Las bajas temperaturas, la lluvia que se registró ese día sobre el estadio BBVA o la amenaza de la variante Ómicron que ha infectado a miles de personas, evitó que 16 mil fanáticos del Monterrey acudieran al último partido de su equipo antes de partir al Mundial de Clubes.
Arropados con los colores de la raya, estos fieles seguidores vieron coronado su sacrificio con un épico empate que les regresó la confianza de que harán un buen papel en el torneo mundial.