
Años atrás se apreciaban los restaurantes, centros comerciales y plazas públicas, rodeadas de personas conviviendo o manteniendo charlas amenas; hoy, esto ha quedado en el pasado.
Y es que desde el 2007 con la llegada de los smartphone, la forma de interactuar de las personas se ha modificado. En especial la de las nuevas generaciones que viven casi “pegadas” al celular, así lo describe el psicólogo Pedro Peña Hernández.
Pues la compañía de familiares, amigos o compañeros de trabajo, ha sido desplazada por los teléfonos inteligentes.
“He visto cómo en los restaurantes está uno platicando, prácticamente solo, porque el acompañante está embobado con el celular y no muestra interés en lo que le están comentando”, aseguró el terapeuta.
También mencionó que en las nuevas generaciones, este tipo de acciones son normales, ya que observó la convivencia de un grupo de adolescentes y mencionó que todos los integrantes contaban con su dispositivo móvil y dijo, “su forma de convivir es mostrarse fotografías o videos”.
De acuerdo al terapeuta, para ser un phubber no existe rango de edad, porque cada vez son más jóvenes los usuarios del celular y por consecuencia de las redes sociales.
“No le puedes decir a un joven que no tenga facebook, porque sería desadaptado, no iría a la par que sus compañeros de la edad.
“Está generación debe entender a la que viene, no le puedes pedir a un adolescente de ciudad que no use internet, pero debe haber un control”, detalló.
El problema surge cuando existe una mezcla de generaciones o cuando personas que no comparten el mismo tipo de convivencia se reúnen en algún acto social.
“Se puede tomar como falta de educación o falta de respeto hacia la persona que habla, pero depende del grupo”, comentó.
Cómo darse cuenta que se está en problemas
“Las adicciones tiene en común muchas cosas, sea cual sea, el adicto es muy egocéntrico, todo gira alrededor de él, es muy terco, no reconocerá tan fácil que está en problemas.
El momento en que el adicto u obsesivo toque fondo, lo que en la mayoría de las veces implica una pérdida, según la experiencia del terapeuta, es cuando sabrá que tiene un problema serio.
Y al igual que un alcohólico, en casos más extremos, les puede causar un daño muy grande a quienes los rodean, por dar esa sensación de hartazgo o de indiferencia y los seres queridos ya no buscarán al phubber para platicar de frente.
“Las relaciones humanas están cambiando al igual que la manera en la que nos comunicamos, es decir, los padres analógicos deben entender a los nativos digitales, pero sin excedentes”, explicó.
Detalla que aún existe un miedo por lo que va a pasar con las nuevas tecnologías, con lo que antes era y cómo cambiaría.
Aunque no sea igual comunicarte vía internet o convivir de frente, nunca será lo mismo una charla mediante la red a una presencial.
“Lo positivo de los celulares es que te acerca de quienes están lejos, pero lo malo es que te aleja de quienes están cerca”, aseguró.
Sin embargo, la falta de control es lo que hace que las personas lleguen al punto de la obsesión o dependencia.
Por lo anterior, se derivan distintas problemáticas, entre las que se encuentran: la poca comunicación en una pareja, distanciamiento de amistades, deficiencia laboral e incluso accidentes viales.
Consecuencias del phubbing
“A mi consultorio llegan muchas parejas, sobre todo las esposas son quienes se quejan de que el marido se la pasa jugando con el celular o mandando mensajes, aunque sea a amigos, se sienten desplazadas”, recordó.
Estas acciones podrían ocasionar problemas más severos como agresión psicológica, que implica rechazo, humillación, celotipia, menosprecio, abandono, negligencia, indiferencia, restricción a la autodeterminación, amenazas, baja autoestima y aislamiento.
“Esto de que él no le hace caso a la señora, podría ir acompañado con algo de violencia verbal, de que la persona por estar ‘ocupada’ con el celular la ignore e incluso le llegue a decir un insulto para que lo deje en paz”, comentó.
Además, también afectaría en que no se está alimentando una relación de pareja de manera positiva, ya que la comunicación y el respeto son la base.
