Los Tigres llegan a su 60 primaveras este 7 de marzo del 2020 cuando el club universitario fue oficialmente admitido por la Rama de la Segunda División, al ser adquirida la franquicia de los Jabatos de parte del Patronato Universitario presidido por don Manuel L. Barragán. Pero también los Rayados de Monterrey celebran su 75 aniversario en este año, pues el primer club profesional de la ciudad regia se fundó en agosto de 1945 y, coincidentemente, sobresale en ambos clubes el nombre de José “Che” Gómez.
Los Tigres, en efecto, son herederos de los inolvidables Jabatos de Nuevo León que en el torneo de liga de la Segunda División 59-60 andaban muy mal en lo financiero, pues su mal paso alejó a los aficionados de la taquilla. Ello obligó a su directiva a concretar el 19 de diciembre de 1959 el traspaso al Patronato de la Universidad de Nuevo León que, a través de Fomento Deportivo Universitario, se dispuso a manejar el Club Nuevo León.
La primera directiva la presidió Ernesto Romero Jasso, con Federico Garza Tamez como Vicepresidente, Fue Secretario Rodolfo González y Tesoreros Rogelio Villarreal. Ocuparon los cargos de Vocales Noe G. Elizondo, Eligio Quiroga y Rubén Barragán. Fungieron como Consejeros Daniel Mir, Alberto Guevara y Mariano G. Somonte.
Del 19 de diciembre al 7 de marzo se hicieron las gestiones formales ante la Rama de la Segunda División para obtener la autorización oficial y competir con el nombre de Tigres además de los colores azul y oro. Y ésta llegó justamente en vísperas de la celebración del primer Clásico de Clásicos, en la penúltima jornada, que tuvo como escenario el Tecnológico de Monterrey, el domingo 13 de marzo de 1960. Mal debut, desde luego, para los sucesores de los verdiblancos, ya que los Rayados ganaron por 2-0 con anotaciones de Agustín “Chiras” Prieto y José Antonio “Moro” Juárez, de penal, lo que los puso en la antesala del ascenso a Primera División que lograron en su misma cancha una semana después al vencer 3-0 al Orizaba veracruzano.
Los Tigres, dirigidos por Manolo Pando, se presentaron con Miguel “Cabrito” Rodríguez en la portería; en la defensa: Marcos Perales, Jesús Sánchez, Nachito Hernández y Luis Rodríguez; en la línea media alternaron Roberto “Gringa” Vega, Roberto Bernal y Carlos Quiroz, con los delanteros Juan “Loquillo” Fidalgo, Enrique “Chino” Yassín y Héctor “Pijola” Pequeño.
¿POR QUÉ TIGRES?
El equipo universitario se identificó inmediatamente en el futbol nacional de la Segunda División con el mote de Tigres con que el periodista de El Norte, Toni Corona bautizó el 25 de enero de 1947 a la primera escuadra auriazul de la UNL de futbol americano, formada a fines de enero de 1943 por un grupo de estudiantes que durante tres años compitió con el nombre de Cachorros al aceptar sus entrenadores de extracción unamita que llevaran los colores auriazules pero que no se llamaran Pumas, como esos jóvenes deseaban. Los también ingenieros químicos de la UNAM, David Rodríguez Frausto y Francisco P. Mendoza los retaron a ganarse el apodo por su juego en la cancha de modo que cuando los debutantes de la liga ganaron el clásico estudiantil al Tecnológico de Monterrey el 20 de noviembre de 1945 por 12-7 y luego le quitaron lo invicto a los Gatos Negros, del entonces Distrito Federal, el 25 de enero de 1947, se ganaron llamarse Tigres en vez de Pumas.
“Los universitarios se han portado en el emparrillado con gran coraje y enjundia, dejando por tanto de ser Cachorros para convertirse más bien en Tigres de Bengala hambrientos de triunfo”, escribió el periodista. Y de ahí p’al real hasta la fecha el nombre, si el calificativo de Bengala, se extendió a todos los equipos representativos de la Universidad que ondea también los colores amarillo y azul en los diferentes deportes que promueve. Por tanto, Toni Corona se sintió muy halagado cuando también el resultado de su bautismo se prolongó al futbol soccer profesional y de eso dejó testimonio en su columna “Mosaicos Deportivos” del año 1960, durante los primeros pasos inciertos, por problemas financieros, de los nuevos felinos en este deporte de masas que llegaría a ser el más popular, desplazando en lo profesional al beisbol.
Fue la intensa labor de los dirigentes encabezados por Ernesto Romero Jasso los que apagaron los rumores de una pronta desaparición del Club Deportivo Universitario, al no poder cubrir a tiempo la nómina mensual de 50 mil pesos, al grado de sustituir al entrenador Manolo Pando con el jugador “Chojos” López para terminar decorosamente la temporada 60-61 y apagar la inconformidad de sus compañeros. Y ni siquiera fue entonces un aliciente para los profesionales de la cancha el Campeonato Estatal Juvenil de 1960 obtenido por el equipo representativo de la UNL.
