Con la aproximación del 12 de diciembre, el folklore guadalupano comienza a sentirse en las calles de Monterrey, especialmente en la colonia Independencia donde se ubica el Santuario de la Virgen de Guadalupe conocido como la Basílica.
Semanas antes de la fecha es común ver grupos de gentes peregrinar por calles como Juan Pablo II (antes Castelar), Pino Suárez o incluso por el Multimodal de Zaragoza, las tres vías habilitadas por el Ayuntamiento de Monterrey para las peregrinaciones.
También se ha vuelto una tradición observar a cientos de vendedores en los alrededores de la Basílica ofertando caramelos, churros, champurrado, cobijas, vasijas, sartenes, ‘milagritos’, entre otros productos.
Para muchas personas, creyentes o no, se ha vuelto un agasajo caminar por las calles aledañas a la Basílica por el ‘color’ que ofrece la gastronomía con la venta de comidas, dulces y postres.
Pero, ¿a dónde iban las familias a darle gracias a la Morenita del Tepeyac, antes de que se construyera la Basílica que ahora conocemos?.
Desde la aparición de la Virgen Morena en el Cerro del Tepeyac, desde hace casi 500 años, se han dado a conocer infinidad de milagros que se han compartido por los creyentes de generación en generación.
Es por eso que cada 12 de diciembre, y semanas atrás de dicha fecha, los feligreses acuden a su templo a darle gracias por la intersección ante Dios para que les concediera algún milagro. En Monterrey, la tradición se remonta a más de 163 años.
EL ANTIGUO SANTUARIO
Raúl Mena presbítero de la parroquia Espíritu Santo y quien funge como el historiador de la Arquidiócesis de Monterrey, reveló que la primera imagen venerada cerca de lo que hoy es la Basílica fue una estampa de la Virgen de Guadalupe que poseía la familia Vázquez en la segunda mitad del siglo XIX.
Así fue como inició el culto a la Guadalupana en el antiguo Barrio San Luisito, que hoy es conocido como la colonia Independencia, en Monterrey.
Sin embargo, la primera edificación como templo fue una pequeña capilla familiar cuya construcción comenzó aproximadamente en 1861.
34 años más tarde, en 1895, se bendijo la primera piedra del antiguo Santuario que hoy sirve únicamente para la adoración del Santísimo Sacramento del altar. dando inicio a la construcción de la ‘casa’ de la Virgen Morena.
Cabe resaltar que cuando se bendijo la primera piedra el 12 de diciembre de 1895, el mismo día fue coronada la imagen del ayate de San Juan Diego en el Tepeyac.
En 1919, los vecinos del barrio le solicitaron al alcalde de Monterrey que las campanas que habían estado en el templo de San Francisco y que fue demolido en la Revolución Mexicana, fueran colocadas en la torre del Santuario.
Fue así que comenzó la tradición de celebrar y venerar a la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre en Monterrey, en el antiguo Templo que es una mezcla de estilos neoclásico, vernáculo e industrial.
LA BASÍLICA
Como la gente ya no cabía en el antiguo Santuario, el 30 de mayo de 1978 se bendijo la primera piedra con la que dieron inicio las labores de construcción (en octubre de ese mismo año) de la hoy Basílica de Guadalupe.
Y es que era tanto el fervor y la devoción a la Virgen Morena, que el espacio del antiguo Santuario fue insuficiente para recibir a los miles y miles de creyentes de aquella época.
Incluso con el paso del tiempo y el aumento de feligreses, se tuvieron que programar las peregrinaciones y visitas a la Basílica, con el objetivo de moderar la afluencia.
El padre Raúl Mena compartió que la parte superior de la edificación posee un remate particular que para algunos tiene semejanza con el Cerro de la Silla, y para otros con el Cerro de las Mitras.
La Basílica fue un proyecto diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez y el aspecto litúrgico estuvo a cargo del fray Gabriel Chávez de la Mora.
La inauguración y bendición del nuevo templo se llevó a cabo el 11 de diciembre de 1982 y el 10 de mayo de 1983 fue elevado a la dignidad de Basílica Menor.
La grande piedra del altar mayor, contó el padre Raúl Mena, fue extraída del Cerro del Tepeyac y traída a Monterrey precisamente para ser utilizada como tal.
