En la actualidad no solamente se habla más sobre la donación de órganos en Nuevo León, sino que también ha crecido el número de personas que deciden ser donadores para salvar vidas con sus propios órganos o de algún familiar.
“Nos falta mucha cultura de la donación de órganos. Y aunque se está impulsando no es suficiente pues hay mucha gente que necesita un trasplante como su única posibilidad de vida,” señaló Héctor Enrique Valdez, jefe del departamento de Cardiopediatría de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE 34).
El doctor valoró a Carlitos desde que ingresó por primera vez a la Clínica 34, estando al tanto de las condiciones de salud del pequeño durante los cinco años que sobrevivió a la miocardiopatía dilatada, enfermedad detectada a los dos años y siete meses.
Aunque en todo ese tiempo se hizo lo posible por mantener la mejor calidad de vida de Carlitos, el padecimiento avanzaba y era muy difícil evitar que causara severos daños en su organismo.
“Carlitos llegó hasta una situación donde se encuentra gravemente enfermo; nosotros lo metimos a un protocolo de trasplante cardiaco, se le hicieron todos los estudios necesarios y se vio que era un candidato para hacerle un trasplante de corazón”, comentó el especialista.
Agregó que en la unidad de Cardiología cuentan con un programa de trasplante que es principalmente de adultos, porque la mayoría de los trasplantes cardiacos que se realizan son de pacientes mayores de edad.
Desde hace más de 14 años, indicó, se han hecho en ese hospital alrededor de 55 de estas operaciones.
“El problema es encontrar un órgano adecuado, porque para hacer un trasplante de corazón tiene que ser más o menos del mismo grupo de sangre y del mismo peso del niño -que tenga un corazón que le quepa-, y el problema es que no encontramos donadores de corazón de niños”, subrayó el cardiólogo.
Valdez señaló que por lo general el donador de corazón es un adulto que tiene un accidente automovilístico o muerte cerebral, de tal manera que se convierte en candidato a donador, pero encontrar un donador niño es mucho más difícil, por eso no se le pudo hacer la cirugía a Carlitos.
“Sin embargo lo tuvimos como cuatro meses. Estuvo boletinado a nivel nacional en el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) en prioridad cero, es decir, que (para) cualquier donador que hubiera él era candidato, pero en todo ese tiempo no hubo ningún donante”, dijo.
MIOCARDIOPATÍA DILATADA
El crecimiento del músculo cardiaco por diferentes causas se define como miocardiopatía dilatada, padecimiento que se presenta en adultos y en ocasiones también en niños.
“La miocardiopatía dilatada es una enfermedad del corazón que puede tener múltiples orígenes. Puede ser como una secuela después de un proceso inflamatorio viral. Así como un niño se puede enfermar de la gripa o de los bronquios, el corazón no está exento de tener un proceso inflamatorio.
“Esto a veces puede presentarse en etapas muy tempranas de la vida, por ejemplo, en los primeros meses; son niños que tienen un desenlace fatal a más corto plazo.
“Lo que sucedió con Carlitos es que llegó con un antecedente de cuadro gripal a urgencias muy grave, con un estado de choque cardiogénico, y en los estudios se le encontró un corazón muy grande, muy dilatado, con muy mala contractibilidad”, recordó Valdez.
Explicó que se le trató como si fuera un proceso inflamatorio agudo, pero desafortunadamente la evolución no fue tan favorable.
“De los pacientes con miocardiopatía dilatada, se puede decir que una tercera parte pueden recuperarse; otra tercera parte pueden sobrellevarla y para el resto puede ser fatal”, advirtió.
Según el jefe del departamento de Cadiopediatría, de los pacientes que se trasplantan de corazón, la mayor parte padecen miocardiopatía dilatada.
Una parte del tratamiento, añadió, es darles mucho diurético para disminuir el regreso de la sangre al corazón porque que está muy grande, no se contrae como debe ser y no es capaz de manejar adecuadamente toda la sangre que le está llegando.
