Como cada tarde de lunes, desde hace seis meses, “Diego M” se alista para acudir a la terapia que le ayuda a superar sus problemas de drogadicción.
Con una botella de agua y vestido con ropa deportiva, el joven llega finalmente a su destino que no es una clínica, sino el Parque Fundidora, en donde practica el Parkour.
Esta actividad, considerada el arte del desplazamiento, no sólo es un entretenimiento, ya que cada vez más regiomontanos lo adoptan como un estilo de vida.
Hace aproximadamente cinco años, el Parkour, la disciplina que consiste en realizar movimientos de manera fluida, sencilla y con el menor desgaste de energía posible, comenzó a despegar en Monterrey y desde entonces el número de adeptos va creciendo.
Demian Cox es un joven de 25 años que lo practica y lidera uno de los grupos más representativos de la disciplina en Monterrey: Black Heaven, para cuyos integrantes el Parkour es su filosofía de vida.
“El Parkour puede ser interpretado de muchas maneras, aquí se toma como una filosofía de vida. Cuando hablamos de Parkour vemos un obstáculo y en lugar de verlo como un obstáculo, lo vemos como un reto, algo que se puede superar”, indicó Demian.
La actividad, que nació en Francia, tiene como principal objetivo superar obstáculos ya sea en el entorno urbano o natural para forjar fortaleza física y mental en sus practicantes. Sólo basta con colocar en el buscador de YouTube la palabra “Parkour” para apreciar un sinfín de videos que muestran el arrojo, la precisión y la vistosidad de la disciplina.
“Internet nos ayuda mucho como medio porque nosotros podemos difundir lo que hacemos aquí. Además Internet nos ayuda a tener nuevas ideas porque la demás gente también tiene demostraciones de movimientos que a lo mejor a nosotros no se nos han ocurrido y que de ahí los tomamos”, señaló Demian.
“También en Internet vienen tutoriales de movimientos para que se vea paso a paso de cómo se puede hacer un movimiento que todavía no se aprende”, agregó.
Se trata de una actividad que conjuga el esfuerzo físico, mental y espiritual a valores como la responsabilidad, solidaridad y perseverancia.
“Por eso lo que nosotros también queremos probar es que es una filosofía de vida porque les enseñamos los valores morales de lo que se trata esto, el punto es expresarse“, indicó Cox.
Y es que no se trata sólo de brincos, cada movimiento en el Parkour tiene un propósito en específico: vencer el miedo y superarse continuamente en lo personal.
“No es sólo cuestión física, también es mental, espiritual, que de uno se comprometa. El por qué estás haciendo las cosas, para qué y con qué propósito”, aseguró el entrevistado.
Aunque en la mayoría de los videos en Internet se observan rutinas llamativas, lo cierto es que el arte del desplazamiento se desarrolla por etapas, y cuando una persona recién comienza a practicarlo debe iniciar con movimientos sencillos. Lo anterior ha provocado, según Demian, que algunos se decepcionen de la actividad, ya que no tienen la paciencia para avanzar de manera constante.
“Generalmente lo que buscan son los movimientos más vistosos y como aquí nos preocupamos mucho por la seguridad del grupo y en un principio me enfoco mucho en la seguridad porque se pueden lastimar si no se tiene la resistencia y el entrenamiento adecuado”, dijo Cox.
“A veces uno llega y desde el principio ya quiere aventarse saltos mortales y hacer un montón de cosas y no nos podemos adelantar tanto si no tienen la preparación adecuada”, añadió.
Sin embargo, una vez que el nuevo integrante vence la desesperación, el reto de dominar los movimientos comienza.
Aprender el arte de desplazarse no es complicado, todo depende de la dedicación y el esfuerzo que el interesado le ponga a su preparación, según dijo el representante de Black Heaven.
“Depende de uno mismo porque sí es difícil, como todo, pero dependiendo de las ganas de cada quien, de cuánto se esfuerce es su progreso. Por ejemplo, aquí me han llegado personas que en tres meses ya dan buenos resultados y otros que en más tiempo no dan tantos resultados, pero por lo mismo, depende de qué tanta perseverancia tenga uno en cuanto lo que está practicando, es así como va uno”, expresó.
Como todo movimiento en auge, el Parkour no se ha salvado de las críticas de quienes lo consideran una práctica negativa para la sociedad, un mito provocado por el miedo de que los trazadores, como se les conoce a sus integrantes, hagan mal uso de las actividades aprendidas.
“Como es un deporte internacional se puede malinterpretar con algo delictivo. Como en el Parkour tienes la facilidad de escalar paredes, pues fácilmente alguien podría subirse al techo de una casa de una manera muy fácil y sencilla, eso podría malinterpretarse y verse como delincuencia”, enfatizó. Y como las personas no conocen, porque es hasta cierto punto un deporte reciente, lo pueden ver como algo que pueda perjudicar socialmente”, agregó.
MÁS PARKOUR
MENOS CALLE
Son las 16:00 del lunes y en un punto del Parque Fundidora, un grupo de jóvenes, que en su mayoría no rebasan los 24 años, invierten su tiempo y energía en saltos, maromas y demás movimientos propios del Parkour.
Contrario a lo que se podría pensar, el arte del desplazamiento no sólo entretiene y ejercita, también forja el carácter de quienes lo practican y les fomenta valores como la disciplina y el compañerismo.
Para Demian Cox practicar esta disciplina va más allá de un pasatiempo, es una responsabilidad social.
