
“No se hagan bolas. El candidato es Luis Donaldo Colosio…”, la voz de Carlos Salinas de Gortari enfatizó una frase que pretendía calmar el alboroto y sospechas en torno a la candidatura presidencial del entonces poderoso PRI, en 1994, cuando se daba por hecho que sería el triunfador. Y, coincidencias de la política partidista, uno de los que escuchó el estruendo de tal mensaje fue Marcelo Ebrard, brazo derecho de Manuel Camacho Solís. Este, aturdido, se sintió, así, traicionado por el presidente de la república, al trascender indiscretamente un supuesto acuerdo que habían establecido para que lo sucediera en el cargo.
“No se hagan bolas…”, pareciera escucharse ahora con el timbre conocido y el tono de voz de Andrés Manuel López Obrador. “La elegida es Claudia”. Pero la advertencia actual va dirigida directamente a Marcelo Ebrard y sus seguidores. Sí, porque los otros cuatro contendientes por la representación guinda, eufemísticamente llamados “defensores de la 4T”, sabían que estaban jugando un papel de relleno en la pasarela, igual que la mayoría de sus seguidores e infinidad de militantes de Morena y gente sin partido. “¡Es Claudia!”, se leía en bardas y espectaculares, aun cuando infringían la ley del INE, por todo lo ancho y largo del país. “¡Es Claudia!” repetía el eco en los rincones de las sierras, playas, pueblos y ciudades de México, como para dejar bien clara la voluntad de quien sabe que representa la mejor garantía de continuidad de su gobierno. “¡Es Claudia!” y punto. No se diga más.
La aceptación casi unánime en los cerebros de quienes están convencidos de que el partido en el poder debe ganar el todavía lejano 2 de junio, se fundamenta en una lógica basada en la comunicación elemental: AMLO la empezó a promover desde hace dos años. Al buen entendedor, pocas palabras. Y si con levantarle la mano no bastaba, la placeó desde entonces cuantas veces quiso. Elogió su trabajo como gobernante de la Ciudad de México. Tenía el convencimiento pleno en su fuero interno que no habría cuarta transformación completa si una mujer no llegaba a la presidencia de la república. No lo expresó públicamente, pero en su corrillo confidencial fue desde entonces una versión irrefutable.
Por eso es difícil aceptar que Marcelo Ebrard no leyera tantas señales. Pero, más lamentable aún es que sentenciara su futuro con otra frase desafortunada para la historia: “No nos vamos a someter a esa señora”. Podrá tener razón en su queja, presentada el domingo 10 de septiembre, por el “cochinero” del que se valió Claudia y sus operadores en los días de “campaña”, pero no creemos que espere hacer prosperar la demanda de nulidad y posterior reposición del proceso interno. La falta de neutralidad y preferencias hacia su rival de parte de Ivonne Cisneros y Alejandro Peña debió exponerse en su momento. Igual la prueba evidente de los acarreos y de la intromisión rapaz de la Secretaría de Bienestar y de Morena en el uso proselitista de los Servidores de la Nación y Coordinadores Operativos Territoriales (COT’S), para inducir tendenciosamente sobre el ánimo popular.
Cómo negar que es parte de la forma de proceder del mismo AMLO. Él lo dejó muy claro el 4 de enero del 2023 el asunto de las dádivas: “Ayudando a los pobres va uno a la segura, porque ya saben que cuando se necesite defender, en este caso la transformación, se cuenta con el apoyo de ellos… No así con sectores de clase media, ni con los de arriba, ni con los medios, ni con la intelectualidad. Entonces no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política”. Por eso en enero del 24 incrementará el monto, con el fin de clavar en la conciencia de los recipiendarios otra de sus frases preferidas: “Amor con amor se paga”. O también para recordarles que “nadie muerde la mano del que les da dinero como nunca lo había hecho otro (partido)”.
“¡Es Claudia!” y punto. Una mujer con formación científica y larga trayectoria de izquierda por convicción. Y nadie como ella para preservar el legado de AMLO, al que le debe todo su capital político y, esta vez, los votos en las urnas el 2 de junio, porque todavía su carisma y su nombre influirán a la hora de votar. ¿Por qué enojarse entonces de que no haya habido piso parejo para Marcelo y que este no lo haya advertido desde hace dos años? ¿No se dio cuenta de los dados cargados muy al modo de hacerlo del brillante político que es López Obrador que se las sabe de todas, todas, para salirse con la suya?
Como escribió León Bendesky, es imposible obviar la cercanía personal de muy largo tiempo y la estrecha relación política de la ex jefa de gobierno de la CdeM con el primer mandatario. Tal condición se mantuvo muy clara en la preferencia del presidente para protegerla siempre que lo necesitó y para que fuera su sucesora. Hubo en esto mucha constancia y coherencia, lo que se cimentó en su enorme popularidad social. Así es que el método adoptado fue una forma de validación de los hechos, el epílogo de la “crónica de un triunfo anunciado”. Se podía haber ahorrado el gasto de las encuestas. También se podía haber evitado el gran e innecesario derroche de recursos públicos en la publicidad por todo el país. Un completo dispendio en una campaña que oficialmente no era campaña. Y se podía escatimar en la gestión de la burocracia del partido en un episodio en el que realmente nunca hubo alguna duda sería de cuál sería el resultado. Todo es lo pagamos los ciudadanos.
¡Es Claudia! y punto. La oposición seguramente se prepara en su afán de descarrilarla de los deseos de AMLO. Ella, por su parte, hará lo suyo en la contienda supuestamente hasta ahora contra otra mujer, Xóchitl Gálvez. Pero falta mucho tiempo para el 2 de junio y habrá, quizá, otras alternativas en el camino.
¡Es Claudia! y punto. Sí, la activista que estuvo casada durante 30 años con Carlos Ímaz y es madre biológica de Mariana, maestra de la UNAM, además de Guillermo Ímaz Gispert, a quien ama como si lo hubiera concebido en su vientre, pues cuando ella contrajo matrimonio con el sociólogo, esta ya tenía a ese niño de 5 años y quien ahora es un amante del arte. Ahora, la que muchos llaman ya la futura presidenta de México, ha anunciado que su pareja actual está de acuerdo en presentarse ante el registro civil para formalizar su boda.
Así es que habrá mucha noticia alrededor de Claudia.