“A estos pacientes se les dan medicamentos que mejoren la contractibilidad del corazón, medicamentos que hagan que el corazón trabaje más despacio y más tranquilo, por eso a Carlitos se le estuvieron dando medicamentos durante casi seis años”, apuntó.
Reiteró que estuvo más o menos con una buena calidad de vida mucho tiempo con los medicamentos, sin embargo la enfermedad es progresiva, y a medida que el niño iba creciendo iba requiriendo más funcionamiento a su corazón, pero este ya no le respondía.
El doctor indicó que Carlitos era un niño muy querido en el tercer piso de la UMAE 34, porque estaba internado con mucha frecuencia, sobre todo en los últimos cuatro meses.
“Carlitos era muy querido aquí, todo el mundo se encariñaba con él, pues estuvo con nosotros los últimos tres meses y no quería irse. Se sentía muy a gusto y hasta nos decía que quería quedarse a trabajar en el hospital”, recordó.
“Lo mejorábamos durante su estancia en el hospital; estaba aquí unos tres días, después se iba a su casa y permanecía por el mismo tiempo y luego regresaba; así lo mantuvimos los últimos cuatro meses hasta que la evolución de la enfermedad tuvo un desenlace fatal”, expresó el médico.
EN LISTA DE ESPERA
Aquí en Nuevo León, concretamente en la UMAE 34, es donde se realizan más cirugías de corazón en todo el país. Tres pacientes promedio están en lista de espera para trasplante y cada año varía la cantidad de candidatos que entran al quirófano.
“En este hospital tenemos excelentes cirujanos cardiovasculares que se dedican a cirugía de corazón de niños y de adultos; tenemos todas las especialidades. Realmente en toda la República Mexicana es el hospital en donde se hace más cirugías del corazón.
“Se realizan en promedio unas 600 o 650 cirugías de corazón de niño a año”, enfatizó el doctor Héctor Valdez.
En materia de trasplante, agregó, cuentan con un comité que evalúa a los pacientes que ingresarán a lista de espera.
“En el hospital hay un comité de trasplante cardiaco y este comité sesiona una vez al mes. Cuando hay necesidad que hay un paciente candidato a trasplante, se presenta, se acepta y se boletina a nivel nacional.
Dijo que generalmente el número de lista de espera de los pacientes que se están atendiendo en la 34 no pasa de tres, pero hay meses en que no hay ninguno.
“Hay años que se han trasplantado seis pacientes, mientras que en otros años se trasplantan cuatro y en ocasiones dos, la mayoría con éxito”, mencionó.
Comentó que los receptores de órganos nuevos -en este caso corazones- tienen una expectativa de sobrevida de 10 años, y que el paciente trasplantado que ha sobrevivido más tiempo ha sido de 14 de años en la historia del hospital.
“La mayoría de los problemas cardiacos en los niños son problemas congénitos y la mayoría de ellos tienen una solución quirúrgica; si no es una corrección total, puede ser una planeación, o sea se les pueden hacer cirugías para que lleven una vida lo más normal posible”, dijo.
Y en lo que respecta a las enfermedades adquiridas del corazón como la miocardiopatía dilatada que se puede presentar en cualquier etapa de la vida, aclaró que lo más importante es el diagnóstico a tiempo.
“Hay que recordar que el corazón no está exento de tener un proceso inflamatorio viral; si una persona tiene un cuadro gripal y empieza a presentar cansancio, fatiga y se le acelera el corazón, hay que valorarlo a tiempo”, recalcó.
Finalmente expresó que para ser donante también se requiere tener un órgano sano, pues si un corazón, pulmón o hígado no se encuentra en óptimas condiciones, es inservible para efectos de trasplante.
“Tiene que ser un órgano sano, que no esté infectado, que la persona no padezca de hipertensión o que tenga hepatitis, porque le vamos a llevar enfermedades ajenas a una persona que necesita un órgano en buenas condiciones”, concluyó.