Tan parecidas como diferentes, Monterrey en México y Medellín en Colombia, son ciudades con características peculiares: ambas son las segundas en importancia de sus respectivos países, están rodeados por majestuosas montañas, son pujantes polos de industria, sus habitantes son orgullosos de su tierra y sobrevivieron a la ola de inseguridad provocada por el narcotráfico.
Sin embargo, también existe una diferencia que contrasta los niveles de vida de ambas zonas metropolitanas y esa es la sustentabilidad.
Y es que, mientras en Monterrey las autoridades y sociedad aún no se ponen de acuerdo en cómo frenar el deterioro ambiental, en la ciudad sudamericana llevan años enfocándose en crear una urbe más amable con la naturaleza y la prueba está en sus políticas de movilidad.
En la capital del departamento de Antioquia se cuenta con metro, tranvía, autobuses, unidades privadas y metro cable así como una basta red de ciclopistas.
Por las calles del centro de la ciudad y las comunas aledañas es normal ver a jóvenes y adultos transportarse en bicicleta o patineta por los carriles especiales justo a un costado de las unidades privadas y de transporte público.
Pero no se trata sólo de la voluntad gubernamental, también de una convicción ciudadana por respirar un aire más limpio y ser más respetuosos con el entorno.
En días pasados, los niveles de contaminación en el aire obligaron a las autoridades a activar la contingencia ambiental e implementar el programa de “hoy no circula“ allá llamado “pico y placa“.
Durante los días de alerta ambiental la sociedad acató la indicación de la autoridad sin reproches. En ningún momento se escucharon comentarios como “deberían de buscar otras medidas que no afecte a los ciudadanos“ o “¿y cómo se supone que voy a ir a trabajar o por mis hijos a la escuela? porque están conscientes de que la responsabilidad es de ambos.
Incluso, muchos conductores de transporte privado por aplicación -Uber, DiDi e InDrive- asumieron que perderían ingresos con la medida, pero estuvieron de acuerdo a respetarla “para bajar la contaminación“.
Medellín no es solo la bandeja paisa, el aroma a café, las estatuas de Botero, la zona de Lleras, Pablo Escobar, cantantes de trap o bellezas latinas, Medellín es también un ejemplo de ciudad sustentable que debería ser seguido por el resto de América Latina.