
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) se estima que para el año 2050 habrá más plástico que peces en los océanos.
Un estudio del organismo reveló en 2014 que, cada año, cerca de 200 millones de toneladas de plástico se vierten en el mar, destruyendo gran pare del ecosistema marino. La alarmante presencia de residuos data desde principios de los sesenta debido a “la gran producción de plástico a gran escala en la década anterior”.
Ante el panorama desolador, algunas naciones decidieron reforzar esfuerzos para revertir los efectos contaminantes del plástico y, orgullosamente, México es uno de los que encabeza la batalla.
Gracias al trabajo conjunto entre iniciativa privada, ciudadanía y gobierno, el país azteca es la tercera potencia mundial en rehúso de este material, solo por detrás de Alemania y China. Actualmente, en territorio mexicano se reutiliza cerca del 60 por ciento de todos los envases de plástico que se fabrican.
En apenas 20 años, México triplicó su capacidad de reciclaje (a principios del 2000 solo se reutilizaba el 20 por ciento de los recipientes de plástico), lo que habla además de una cultura ciudadana cada vez más consciente sobre los desechos.
GIGANTES DEL RECICLAJE
México no solo se ubica en el pódium internacional de reutilización de plástico, también en su territorio se encuentra la planta de reciclaje de PET grado alimenticio más grande de todo el orbe.
Se trata de PetStar, una empresa 100 por ciento mexicana y que contribuye en gran parte a la huella verde que la nación está dejando a la humanidad al reciclar 3 mil 500 millones de botellas al año.
Situada en la ciudad de Toluca, Estado de México la compañía utiliza un modelo de negocio sustentable y circular que permite que las envases PET se acopien y reciclen “para ser convertidos en nuevas botellas infinitamente”.
Liderada por Arca Continental (su mayor accionista), Coca Cola de México, Bepensa Bebidas, Corporación del Fuerte, Corporación RICA, Grupo Embotellador Nayar y Embotelladora de Colima, PetStar recibe alrededor de 350 mil botellas por hora en sus 4 centros de acopio y 8 plantas de acopio, una de ellas ubicada en Nuevo León, específicamente en el municipio de Escobedo.
De hecho, la unidad ubicada en el noreste de México se amplió recientemente para triplicar su producción de reciclaje al pasar de 6 mil 300 toneladas de envases a 18 mil 400 toneladas al año, que equivalen a 811 millones de botellas de plástico.
PetStar cuenta con cuatro centros de acopio (inaugurados oficialmente) en: Tepic, Nayarit; Colima, Colima; La Paz, Baja California Sur y Pachuca, Hidalgo. Las plantas de acopio se centran en Toluca y Ecatepec, Estado de México; Escobedo, Nuevo Léon; Guadalajara, Jalisco; Mérida, Yucatán; Acapulco, Guerrero; San Luis Potosí, San Luis Potosí y Tijuana, Baja California.
En total, lo que la empresa recopila al año en envases de plástico es el equivalente a rellenar 5 veces el Estadio de Tigres ó 2.5 veces el Estadio Azteca.
Actualmente, PetStar recicla 6 de cada 10 botellas que sus accionistas colocan en el mercado en más de 50 mil toneladas de resina reciclada PET grado alimenticio. Es decir, los convierten en botellas que pueden contener productos aptos para el consumo humano como la botella CIEL, única en México en estar hecha de resina 100 por ciento reciclada.
La meta para 2026 es que 10 de cada 10 envases sean reutilizados y para lograrlo la compañía ya contempla un plan de expansión que le permitiría recopilar hasta 7 mil millones de botellas al año.
“Estamos en una etapa de expansión para que PetStar pueda lograr las metas de esta estrategia de la compañía Coca-Cola que es un mundo sin residuos, que es recuperar 10 de cada 10 botellas.
“Los procesos que tenemos en la compañía son muy eficientes tanto con la huella de carbono como con la huella hídrica, pero además con esta parte social. Siempre tenemos en nuestro modelo de negocio sustentable este balance entre los tres valores que consideramos que puede existir la sustentabilidad que son: el valor social, valor ambiental y valor económico”, sentenció Ximena Martínez Jiménez, gerente de comunicación de PetStar.
La empresa nació en 1995 bajo el nombre de Avangard México y en apenas un año logró consolidarle como la empresa recolectora de PET más grande de América Latina.
En 2006 vivió una fusión con Promotora Ambiental (PASA) y así es como nace PetStar, que en 2011 es adquirida por embotelladora de la Industria Mexicana de Coca-Cola, liderados por Arca Continental para recuperar y reciclar las botellas que producen para ser convertidas en nuevos envases.
