
Probar la comida vegana, deleitarse con empanadas argentinas, degustar un tamal de elote o hamburguesas hechas con vegetales y colaborar con Greenpeace en su campaña para salvar el Ártico.
También refrescarse con un agua de limón y menta o guayaba con fresa, saborear nieve artesanal, comprar discos, zapatos, ropa o joyería hecha a mano, adoptar una mascota y, de paso, gozar con el talento artístico local.
Suena diferente. Y lo es.
El Mercado de la Luz, que desde hace más de cuatro meses devuelve, cada 15 días, el brillo y esplendor de tiempos mejores al centro de Monterrey, poco a poco ha ido encontrando su propio nicho.
Cada dos semanas las calles Albino Espinosa, Platón Sánchez, MM del Llano y Carvajal y de la Cueva, justo en la legendaria Plaza de la Luz, se llenan de colores, aromas, sabores y sonidos que se están volviendo adicción para quienes gustan de una tarde diferente de diversión y cultura.
El Mercado de la Luz es una iniciativa 100 por ciento ciudadana, que busca promover la economía local y alentar a los microempresarios a promover sus productos en un ambiente familiar, relajado, en la que todo parece fluir de la mejor manera.
El único requisito para exponer es que se trate de artículos de autor y en cuanto a los alimentos, que estos estén orientados hacia promover la vida sana.
Pasar una tarde en el Mercado de la Luz, de 17:00 a 22:00 horas, es entrar en un mundo mágico, reencontrarse con amigos, gozar de un chispeante espectáculo de capoeira y maravillarse con el arte silente de la mímica.
Cada 15 días el centro de Monterrey vuelve a brillar. Cada dos semanas Monterrey puede vivir una tarde diferente.