Todo tipo de enfermedad que no sea tratada con el cuidado que requiere podría representar alto riesgo de muerte, si el paciente no es atendido a tiempo y como se debe.
Por otro lado, en las que se da por hecho el fallecimiento del paciente en determinado tiempo, con tratamientos especializados y chequeos continuos, podrían llevar una vida plena.
La salud no es algo que deba tomarse a la ligera, lo idóneo es adquirir las medidas de precaución necesarias para mejorar la enfermedad, en caso de que no tenga cura y al menos mantenerla controlada.
En ocasiones resulta increíble que personas a las que se les diagnosticó poco tiempo de vida, sigan ahora disfrutando de cada momento, que para ellos es un regalo.
Este tipo de situaciones son consideradas como un “milagro” y quizás se les atribuye a seres superiores o al simple hecho de que se cree, se tiene una misión que cumplir.
Los seres humanos que enfrentan una vida complicada teniendo una enfermedad crónica, son un ejemplo a seguir, pues aseguran valorar y ver la vida de una forma distinta, llena de gratitud.
Enfermedades no trasmisibles o crónicas
Este tipo de padecimiento es de larga duración y de progresión lenta. Las enfermedades que lo forman son: las cardiacas, el cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, dichas patologías son las principales causas de mortalidad en el mundo, siendo responsables del 63% de las muertes.
Lo que significa que estas enfermedades matan a más de 36 millones de personas cada año.
El 80 por ciento (29 millones) de las defunciones son dadas en los países de ingresos medios y bajos. La mayoría se producen en personas menores de 60 años de edad.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la mayoría de las defunciones por ENT con 17.3 millones por año, seguida del cáncer con 7.6 millones, las respiratorias 4.2 millones y la diabetes con 1.3 millones.
Las enfermedades crónicas comparten cuatro factores de riesgo; el consumo de tabaco, la inactividad física, el uso nocivo del alcohol y las dietas malsanas.
Sólo pido buena salud
Arturo Valdés es un joven de 27 años, músico, fanático del base ball y skate boarding al que se le diagnosticó tetralogía de fallot y se le calculó sólo un año de vida.
“Cuando tenía como siete meses, me puse muy morado en la guardería, le hablaron a mis padres, me trasladaron al hospital y ahí me realizaron estudios.
“Le explicaron a mis padres acerca de la enfermedad y que representaba cuatro problemas cardiacos, por lo que no me daban más de un año de vida”, aseguró.
Una de las complicaciones que acompañan esta patología es que la vena aorta no se está desarrollada como debería, lo que impide el paso del oxígeno al corazón.
“A los ocho años me realizaron una operación, colocaron una válvula haciendo lo que no puede la aorta para alimentar el flujo de sangre al corazón, por el costado izquierdo.
“Después me hicieron otra, cuanto tenía 12 años, de igual magnitud pero ahora por el costado derecho.
“Hoy en día, está pendiente una operación a corazón abierto (enfrente) de mayor riesgo, pero como me da miedo ‘quedar ahí’ por eso no me la han hecho”, comentó.
Toda operación es riesgosa y comenta que es muy difícil estar pensando en que algo pueda llegar a salir mal, la preocupación no sólo lo invade a él, sino a su familia.
“Es muy triste ver cómo mi madre, padre y hermanos han sufrido conmigo de igual o mayor manera que yo o al verme en una cama lleno de tubos después de haber salido de las operaciones”, dijo.
Para él, lo más sorprendente, inclusive más que superar por mucho el año que le diagnosticaron, es el hecho de permanecer con vida, después de dos operaciones con ese nivel de riesgo.
No todos los pacientes corren con la misma fortuna, pero es importante que al momento de ver una anomalía en el niño, en este caso cuando se ponen azules, ser llevados de inmediato con un pediatra, para comenzar con la pronta intervención quirúrgica, de lo contrario, será muy complicado que la persona dure mucho tiempo con vida.
El chequeo continuo con sus especialistas y el cuidado de la salud, como mantener el peso de acuerdo a la altura, son las principales precauciones que debe tomar.