Finalmente, ya inaugurado el Estadio Universitario en mayo de 1967, los Tigres llegaría a la Primera División en mayo de 1974, bajo la presidencia de Roberto Méndez Cáceres, aunque renunció a la directiva muy pronto, y fue sustituido por Jesús Manuel Peña Leal. Y es aquí donde reaparece el legendario José “Che” Gómez como su entrenador, quien fue relevado a mitad de temporada 74-75 por la dupla técnica formada por Claudio Lostanau y el “Güero” Antonio Jasso.
LOS RAYADOS
En 1945 el equipo representativo del Estado de Nuevo León ganó el título en la categoría de Primera Fuerza Nacional, por lo que se desató una viva euforia que llevó a pensar a las autoridades y a varios prohombres del futbol local en la conformación de un equipo profesional.
Y así fue como nació antes que nada la directiva que se echaría a cuestas esta proeza. Presidente: Enrique Ayala Medina; Vicepresidente: Paul C. Probert; Secretario: Angel E. Escobedo; Tesorero: Ramón Cárdenas Coronado; Vocales: José Fidalgo Carrera, Alberto Guevara, Daniel Mir y Miguel Talavera Acevedo; Comisarios: Rogelio Cantú Gómez y Miguel Margáin Zozaya; Delegados en México: Ernesto Ríos y Fernando Carrera.
Fundado oficialmente el Club de Futbol Monterrey, S. A. de C. V., surgieron varias propuestas en sus deliberaciones para imponer el nombre de combate al naciente equipo que sería registrado en el torneo que arrancaría en agosto de 1945. Pero finalmente se llegó al acuerdo de remontarse a la memoria de una de las tribus más emblemáticas de la era precolombina que llevaba el apodo de “Rayados” y dio muestra de su bravura al enfrentarse a los primeros españoles que llegaron a la región a partir de 1577.
El archivo del club guarda como un tesoro los nombres del primer entrenador, Manuel Galán, y del plantel completo que era el siguiente: Raymundo Palomino, Victoriano de la Mora, Atenor “Negro” Medina, Octavio “Gene” Rivera, Enrique Lizano, José Luis “Cocoliso” Rodríguez Peralta, José Norberto Toledo, Miguel Quezada, Santiago Bonilla y Gilberto “Muerto” Maciel.
Atanasio “Chango” Medellín, Leobardo “Chanclas” Zamudio, Luciano Agnolín, Guillermo “Cuadros” Vidal, Evaristo Amézcua, Noé Gómez Tovar, Juan Bladé, Gonzalo Buanabad, Arnulfo Avilán, Ignacio Trelles y Cirilo García.
También José “Che” Gómez, Emilio Baldonedo, Francisco Zeledón, A. Escalada, Juan Moya, A. Daccarett, Jesús y Luis Ontiveros, Víctor Lizardi, Rivas, Quiroga, Nava, Ramírez, Usial, Robles, Juan y Homero “La Cuchara” Carranza, Cristóbal “Catán” Linán, Cruz Banda, Tello, Negro Arizmendi.
El primer juego del naciente club fue el 19 de agosto de 1945 en el desaparecido parque de béisbol Cuauhtémoc, por la llamada Calzada Victoria, entre la hoy avenida Alfonso Reyes (antes Universidad) y Villagrán, donde venció 1-0 al San Sebastián de León con gol histórico, por ser el primero del novel cuadro local, por conducto de José “Che” Gómez, quien sería exaltado, igualmente, por su heroísmo, cuando la noche del 14 de septiembre de 1945 se incendió en San Juan de los Lagos el autobús en que viajaba el equipo a Guadalajara para su encuentro contra el Oro tapatío, en una estrecha gasolineria donde la catástrofe tenía signos de alto nivel.
El jugador nacido en España pero avecindado desde niño en Argentina (de ahí su apodo), salvó a varios de sus compañeros arriesgando su propia vida, lo que no mitigó su dolor y sus lágrimas al ver morir a Leonardo Cuadros Vidal y al costarricense Enrique Lizano. Y cuando los Rayados apenas terminaron su primera temporada con muchos apuros, le dolió en el alma su desaparición en la siguiente, cuando él ya estaba en el equipo Marte, con el que jugó hasta 1948.
De vuelta a la aventura en 1952, los Rayados fueron impulsados por Carlos Canseco y otros dirigentes del club hasta lograr el ascenso a la Primera División en la temporada 55-56 cuando el 25 de diciembre de 1955 vencieron al San Sebastián León. El primer juego del equipo en la Primera División fue el 8 de julio de 1956 en Zacatepec, en donde perdieron 2-1. El primer gol del equipo fue anotado por Miguel “Mudo” Burela de penal. Al terminar en el sótano general, descendió a la Segunda División, pero en los siguientes torneos se impuso sobre sus rivales en cada temporada hasta que, pausadamente, después de conquistar el sub campeonato de copa en la campaña 1957-58, logró llegar al máximo circuito en la de 1959-60, para no caer jamás y solamente ha pasado dos sustos mayúsculos que son parte de su larga historia.