¿Crees que existe machismo en Japón? La respuesta que ha recogido la ONG llamada Organización Japonesa para la Cooperación en la Planeación Familiar (JOICFP), entre mujeres de más de 20 años, es afirmativa. Alrededor de un 83 por ciento piensa que hay machismo en Japón y lo perciben especialmente en las personas mayores.
Por Especial
Tokio, Japón
Poca gente se sorprende con las cifras que reflejan prácticas machistas en naciones como México: violencia contra las mujeres, salarios inferiores, menos oportunidades laborales… Pero si este país está en la posición 50 en los estándares de igualdad de género en el mundo ¿dónde se ubicará una potencia de alto desarrollo, como Japón? La diferencia es enorme… ¡pero no a favor! Las japonesas luchan para salir de un recóndito lugar 110 en el planeta.
¿Crees que existe machismo en Japón? La respuesta que ha recogido la ONG llamada Organización Japonesa para la Cooperación en la Planeación Familiar (JOICFP), entre mujeres de más de 20 años, es afirmativa. Alrededor de un 83 por ciento piensa que hay machismo en Japón y lo perciben especialmente en las personas mayores.
Uno de los casos más evidentes de preferencia masculina en el ámbito educativo se descubrió el año pasado, cuando el diario Nikkei y otros medios revelaron que la Universidad Médica de Tokio había alterado los resultados en sus exámenes de admisión, para reducir el ingreso de mujeres. Las autoridades de esta institución confesaron que esta práctica discriminatoria se había aplicado por más de 10 años, argumentando que el personal médico femenino solicitaba permisos especiales como el de maternidad, y esto era inconveniente para los hospitales.
La investigadora en comunicación Yukie Ban dice que el machismo en Japón tiene raíces históricas y de alguna manera está relacionado con la guerra: “En la época de Meiji, la gente de alta posición social tenía altos ingresos. Hacerse militar era el típico ejemplo de triunfar en la vida por eso las mujeres apoyaban a los hombres”.
La Real Academia Española define al machismo como: “la actitud de prepotencia de los hombres respecto de las mujeres”. Se trata de un conjunto de prácticas, comportamientos y dichos que resultan ofensivos contra el género femenino. La palabra machismo proviene etimológicamente de macho, en relación con el sexo masculino, que a su vez deriva de latín masculus. Curiosamente, aunque el sentido es otro, el homógrafo de macho que alude al pequeño martillo y de éste las palabras como machacar, machucar y machete, recuerdan en muchas ocasiones la opresión que sufren algunas mujeres por tratos violentos de los hombres.
El Ministerio de Justicia de Japón ha reconocido que la violencia contra las mujeres suele quedar en silencio. Casi tres cuartas partes de las víctimas de violación no hablan, y solamente un 4 por ciento busca ayuda en la policía. Al parecer la pasividad de los tribunales ante estos casos, desincentiva las denuncias. Sin embargo, los abusos en el hogar están empezando a notarse más allá de los muros caseros. Según datos de la Agencia Nacional de Policía, en 2017 aumentó el número de llamadas de auxilio por situaciones violentas en el hogar, protagonizadas principalmente por hombres contra sus mujeres. La policía tuvo que intervenir en más de 9 mil casos de violencia doméstica en el 2018.
TRABAJO: MAQUILLAJE Y TACONES
Seguramente estas cifras y circunstancias retratan la misma problemática en otros países. En Japón, igual que en otras sociedades, las mujeres están empezando a levantar la voz, por un tipo de abuso que, como hemos visto, puede estar en casa, en las instituciones educativas, o en el ámbito laboral.
Vannesa Delgado de la Cruz, alumna mexicana en la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda, en Japón, comenta que: “en el ámbito laboral, en una empresa mexicana si una mujer y un hombre trabajan juntos durante el mismo tiempo (ejemplo, 8 horas), el hombre muchas veces gana más que la mujer”. Además, aunque en ocasiones la mujer tenga un nivel académico más elevado, es más común que el hombre reciba un ascenso.
La mexicana recuerda también la denuncia que se ha hecho en los últimos años en varios países sobre el alto impuesto al maquillaje y productos de belleza femeninos (llamado el “impuesto rosa”), que afecta también a las japonesas, a quienes recientemente las autoridades recordaron que hay códigos especiales de arreglo personal para presentarse a trabajar.
Los políticos japoneses no han salido muy bien librados al referirse al tema. La defensa histórica de algunos abusos de los militares en tiempos de la guerra, el apoyo a funcionarios que han sido señalados por acoso sexual y recientemente la reiteración de que en Japón “se exige por ley” el uso de tacones en los trabajos, ha despertado indignación y nuevas voces.
Contra esta exigencia, la escritora y actriz Yumi Ishikawa inició en marzo de este año el movimiento #KuToo, que está inspirado en las campañas internacionales de denuncia MeeToo, y al mismo tiempo incorpora los vocablos japoneses kutsu, zapato, y kutsuu, dolor. Su llamado a las autoridades japonesas para que reconozcan que trabajar largas jornadas en tacones afecta la salud, tuvo un rápido impacto en redes sociales, así como la atención de medios internacionales.
El periódico Asahi había advertido sobre este movimiento, que hizo llegar firmas al Ministerio de Salud y Trabajo con este mensaje: “se quiere eliminar la costumbre de obligar a las mujeres a usar zapatos de tacón”. La respuesta del propio ministro, Takumi Nemoto fue que: “ponerse zapatos de tacón es necesario en el trabajo por una idea generalizada”.
Superar “ideas generalizadas” como ésta, es una tarea en muchos países del mundo. México carga con una pesada imagen como un país machista y aparece en el Índice de Brecha de Género, en la posición 50. Es decir que está lejos de ser una nación con igualdad de oportunidades y trato para hombres y mujeres. Pero para sorpresa de muchos, un país desarrollado como Japón, está en el lugar 110, entre 149 países, según datos del 2018. Estos números dejan a muchos la tarea de pensar qué es realmente lo necesario en Japón: ¿hospitales llenos de médicos varones?, ¿mujeres en tacones en las empresas? ¿o un cambio de mentalidad?
UNA ESPERANZA PARA EMPEZAR A “METER CAMBIOS”
Contra la visión machista de países como México y Japón, una noticia reciente alimenta la esperanza de que la situación pueda cambiar. En junio de 2019, la mexicana Mayra González, fue nombrada Directora de Ventas Globales de la compañía Nissan, luego de su éxito como gerente en México. Tiene 40 años, y fue la primera mujer en dirigir este consorcio japonés en México. Ahora llega a Japón y su presencia genera una gran expectativa sobre cómo reconocer el trabajo de una persona, más allá de las apariencias o el género.
UNA ESPERANZA PARA EMPEZAR A “METER CAMBIOS”
Contra la visión machista de países como México y Japón, una noticia reciente alimenta la esperanza de que la situación pueda cambiar. En junio de 2019, la mexicana Mayra González, fue nombrada Directora de Ventas Globales de la compañía Nissan, luego de su éxito como gerente en México. Tiene 40 años, y fue la primera mujer en dirigir este consorcio japonés en México. Ahora llega a Japón y su presencia genera una gran expectativa sobre cómo reconocer el trabajo de una persona, más allá de las apariencias o el género.
Elaborado por alumnos de español de la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda (KUIS):
Kenichi Uzawa y Tetsuya Sato y Silvia Lidia González (profesora).
Con la colaboración de profesores y estudiantes de la ENALLT, Universidad Nacional Autónoma de México.