“Nosotros hacemos esto porque nos gusta y se trata este tipo de cosas porque en la actualidad hay muchos problemas de drogadicción, sedentarismo, obesidad y nosotros procuramos combatir ese tipo de problemas”, mencionó.
Los beneficios de practicar el Parkour son ya tan apreciados que incluso el 28 de junio pasado el grupo Black Heaven ofreció una exhibición a niños, invitados por una legisladora local, con el fin de motivar a los menores a tener hábitos más saludables.
“Dimos una exhibición a los niños, de Parkour, para motivarlos a que tengan actividad física, porque ahora con todo lo de la computadora ya no se sale tanto de casa, ya no se practica tanta actividad como antes. Por eso lo hicimos, para que ellos lo vean, los motive y lo hagan para que se sientan mejor consigo mismos, más sanos y eviten caer en vicios”, comentó Demian, quien también es paramédico.
BLACK HEAVEN
Monterrey podría considerarse la segunda ciudad del país en donde ha tenido más penetración la disciplina, sólo superado por el Distrito Federal.
En la Sultana del Norte existen más de cuatro grandes grupos que concentran a casi cuatro decenas de trazadores cada uno, siendo Black Heaven uno de los más sobresalientes.
El colectivo, que nació hace cuatro años, combina el Parkour con lecciones de kung fu, CQC, primeros auxilios, entre otras actividades, con el fin de darles una preparación más completa a sus integrantes.
“Enseñamos manejo de armas tradicionales de kung fu, primeros auxilios, porque en Black Heaven, como grupo, pensamos que son conocimientos que debería de tener toda persona, y como es algo básico que puede aprenderse en un tiempo corto, se les enseña gratuitamente”, comentó Demian.
Más que un grupo, Black Heaven es una gran familia a la que todos pueden acceder, sólo se requiere de tiempo y verdaderas ganas de enfrentar los retos.
“En nuestro grupo pueden ingresar a cualquier edad. Hemos dado clases a niños, pero obviamente a ellos se les trata con mayor seguridad y su entrenamiento empieza un poco más lento para que se vayan acostumbrando. Estamos abiertos a todo público. Aquí no se les pide nada de nada, sólo ganas de entrenar. Lo único que se les pide es tiempo y esfuerzo”, dijo.
Aunque no hay una edad para practicar esta actividad, por lo general son jóvenes de entre 15 y 25 años los que se interesan en el arte del desplazamiento; sin embargo, Black Heaven incluso ha integrado a personas mayores de 30.
Las mujeres son otro grupo de la población, que aunque a paso lento, se involucran cada vez más en el mundo del Parkour.
“También hemos tenido mujeres en el grupo. Procuramos que haya igualdad en cuanto entrenamientos, que no haya distinciones, pero si hay personas que tengan limitaciones o algún tipo de enfermedad, el entrenamiento se adapta y se adecua para todos”, señaló Demian Cox.
Black Heaven no es un grupo improvisado, se trata de personas que se han preparado en teoría y práctica para ofrecer la mejor enseñanza a los trazadores potenciales, aunado a que son hombres y mujeres socialmente responsables, con empleos y estudios.
“Nosotros estamos estudiando para tener una preparación, tanto con los estudios como con las prácticas, queremos volvernos mejores personas, queremos lograr muchas cosas, superar ciertos retos”, enfatizó el entrevistado.
El colectivo está convencido de que tiene una labor social que cumplir, por tal razón, celebrarán “La Semana del Dragón” del 29 de julio al 3 de agosto, un evento en el que realizarán diferentes talleres: primeros auxilios, kung fu, meditación y práctica de supervivencia. El evento será completamente gratuito y abierto a todo público.
Para que un mayor número de regiomontanos tengan acceso a la práctica del Parkour, los miembros de Black Heaven se reúnen los lunes y miércoles de 5 de la tarde a 8 de la noche en el Parque Fundidora, por ser una ubicación céntrica, mientras que los martes y jueves otra extensión del grupo lo hace en Guadalupe.
“Como nosotros venimos de varios municipios, decidimos aplicarnos en un lugar céntrico, y Fundidora es un lugar a donde se puede llegar de muchos lados, el transporte es accesible y nos queda a todos relativamente cerca”, mencionó Cox.
Actualmente el colectivo cuenta con alrededor de 50 integrantes, cada uno protagonista de una historia de obstáculos vencidos. Tal es el caso de Armando Manuel Pérez Santos, mejor conocido como “Akela”, miembro del grupo. Para él, desde hace tres años el Parkour es la mejor terapia para sacar el estrés después de una jornada laboral.
Según “Akela”, el compañerismo que se vive en esta disciplina no se compara con el de ninguna otra.
“Primero que nada me llamó la atención el compañerismo, que es de lo que más hay. No es como en esos grupos en los que te caes y se empiezan a reír de ti, aquí te apoyan y te siguen animando a que lo sigas intentando hasta que te salga bien”, indicó.
Más que fortalecer físicamente su cuerpo, el arte del desplazamiento representa para este joven el antídoto con el que venció sus miedos, por lo que ahora invita a otros regiomontanos a que se unan al fenómeno del Parkour. “Más que nada para que se liberen un poco, que se identifiquen con otra gente, que saquen ese sentimiento de aventura y superación. Es muy divertido, además de que vas sacando forma”, puntualizó.
Historias como la de Armando se cuentan por decenas en esta actividad, que más que una moda, es todo un estilo de vida.