La zona metropolitana de Monterrey tiene dos polos: el desértico, seco y el boscoso, montañoso. Mientras se pronuncia más la sequía en Nuevo León, los osos que habitan en los grandes cuerpos rocosos bajan a la tierra que pareciera les pertenece.
Cada vez han sido más habituales los avistamientos de osos e, incluso, familias de este animal ‘paseando’ por las calles de las colonias más cercanas a los cerros, sobre todo al sur de la ciudad.
Los ejemplares con los que se ha tenido contacto corresponden a la especie oso negro americano. Como su nombre lo indica, es un tipo que se encuentra solamente en Norteamérica y de hecho, es el más numeroso en este lado del occidente.
En las últimas semanas se han reportado que estos plantígrados bajan a los pies de los cerros regios en busca de alimento, pues según explica Marcela Aguallo, veterinaria de Parques y Vida Silvestre de Nuevo León, estos animales son muy oportunistas para conseguir su alimento.
Sin embargo, esta no es la mejor opción, pues su organismo no está acostumbrado a recibir alimentos procesados, por lo que un plástico con esencia de algún alimento, lo ingieren.
“Como son muy inteligentes, en lugar de ir a caminar por la sierra en busca de alimento, encuentran sus calorías necesarias en un contenedor de una residencial.
“Pero el oso no está diseñado para comida tan procesada, eso puede atraer problemas digestivos como diarrea y ellos se guían por su olfato, no distinguen entre un plástico o charola, si alguno de estos objetos tiene algún olor a comida o residuos, se la comen”, explicó Aguallo.
¿DE QUÉ SE ALIMENTAN?
Una de las recomendaciones que siempre se van a dar ante el avistamiento de un oso, es no darles de comer, pues además del daño que se les puede ocasionar, existe el riesgo de un ataque.
Si bien un animal de este tipo no es completamente herbívoro, la gran mayoría de su dieta se basa en las plantas y un mínimo porcentaje en proteína animal sin llegar a ser cazadores o carroñeros natos.
“La dieta natural de un oso es de plantas, brotes, semillas, bellotas que son importantes, pero hay fuentes de proteína tipo insectos, mamíferos pequeños y carroña. La dieta de un oso es 90 por ciento de origen vegetal y 10 por ciento animal y generalmente es carroña. No nos van a venir a comer”, dijo la veterinaria.
Es por ello que la ingesta de plásticos u otros materiales puede ser demasiado dañina, pues según Aguallo, en necropsias han encontrado restos de plásticos en los intestinos, invitando a la consciencia.
LA INVASIÓN
El principal argumento de que sean cada vez más frecuentes estos ‘conflictos’ (como los expertos llaman a los encuentros con osos), es que la sociedad ha ido invadiendo los terrenos que naturalmente le han pertenecido a la flora y fauna.
Y no es ninguna mentira, pues basta con tener una buena vista de los principales cerros del área metropolitana para darse cuenta que existen construcciones cada vez más arriba, ya no encuentran gente ‘a los pies’ del cerro, ahora es hasta ‘las faldas’.
Es el ser humano quien entra al hábitat natural de los osos y Andrés Ríos, director de Flora y Fauna de Parques y Vida Silvestre de Nuevo León, aclara que es necesaria mucha responsabilidad nuestra como sociedad al momento de entrar a esos espacios.
Pese a que el número exacto o aproximado de la población úrsida no es claro, la densidad poblacional ha ido en aumento, al menos en esta región, pero ese no es el tema fundamental en la conversación.
“A nivel internacional la densidad de osos no es lo más importante, lo más importante es ver cómo está el hábitat y sus interacciones con la sociedad. En rango histórico, tenemos tendencia de población ascendente, hoy tenemos una buena cantidad de osos en la Sierra Madre Oriental, Picacho, etcétera”, señaló Ríos.
Poniendo en retrospectiva, los cerros que fungen como hábitat natural son: la Sierra Madre Oriental, Chipinque y Parque Nacional Cumbres. Que son cuerpos con mucha agua y boscosos.
La colonia Ciudad Satélite, Jardines del Paseo, Mirador Residencial, Del Paseo y toda esa zona, es la más conflictiva con los osos, pues son las más cercanas a estos cuerpos rocosos, incluso el Campus Mederos de la Facultad de Ciencias de la Comunicación es turístico para los plantígrados.
EL SEGUIMIENTO
A raíz de capturas y reubicaciones de osos, Ricardo Magín, jefe de Inspección y Vigilancia de Parques y Vida Silvestre, detalló que actualmente cuenta con un par de ejemplares de oso y uno más de jaguar que poseen collares satelitales para seguirles la huella.
Esto les recaba mucha información de los andares de cada animal y cuál es su comportamiento dentro de los espacios naturales, ya que son capturados en zona urbana y con la reubicación, no vuelven a buscar comida en residenciales.
“Tenemos tres collares satelitales, dos en osos y uno en jaguar que nos da muy buena información. En este tiempo nos muestran corredores biológicos y este ejemplar fue capturado en Chipinque para ser reubicado en el parque Cumbres, lugar de donde no ha salido, eso nos habla que ha encontrado el alimento necesario en ese hábitat”, compartió Magín.
La protección y salvaguardar a los ejemplares de estas especias, es una tarea de la mencionada dirección de Parques y Vida Silvestre, sin embargo, la organización que funge como primera línea de atención es Protección Civil de Nuevo León, pues son quienes acuden primero al llamado.
Partiendo de ese punto, se han podido desarrollar formulas y estrategias en que las autoridades estatales actúan cuando existe un avistamiento de osos, con el debido conocimiento.
“Se ha desarrollado una matriz de riesgo, esta nos da un semáforo y nos brinda la información necesaria y a partir de ella, sabemos cómo vamos a actuar, nos ha servido muchísimo, además, Protección Civil juega un papel fundamental, ellos son la primera respuesta”, agregó el jefe de Inspección y Vigilancia.
La convivencia con los osos seguirá formando parte de nuestra sociedad, entre más siga creciendo la huella urbana de nuestra ciudad, será cada vez más frecuente los conflictos. Ya no hay de otra para el regio.
El llamado por parte de las autoridades seguirá siendo evitar acercarse demasiado, pues una mamá oso, en compañía de sus cachorros, podría ser capaz de abatir a cualquier persona, además claro, de no alimentarlos por ninguna razón.
Nuevo León seguirá siendo tierra de osos.