El técnico campeón de los Rayados de Monterrey protagoniza una historia incomparable con el equipo regiomontano, con el que logró exorcizar los demonios y darle el ansiado titulo que la afición esperaba desde hace casi una década.
Después de haber perdido dos finales en 2016 y 2017, las cuales serán recordadas como “La tragedia” y “En tu casa y con tu gente” respectivamente, Antonio Mohamed fue despedido como entrenador de los Rayados de Monterrey el 7 de mayo de 2018.
A pesar de sus buenos números al mando de los albiazules- dos súper lideratos y encabezar la tabla de cocientes- la afición le reprochó los fracasos en liga y se fue entre abucheos tras ser eliminado en los Cuartos de Final de la Liguilla del Clausura 2018 ante su ex equipo: los Xolos de Tijuana.
Tras fugaces pasos por el Celta de Vigo en España y el Huracán de su natal Argentina, “El Turco” sonó como técnico de relevo para varios clubes en el reciente Apertura 2019, semestre que registró nueve cambios de entrenadores, quedando a uno de igualar el Apertura 2005, justa en que hubo 10 ceses.
Con el despido de Diego Alonso se manejó una baraja de estrategas para tomar las riendas del plantel más caro de la Liga MX- valuado en 88 millones de euros- y cuando se rumoró el regreso de Mohamed la afición se mantuvo escéptica. Las heridas aun no cerraban, prueba de ello la baja asistencia registrada en el Estadio BBVA tras los subcampeonatos.
Como si se tratara de coincidencia o destino llegó su revancha. El timonel argentino estaba de vuelta en La Pandilla y así como hubo quienes externaron su alegría otros cuestionaron su llegada, pero nada perdían en darle el beneficio de la duda.
El objetivo era claro: rescatar el torneo clasificando a Liguilla, estancia donde los de la Sultana del Norte se convierten en un rival incómodo e intimidan a cualquier rival.
Con 15 puntos aún por disputarse el conjunto de Mohamed obtuvo 11, producto de tres victorias y dos empates. Tras la combinación de resultados en la penúltima jornada dependían de sí mismos en la última fecha y con un triunfo de 2-0 ante el Atlas se colaron a la Fiesta Grande como el octavo lugar.
A pesar que muchos pronosticaban una derrota escandalosa ante el primer lugar de la Fase Regular, Santos Laguna, la escuadra regiomontana dio la sorpresa -hasta ese momento- de la liguilla al eliminar a los de Torreón con un global de 6 a 3, producto de una brillante exhibición en el Gigante de Acero.
Ya instalados en semifinales les tocó enfrentar al equipo sensación del torneo, el Necaxa y tras una serie disputada con más garra que contundencia unos Rayados que no se la creían dejaron en el camino a unos “Rayos” que no hicieron valer su localía a pesar de tener todo a su favor.
Debido a la participación de los albiazules en el Mundial de Clubes celebrado en Doha, Catar, la final se postergó hasta los días 26 y 29 de diciembre, donde el Club América, máximo ganador de la Liga MX, esperaba obtener su catorceavo título y reforzar su etiqueta del más grande.
Después de su aventura internacional llegó la revancha de Mohamed: por Farid; su hijo fallecido en 2006 y fan de Rayados a quien le hizo la promesa de hacer campeón al equipo de sus amores y por una afición ávida por un campeonato liguero, era ahora o nunca: el momento de sacarse los fantasmas del pasado ante el “animal de liguillas”.
En la ida supieron anteponerse a la adversidad y tras remontar un autogol se llevaron una ventaja de dos goles a uno y por primera vez en su carrera como entrenador del Monterrey el argentino ganó un partido de Final.
La vuelta presentó un escenario imponente: un Estadio Azteca lleno y una escuadra dispuesta a “matar o morir”. En cuestión de cinco minutos los capitalinos hicieron un “gol de vestidor” y a minutos de irse al descanso consiguieron la anotación que los convertía en campeones, a 45 minutos de la gloria.
“El Turco” demostró su experiencia en finales, dejó atrás su postura defensiva, aprovechó el repliegue americanista y sus pupilos metieron la diana de la tranquilidad e igualaron la serie, lo que llevó la disputa a tiempos extra y a los penales.
Como si se tratara de un guión digno de película, un premio a su liguilla que rozó la perfección – cuatro triunfos, un empate y una derrota- el equipo de Mohamed salió vencedor desde los once pasos y por fin lo consiguió: la quinta estrella para el Club de Fútbol Monterrey, el perdón de la hinchada rayada y la promesa al cielo para el pequeño Farid.
Con este campeonato el estratega argentino sumó su tercer título de liga y puede presumir ser de los entrenadores del futbol mexicano que se han coronado con tres equipos diferentes –Xolos, América y Rayados-. Cabe resaltar que en este selecto club figuran nombres como Víctor Manuel Vucetich, Ricardo Ferretti y Manuel Lapuente.
Además junto a Pablo Guede, quien llegó a mitad del torneo a Monarcas Morelia, fue de los “bomberos” que pudieron enderezar el rumbo de su escuadra y clasificar a la Fiesta Grande.
También fue uno de los tres timoneles de la pasada década, junto a Gustavo Matosas en el Clausura 2014 y Pedro Caixinha en el Clausura 2015, que consiguió el campeonato liguero al entrar como octavo lugar, cumpliendo la “maldición del superlíder” y demostrando que la Fase Final de la Liga MX es otro torneo.
Para hacer más grande su hazaña se convirtió en el segundo técnico campeón como relevo; ocurrido por primera vez en el Apertura 2002 cuando Alberto Jorge sustituyó a Wilson Graniolatti en la Liguilla de dicho torneo y se coronó con el Toluca.
Así, el 29 de diciembre del 2019 quedará en la historia del conjunto de la Sultana del Norte, ya que después de dos tragos amargos el fútbol le concedió la retribución a Antonio Mohamed y sus “Rashados” obtuvieron “La Quinta”.