Las sogas que sostienen la imagen de la Virgen de Guadalupe y descienden de lo alto, son una imagen artística del ayate de san Juan Diego, en el cual se estampó milagrosamente la imagen de la Virgen. Las rosas que lo decoran evocan asimismo el milagro en el Tepeyac.
La imagen de la Virgen de Guadalupe fue realizada por el pintor poblano Rafael Aguirre en el año de 1922 en la Ciudad de México. La corona de la Virgen fue realizada por el orfebre Antonio Cárdenas Quevedo el año de 1945.
El padre Mena detalló que la corona posee representaciones de las cuatro apariciones de la Guadalupana y además cuatro pequeños escudos: el del Papa Pío XII, el del arzobispo Guillermo Tritschler, el de la Ciudad de Monterrey y el del Congreso Guadalupano de 1945. Todo el conjunto es rematado por el águila nacional.
Como datos curiosos, los vitrales superiores simbolizan las rosas del cielo que estamparon en la tilma de san Juan Diego la imagen de la Guadalupana.
La escultura de Cristo localizada en el área de los confesionarios es obra del artista Efrén Ordoñez y es llamada el Cristo del Perdón o de la Misericordia.
El padre Mena aseguró que hoy por hoy la Basílica de Guadalupe de Monterrey es el más importante centro de peregrinaje y devoción popular del Noreste del país y uno de los más importantes de todo México.
La Basílica de Guadalupe es una de las tres basílicas con las que cuenta la ciudad, las otras son la Basílica de La Purísima y la Basílica del Roble, patrona de Monterrey.
¿QUÉ SON LOS MILAGROS?
Existe una razón por la que existe tanto fervor y devoción a la Virgen de Guadalupe, y es que por ser la madre de Jesús, para muchos es la principal intersesora ante Dios para que sucedan los milagros.
Pero, ¿qué son los milagros?. Según la interpretación en la Biblia, un milagro es un acontecimiento fuera de lo común que se realiza por Dios. Son un signo de fe en la tierra; hechos que están por encima del hombre y que evidencian un poder sobre natural par su realización.
Sin embargo, según la fe de algunos creyentes católicos, los milagros no son exclusivos de la época en que Jesús habitó la tierra, ya que a lo largo de los tiempos se han documentado infinidad de hechos sobrenaturales que no tienen explicación científica.
En cuanto a la Virgen de Guadalupe también existen infinidad de hechos que las personas atribuyen a su intervención ante Dios.
Incluso en la misma historia de la aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego en el Tepeyac, el 9 de diciembre de 1531, ocurren varios milagros imposibles en aquella época.
El primero, sin precisar el orden, fue cuando la virgen curó al tío de Juan Diego, Juan Bernardino, quien se encontraba enfermo y los médicos ya no podían hacer nada por él.
Otro más fue la aparición de rosas de castilla en una época en que no se daban. Las rosas de castilla eran la prueba para que los obispos y sacerdotes le creyeran a Juan Diego sobre la aparición de la Virgen María.
Muchos años más tarde, después de la aparición de la Virgen en el Tepeyac, también han ocurrido hechos insólitos que quedaron en la memoria de los mexicanos.
En 1921 una bomba destruyó cerca del 95 por ciento del templo en donde se encontraba la imagen de la Virgen de Guadalupe, sin embargo para asombro de muchos la estampa de la Morenita quedó intacta.
Incluso para quienes no creen en los milagros de la Virgen. Diversos científicos han intervenido para tratar de encontrar explicaciones sobre la imagen que se venera en México de la Virgen de Guadalupe.
Uno de los puntos asombrosos para creyentes y no creyentes es que la imagen en el ayate de San Juan Diego se mantiene a una temperatura constante de 36.6 centígrados, la misma temperatura de un cuerpo humano.
Otros estudios han revelado que la fibra de maguey, material con que el que está hecho el ayate de San Juan Diego, solo tienen una durabilidad no mayor a 30 años, por lo que es inexplicable que incluso en la actualidad se encuentre en perfectas condiciones.
Los colores con los que se formó la imagen de la Morenita de México, también han sido analizados y los científicos han determinado que no existen pigmentos en la tierra para poder crear esas tonalidades.
Lo anterior es solo una muestra de la infinita historia sobre la Virgen de Guadalupe que no termina con los milagros conocidos en los textos bíblicos o en las historias que se han difundido de generación en generación.