En 2013 la compañía se convirtió en la planta de reciclaje de PET grado alimenticio más grande del mundo, certificada por la firma inglesa PET Packaging Resin & Recycling Limited.
De 2014 a 2017 la empresa consolidó su modelo de negocio sustentable como el más innovador del mundo al lograr construir una economía circular climática y bajo una perspectiva de derechos humanos, alienada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En 2018 la resina reciclada de PET grado alimenticio se convirtió en la primera y única en el mundo en cumplir los estándares de calidad en inocuidad, inclusión social, economía circular, agua y energía al certificarse en Cradle to Cradie.
¿A qué se refiere con inclusión social? Pues que la cadena de reciclaje beneficia a más de 30 mil pepenadores y recuperadores urbanos de residuos, que fungen como proveedores a sus mil 700 socios acopiadores, a quienes se les da de alta en la SHCP (Secretaría de Hacienda y Crédito Público).
Como dato: los socios aportan entre 400 y 500 kilogramos de botellas de PET a la semana.
“Nosotros con los socios no hacemos una selección, cuando nosotros vamos a los micro negocios (de los socios acopiadores) compramos toda la mezcla del material. O sea, ahí no se separa y lo compramos al mismo precio, nos venden de los siete diferentes plásticos que existen, nosotros les compramos todo.
“Nuestras camionetas van con los socios acopiadores y el material lo traen aquí a las plantas de acopio porque aquí lo que vamos a hacer es esa separación, que es importante porque para fabricar el material final que es la resina reciclada de PET grado alimenticio para que se pueda lograr esa resina se ocupan únicamente botellas transparente y azul cielo”, mencionó Martínez Jiménez.
La economía circular impulsada por PetStar ha permitido crear una mayor consciencia en los consumidores sobre el cuidado de los desechos a tal grado que desde hace dos años, las botellas de plástico ya no llegan a los basureros, pues ya forman parte de la cultura de la recolección.
PROCESO DE RECICLAJE
El proceso de reciclaje no inicia en los centros acopiadores sino en las casas de los consumidores, quienes tienen en sus manos el primer paso de un rehúso adecuado del PET siguiente cuatro sencillos pasos: terminarse el líquido, aplastar la botella, cerrarla y depositarla en un bote de basura.
“Si el consumidor hace este primer punto de la economía circular y lo lleva a un punto, o lo dona a un pepenador urbano, o al rector o simplemente haciendo separación en casa ya está haciendo un gran cambio”
Ya una vez en las unidades de acopio, camiones de PetStar acuden para trasladarlo hasta los puntos de acopio con el fin de separar las botellas por colores y tipo de plástico, siempre recordando que las únicas que pueden adquirir nuevamente el grado alimenticio son las de color celeste o transparente.
Ya en las instalaciones de la compañía las toneladas de botella se colocan en bandas móviles, en donde varias decenas de empleados de la empresa, conocidos como identificadores, realizarán la separación.
Y es que, aunque la compañía cuenta con equipo de última tecnología, al momento de la separación ninguna máquina ha podido superar la habilidad del ojo humano.
Cada grupo de identificadores realiza por tres horas la hazaña de segregación de envases de plástico, que después irán cayendo a un contenedor que será encargado de comprimir las botellas hasta crear una especie de paca de PET con peso aproximado de 500 kilos.
Posteriormente, la paca compuesta por cerca de 20 mil botellas será llevada ahora a la planta de reciclaje, en donde recibirá un proceso de limpieza, nuevamente separación y posteriormente transformación a resina de PET, misma que será vendida a Arca Continental y los demás socios para que vuelvan a crear botellas para agua y refrescos.
Los envases que no cumplieron con las especificaciones del grado alimenticio también serán convertidos en resina, pero es enviada a otras compañías para crear toda clase de productos, desde ropa hasta muebles.
El compromiso de Arca Continental, a través de PetStar, consiste en garantizar la calidad de sus productos sin dañar al medio ambiente y generando una consciencia colectiva ecológica.
Cifras impresionantes
:: PetStar recopila al año el equivalente a rellenar
5 veces
el Estadio de Tigres
2.5 veces
el Estadio Azteca.
:: PetStar recicla
6 de cada 10 botellas
50 mil toneladas
de resina reciclada PET grado alimenticio
:: La botella CIEL
única en México en estar hecha de resina 100 por ciento reciclada.