
Los habitantes de Reynosa, Tamaulipas, se enfrentan nuevamente a momentos de inseguridad luego de un ataque perpetrado contra personas inocentes en una brecha cercana a la zona ejidal de Congregación Garza.
Las autoridades habían informado que hubo tres víctimas mortales y cuatro más fueron ingresadas de emergencia a un centro hospitalario de la localidad.
La noche del pasado sábado 23 de noviembre una familia viajaba a bordo de su camioneta pick up Chevrolet Silverado de color rojo, cerca de los poblados Plan del Alazán y Congregación Garza (también conocido como “El Charco Escondido”), cuando fueron interceptados por un grupo de sujetos desconocidos. La muerte los estaba rondando.
Los hombres accionaron sus armas de grueso calibre en contra de la unidad en la que se transportaban personas inocentes.
En la escena del crimen quedaron sin vida los señores Octavio, Tamitila (ambos de la tercera edad) y una joven menor de edad, cuyos cuerpos ensangrentados permanecieron varias horas dentro del vehículo.
Pero en la tragedia también resultaron lesionados don Norberto, de 73 años de edad y tres jóvenes que fueron identificados como Lupe, Brenda y Esbeydi.
Serían aproximadamente las 20:00 horas cuando el reporte llegó al Centro de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C4) para solicitar el apoyo de la autoridades policiacas.
Al lugar arribaron elementos de la Policía Estatal Acreditable (PEA), policías federales y personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
Los oficiales acordonaron la escena del crimen. Mientras que otro grupo de la PEA trasladó a los heridos a la ciudad de Reynosa. Los pocos vehículos que se animaron a transitar por la carretera interestatal El Becerro no podían creer el violento escenario que involucró a una familia que horas antes participaba de una primera comunión.
En el apoyo prehospitalario se sumaron paramédicos de Protección Civil (PC) de este municipio. Los lesionados fueron internados en el Hospital General y en el Materno Infantil donde quedaron en manos de los especialistas para su pronta recuperación.
Minutos más tarde llegó un convoy de la Policía Investigadora acompañado de peritos criminólogos de la Unidad Regional de Servicios Periciales.
Después de las diligencias de rigor los cuerpos fueron llevados al anfiteatro de la representación social para la autopsia de ley aplicada por el medico legista.
Mediante una grúa las autoridades movilizaron la camioneta Silverado con las huellas del horror hacia el estacionamiento del Centro Integral de Justicia para las investigaciones periciales.
Una carpeta de averiguación previa se inició por parte de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJT) cuya autoridad mantiene bajo hermetismo la indagatoria.
LUTO PERPETUO
Los familiares, amigos y vecinos de los pueblos aledaños dieron el ultimo adiós a los integrantes de la familia que fallecieron en el atentado. Sus cuerpos fueron sepultados en un panteón del ejido Congregación Garza.
Entre llantos y poca resignación avanzó el cortejo fúnebre hacia el área del camposanto donde depositaron los restos.
En la paradoja queda que este antiguo poblado levantado por los primeros habitantes que tuvo Reynosa (junto con Reynosa Díaz), era un paraje tranquilo donde se acudía a mirar el firmamento estelar.
Las reuniones familiares los fines de semana se quedaron en el recuerdo o quizá plasmadas en una fotografía.
Con acontecimientos como éste, y el incendio de propiedades, ésta se ha vuelto una zona fantasma. Los pocos habitantes que quedan viven con miedo.
El líder del Catorceavo Comité Campesino en Reynosa, Hilario Barrera Martínez, manifestó las condolencias para las familias que se encuentran atravesando por esta difícil situación y externó que la zona ejidal se encuentra de luto.
“No se vale lo que lo que ha pasado, era que una familia de bien, unas personas trabajadoras. Qué le pedimos a las autoridades si ya no nos hacen caso”, expresó el líder agrario.
Además comentó que algunos residentes, al caer la noche, abandonan sus hogares y se han tenido que ir a dormir, incluso, al monte o a otros poblados cercanos, en su intento por sobrevivir en una la guerra que desde hace más de una década sostienen los grupos criminales contra las autoridades en la región y en la que personas inocentes han perdido la vida.
Hoy Congregación Garza llora amargamente a sus difuntos.