‘DIOS ACTUÓ’
En la actualidad siguen ocurriendo decenas de miles de milagros, o al menos así es como lo creen los protagonistas de dichas historias.
“No se si fue un milagro, pero creo que Dios actuó porque mi hijo le iban a hacer un transplante de cornea y por alguna situación, yo no quería que se hiciera el transplante”, contó la señora Leticia sobre su hijo Jorge.
Leticia tenía uno de esos presentimientos que sólo las madres pueden explicar y entender, pues ella creía que el transplante no era necesario, por lo que comenzó a pedirle a la Virgen María para que todo saliera bien.
“Él estaba ya en la clínica para la cirugía, prácticamente ya iba a entrar a quirófano cuando 10 minutos antes le dicen: ‘sabes qué, no te vamos a operar porque no llegó la córnea’, es cuando doy gloria a Dios.
“Se lo pedí a mamá María y a Dios de que obraran ya que a mi me daba miedo, porque a parte de que la operación era peligrosa no sabíamos si su cuerpo iba a rechazar la cornea.
“Después de eso ya no se operó, fuimos con el doctor a que lo checara y luego con un contactólogo; le hicieron pruebas y va a recuperar su vista cien por ciento con los lentes”, platicó con asombro.
Para Leticia Dios tiene sus caminos y de una u otra manera concede lo que las personas piden con fe, no precisamente como quieren que se realice, pero de que concede concede.
LA SEÑORA CON SUS NIÑOS
Para Martha, Brígido también es una prueba de los milagros que puede hacer la Virgen de Guadalupe, pues aunque nada ni nadie les asegura que lo que vivieron fue un milagro divino, su fe hace que se lo atribuyan a la Morenita.
“Mi esposo estaba internado en el hospital, se le complicó la apéndice, pues se le reventó, y le dio peritonitis.
“Estuvo tres meses debatiéndose entre la vida y la muerte y ya en los últimos días recuerdo que el doctor Benavides me dijo en una última intervención: ‘si de aquí en adelante no mejora, ya no hay nada que podamos hacer’, platicó Martha.
Pero como la señora Martha es una mujer que siempre ha procurado asistir a la iglesia, por la fe que le inculcó su madre, no dejó de pedirle a la Virgen y a Dios para que sanara a su esposo, siempre aceptando la voluntad del Cielo.
“Justo después de escuchar aquellas palabras del doctor, a los pocos días llegué a la cama en donde estaba mi viejo.
“Recuerdo que abrió los ojos y me preguntaba por la señora que lo había visitado: ‘¿dónde está la señora con los niños?’, me dijo.
“Yo le contesté que ahí no había nadie que yo había bajado por unas cosas, pero no se quedó nadie. Fue entonces que empezó a mejorar y yo creo que tal vez pudo haber sido nuestra Madre que llegó a sanarlo acompañada de sus ángeles”, contó llevándose las manos al pecho.
MI HIJO ES UN MILAGRO
La misma Martha años atrás había experimentado un milagro de la Virgen María, pues cuando recién se casó no podía tener familia, algo que anhelaba demasiado. Por eso acudió a la Basílica en la Ciudad de México para pedirle que se lo concediera.
“Yo misma creo que fui bendecida por nuestra Madre, pues cuando recién me casé yo siempre anhelé tener un hijo, pasaban los años y no podía embarazarme”, rememoró.
Fue entonces que decidió acudir al auxilio de la Morenita para pedirle que le diera la dicha de ser madre, así como ella la tuvo al ser la progenitora de Jesús.
“Pasaron tres años y en una visita a la Basílica de Guadalupe entre de rodillas, desde la puerta hasta el altar, le pedí que por favor me concediera la dicha de ser madre.
“Fíjate que para mi sorpresa, al siguiente mes ya no me vino la regla y cuando fui a consultar me di cuenta que estaba embarazada”, dijo con cierta ternura.
Desde entonces Martha cree que cuando una persona pide con fe y el corazón, sus súplicas pueden ser escuchadas.
La Virgen en todos lados
Cada vez se ha vuelto común ver imágenes metálicas de la Virgen María en casas o negocios en diversos sectores de clases sociales, desde barrios vulnerables hasta zonas residenciales.
Y eso se debe gracias a dos escultores o herreros que iniciaron el proyecto llamado ‘La Virgen en todos lados”.