Afirma que la Tetralogía de Fallot no le impide llevar una vida normal, pero lo anterior lo debe cumplir para seguir como hasta ahora.
Para Arturo, lo más difícil de su enfermedad no es padecerla, sino la preocupación generada en sus seres queridos al momento de cada intervención quirúrgica.
“Trato aguantar todo lo que se tenga que realizar y ver mi vida de manera optimista, no decaer al saber que tengo una enfermedad que “incapacita”, yo no me pongo ningún tipo de barrera y hago las cosas igual que cualquier persona que goza de buena salud”, aseguró.
Arturo Valdés asegura que el hecho de no limitarse y hacer lo que quiere y lo que le gusta lo hace sentir bien y sin temores.
Este padecimiento provoca fatiga constante, por lo que el que lo tiene no debe hacer mucho esfuerzo físico, como cargar cosas pesadas, correr largas distancias ni mucho menos llegar a tener sobrepeso.
Arturo es un joven amiguero, alegre, con lo cual les demuestra a las personas que la salud es importante, pero que por tener una enfermedad, no deben dejar de vivir plenamente ni limitarse a hacer algo.
“Me gusta escribir y tengo una gran pasión por la vida y por la música. Cuento con un grupo de rap y creo mis propias canciones, plasmo lo que siento y lo que pasa.
Ases del rap es el grupo que junto con su hermano (Aram) han creado haciendo lo que más le gusta, subiendo a escenarios y grabado canciones.
Han participar en distintos bares de Monterrey y en fiestas con amigos, nunca falta que les digan que canten alguna de sus canciones.
“Considero que soy una persona muy afortunada por el hecho de que cuento con una familia que nunca me ha dado la espalda y que sé que no lo harán”, afirmó.
Comenta que tiene muchos amigos gracias a sus hobbies y que le gusta mucho el entorno en el que ha crecido, en el que aprecia y valora lo que tiene: el fuerte núcleo familiar y las verdaderas amistades.
A pesar de que estudió en la Facultad de Criminología, no se dedica a esto, pues atiende un negocio familiar, y en las tardes participa como locutor en una estación de radio por Internet, exclusiva de música rap y hip hop. El tiempo restante lo dedica a escribir y salir con sus amigos.
“También me gusta mucho ir al cine con mis amigos o ver los partidos de Tigres, aunque casi no voy al estadio”, mencionó.
Sus amigos lo apodan “morado” por el color que toma su piel cuando se esfuerza demasiado, es un tono que caracteriza a quienes lo padecen, sobre todo en labios y uñas.
Arturo reitera la importancia de ser tratado a tiempo y aunque se corra el riesgo en las operaciones, mencionó “más vale intentar estar bien, aunque sea mucho el miedo y el peligro.
“Yo no pido mucho, me gusta mi vida, lo que hago, sólo quiero buena salud”, comentó.
Tetralogía de Fallot
Representa complicaciones en el corazón y se padece desde el nacimiento.
Esta enfermedad causa niveles bajos de oxígeno en la sangre, lo cual lleva a que se presente cianosis (coloración azulada o púrpura en la piel).
Abarca cuatro anomalías: comunicación interventricular (orificio entre los ventrículos derecho e izquierdo); estrechamiento de la arteria pulmonar (la válvula y arteria que conectan el corazón con los pulmones).
También cabalgamiento de la aorta (la arteria que lleva sangre oxigenada al cuerpo) que se traslada por el lado derecho y engrosamiento de la pared muscular del ventrículo derecho (hipertrofia).
Se desconoce la causa de la mayoría de las anomalías cardiacas congénitas, pero existen múltiples factores de riesgo que están involucrados.
Los principales son: alcoholismo materno, diabetes, madre mayor de los 40 años de edad, desnutrición durante el embarazo, rubéola o alguna otra enfermedad viral que se adquiera durante el embarazo.
Los niños con esta patología, tienen mayor probabilidad de nacer con el Síndrome de Down o, por otra parte, de nacer con niveles bajos de calcio o inmunodeficiencia.