la mano documentos que necesiten, equipo de cómputo, papelería, y agenda. En el caso de buscar espacios fuera de casa, se recomienda evitar sitios con mucho ruido.
Es necesario que los colaboradores dejen en claro a las personas con quienes viven cuál es su horario de trabajo, esto con el fin de evitar interrupciones o distracciones que puedan afectar su desempeño. Sin embargo, es recomendable que tomen descansos para moverse o relajarse.
Finalmente, Runa recomienda no alargar el día laboral. Al igual que el trabajo en oficina, es importante respetar los horarios de entrada y salida de los colaboradores. De acuerdo con cifras de un reporte realizado por Bumeran, en México, Ecuador, Argentina y otros países de Latinoamérica, el 33% de los encuestados consideran que la principal desventaja del home office es trabajar fuera del horario habitual y más horas que antes.
“A muchos empleados les ha costado trabajar al mismo ritmo o de la misma manera que lo hacían cuando estaban en la oficina. Según datos de Runa, más del 45% de las empresas han implementado una herramienta para monitorear el trabajo remoto a partir de la pandemia de COVID-19. En este sentido, una herramienta para monitorear los avances puede ser benéfica tanto para los empleados como para la empresa”, señala Andrea Rojas.
Apoyarse en este tipo de herramientas, como encuestas o formularios, puede ayudar a conocer con mayor detalle la experiencia de los trabajadores sobre el trabajo a distancia, sus niveles de fatiga, sus necesidades, y con base en estos resultados implementar acciones puntuales.
Beneficios como el pago por mobiliario de oficina en el hogar y el pago de servicios de salud o bienestar también pueden facilitar la efectividad del home office.