Se trata de Juan García y Alejandro Olivares, quienes comenzaron con la dinámica luego de que Juan se encontrara un mural de la Virgen sucio y abandonado.
En alguna entrevista para un medio de comunicación, Juan recordó que cuando se encontró la pintura abandonada comenzó a limpiarla, y mientras lo hacía pidió una señal que en días le llegó.
Fue así que se comprometió a llevar su imagen por toda la ciudad y ahora por cada imagen que venden, ellos instalan una totalmente gratis como parte de esa promesa.
Para los emprendedores que se encuentran en Facebook como #LaVirgenentodoslados no existe un negocio lucrativo con las imágenes de la Morenita, pues el valor de cada estampa metálica es de 600 pesos y cuando ellos venden una en mil 200, la ganancia la utilizan para instalar la gratuita.
Ahora la mancha urbana poco a poco comienza a hacer competencia a aquellos murales de la Virgen que de manera común pintan los jóvenes pertenecientes o a una pandilla o a un grupo parroquial.
Memorial de la Misericordia
Para ofrecer a la zona metropolitana de Monterrey un espacio donde se pueda admirar lo creado por Dios y por el hombre, y desde donde la Virgen de Guadalupe brinde su protección a la ciudad, continúan los trabajos de construcción del Memorial de la Misericordia en lo más alto del cerro de la Loma Larga.
Dicho lugar tiene en la actualidad como su pieza central el monumento a Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de la Misericordia, una pieza de 12 metros de alto construida en acero y que posa sobre una base de concreto de tres metros de altura.
La imagen fue colocada el 11 de diciembre de 2021, en vísperas del 490 aniversario de la aparición de la Virgen en el cerro del Tepeyac, con lo que se marcó el inicio de las obras del Memorial de la Misericordia.
El monumento se basa en la imagen original de la Virgen de Guadalupe digitalizada y simplificada para su construcción en acero que incluye el Nahui Ollin.
En la parte inferior, donde se ubica el ángel, se encuentran depositados algunos fragmentos de la Virgen del Río original, que fue encontrada recientemente en el río Santa Catarina, luego de que fuera arrastrada por un huracán.
La explanada de la Virgen fue diseñada por Fray Gabriel Chávez de la Mora, quien estuvo a cargo del aspecto litúrgico de la Basílica de Guadalupe en Monterrey.
De acuerdo a información de Jorge Montemayor, vocero del patronato del Memorial de la Misericordia, en la explanada hay tierra de los cinco continentes, y múltiples sacramentales.
Entre ellos, tierra o agua de los principales Santuarios Marianos del mundo como Guadalupe, Fátima, Lourdes y Medjugorie, además agua del río jordán, en donde fue bautizado Jesús.
Recientemente también se iniciaron los trabajos para instalar la Cruz de la Misericordia y así tener listo el Memorial para la conmemoración de los 500 años de la aparición de la Virgen en México, en 2031.
Vestimenta de la Virgen
La indumentaria de la Virgen de Guadalupe y los símbolos que la rodean tienen un significado universal de unidad y paz, pero sobre todo de grandeza.
Su manto representa al cielo cubierto de estrellas. Los rayos del sol que se aprecian salir de la parte trasera, pero en realidad vienen desde el vientre y representa la divinidad azteca. También se puede interpretar como Jesús, la Luz del Mundo.
La Luna se presenta entre el día y la noche, eclipsada con la luz que es Cristo. “Metz-xic-co” significa “en el centro de la luna” y alude al nombre náhuatl.
Hay quienes creen que al tapar el sol, posar sobre la luna y cobijarse con las estrellas, es un mensaje de su majestuosidad por encima de los dioses que veneraban en aquella época.
El pelo suelto es símbolo de virginidad para los aztecas. la cinta en el vientre evidencia el embarazo, símbolo de maternidad.
Las 46 estrellas son las constelaciones que se apreciaban al momento de su aparición.
El ángel con alas de quetzal, pelícano y guacamaya significa la tierra con manto del cielo.
En los ojos existen imágenes diminutas que sólo se pueden apreciar con tecnología avanzada.
Las manos unidas son una señal de oración y la unión de dos razas.
La flor Nauil Ollin es la presencia de Dios, según la simbología náhuatl.
A decir del padre Raúl Mena, lo presentado es sólo una muestra de la historia que se puede contar sobre la Virgen de Guadalupe, Patrona de los mexicanos.