En el aspecto familiar, los pequeños son los más afectados, “a veces por estar con el celular, descuidan a los hijos, realmente es lamentable la manera en que una madre o un padre ignoran a sus hijos por mantenerse al pendiente del teléfono”.
Como el caso de la pequeña Luna Peña Salas de nueve años, la cual mencionó que su padre la ignoraba por estar en el celular y aunque desconocía el concepto, reconoció que fue víctima del phubbing.
Recordó que al platicarle algo, el sólo le decía “ah, sí” sin voltearla a ver, no mostraba interés, hasta que decidió no hablarle a su padre mientras estuviera “ocupado” y contarle sus actividades a su madre.
Además, mencionó que para no pasar por eso nuevamente, le diría a su padre que le ponga atención, porque de acuerdo a su opinión, cualquier niño que pase por lo mismo pensará que no lo quieren.
“Los hijos pueden sentir desprecio o desapego de sus padres, pero los papás para alimentar su conducta, le compran otro aparato a sus hijos, hasta que también se pierde la convivencia entre la familia”, explicó.
Por otro lado, el phubbing también interfiere en el ámbito laboral, en este caso los empleados, no realizan al 100 sus actividades, porque a pesar de que el internet es una herramienta, también se vuelve una distracción.
“La dependencia poco a poco genera adicción, tanto que al levantarte lo primero que haces es checar si tienes un mensaje, o un like en una nueva foto o simplemente para iniciar el día en el mundo digital”, explicó.
Recalcó que la distracción en las redes sociales podría implicar un accidente laboral.
Mientras que en los accidentes viales, aseguró que se están igualando en número los provocados por el alcohol y los provocados por el celular, lo cual catalogó como un acto de suma irresponsabilidad, el hecho de tratar de conducir mientras se intenta actualizar un estado de facebook o de twitter.
“Yo soy paramédico y al andar en ambulancia escuchas o te dicen que muchos de los accidentes fueron a causa del celular.
“Sin exagerar, alrededor de 15 accidentes conté en una semana por conductores distraídos por el teléfono”.
En caso de que alguien considere cierta dependencia con su manera de navegar, debe pedir ayuda, ya que el psicólogo coordina un grupo especial para adictos a internet.
¿Qué es el phubbing?
El phubbing proviene de la unión de dos palabras: phone (teléfono) y snubbing (menospreciar).
Dicho término se originó a raíz de los conflictos causados por el uso excesivo del celular.
“La gente ya no interactúa entre sí, es más común que sea por vía telefónica, ahora el móvil es un computadora de bolsillo”, comentó el psicólogo.
Así mismo, se creó la palabra phubber, la cual se utiliza para describir a la persona que utiliza el celular, ignorando a su acompañante.
Alto al phubbing
”Stop phubbin” es una campaña iniciada por Alex Heigh en la que promueve el poco uso del celular, para tratar de convivir más en la vida real.
De acuerdo al psicólogo, la existencia de esta campaña se da porque aún existen personas que prefieren un contacto real.
“Cuando todo el círculo que se reúne a convivir utiliza de igual manera el celular, no hay conflicto, el conflicto se deriva cuando uno da más uso que el otro”, explicó.
Además aseguró que aún existen muchas personas que prefieren contacto cara a cara.
“Pero también vamos a ocupar actualizarnos, si no, nos quedaríamos viviendo en el pasado, rezagados de la tecnología”, afirmó.
Por ahora mencionó que aún se prefiere un contacto real-físico, un abrazo, un cariño, un beso o una palmada, “pero en unos años más, no se sabe”, dijo.
“Lo que se está intentando en otros países es que cuando un grupo de amigos decide salir a cenar, ponen sus teléfonos en una canasta para poder convivir y platicar, pero el primero que utilice su celular paga la cuenta”, detalló.
Actualmente existen varias campañas, la principal es la de stop phubbing, además la de “desconéctate para que te conectes”, las cuales buscan que las personas dejen un poco la vida digital.