En semanas recientes el avistamiento de osos negros en hogares del municipio como San Pedro se ha vuelto muy común. Los hechos han sido registrados en videos que circulan por redes sociales, sorprendiendo a las personas, pues no es común ver a un oso tomando un refresco o abriendo un refrigerador para comerse unos tacos.
Manuel Múzquiz Ortiz, biólogo y jefe de inspección y vigilancia de Parques y Vida Silvestre de Nuevo León, aseguró que estos encuentros pueden ser muy peligrosos para los ciudadanos.
Explicó que, aunque está acostumbrado a la presencia humana, el oso negro es un animal silvestre, considerado uno de los depredadores más grandes en el Estado.
Indicó que su modo curioso de explorar el interior de las casas puede engañar a la gente, que llega a considerar a este animal amistoso; sin embargo, su temperamento es impredecible y nunca se sabe cómo puede reaccionar.
“Muchas veces se ve amistoso, pero si un humano le da de comer puede ser que regrese y al ya no obtener alimento puede subir la escala de agresividad y se puede convertir en algún problema”, advirtió.
El confinamiento declarado por las autoridades por la pandemia de Covid-19, ha sido una de las principales causas por las cuales los ejemplares han salido de su hábitat y se sienten con más libertad de deambular en zonas que colindan con la Sierra Madre.
De acuerdo con Múzquiz, a partir del 2005 se empezaron a presentar muchos encuentros entre osos y personas en la zona urbana, donde los cachorros crecieron con la idea de que los humanos son proveedores de alimentos.
Ahora la gente que vive en Monterrey, Santiago y San Pedro, tienen que tomar medidas especiales para disminuir el contacto con los osos que entran a sus domicilios.
Ante ello, se recomienda evitar dejar alimento de las mascotas en el patio, recoger los frutos de los árboles, utilizar contenedores con tapas a prueba de osos, utilizar sensores visuales y auditivos e, incluso, utilizar armas de gotcha con balas de pintura o de aire para ahuyentarlo sin dañarlo.
COMO SE ATRAPAN
La dirección de Bienestar y Sustentabilidad Animal tiene un protocolo para resguardar la integridad de las personas en caso de la presencia de un oso.
Los elementos de Protección Civil siempre serán los primeros en acudir ante el reporte de la presencia de un oso, su principal función será ahuyentar al animal hacia su hábitat.
En caso de representar un riesgo, será necesario que el personal de vigilancia de Parques y Vidas Silvestre de Nuevo León capture al ejemplar mediante un control mecánico, es decir una trampa, con el objetivo de darle un tratamiento aversivo y que no se sienta bienvenido.
Al tenerlo retenido se aprovechará la oportunidad para muestrear el estado de salud del ejemplar. Por último, en caso de que el oso ya se encuentre dentro de una casa, se utilizarán fármacos para dormir o anestesiar al ejemplar y poder retirarlo.
¿CUÁNTOS HAY?
Aunque no existe un censo estricto sobre los ejemplares en el Estado, se han tomado algunos registros mediante cámaras de hasta seis osos rondando casas, mientras que en la zona universitaria de Mederos se han registrado entre cinco y ocho, de los cuales algunos ya han sido marcados.
En el 2019 hubo alrededor de 68 reportes de avistamiento de osos, 13 fueron capturados y liberados y dos murieron: uno por atropellamiento y otro porque se encontraba mal de salud.
Durante los primeros cuatro meses del 2020 se han registrado 15 avistamientos, dos capturas y liberaciones, y una muerte por atropellamiento, según datos de la Dirección de Bienestar y Sustentabilidad Animal.
ENCUENTRO PELIGROSO
El pasado viernes 8 de mayo se informó sobre el accidente que sufrieron dos excursionistas, quienes se tomaron fotos con un oso en el municipio de Montemorelos.
Los paseantes querían tomar una foto del animal con su celular, pero al ver que el oso se estaba acercando a ellos, se asustaron y escaparon atropelladamente, cayendo a un barranco de 15 metros de profundidad.
“Los osos son curiosos, lo más probable es que las personas llevaban algún alimento y al ser un ejemplar imponente, se asustaron y fue lo que ocasionó el accidente en el vehículo RZR.
“Además, como se salieron de la brecha habitual, las lesiones con las que resultaron fueron por la volcadura, no porque el oso los haya agredido.
“Se han dado ataques hacia humanos, pero han sucedido porque las personas se alteran e intentan escapar o huir, se tropiezan y se pegan”, agregó.
Múzquiz detalló que ha sido mucho el deseo de los seres humanos de querer obtener una fotografía con estos ejemplares, además de que hay quienes los quieren alimentar en el hocico con acercamientos riesgosos e innecesarios.
“Hay que tomar las medidas para evitar riesgos innecesarios; por nada del mundo aproximarnos, es decir seguir los alineamientos que ya manejamos ante la presencia de un oso; si vamos caminando en un parque o área natural, lo primero es guardar la calma.
“No correr, ni intentar perder la calma porque esto ha provocado accidentes, retirarnos sin perderlos de vista, reportarlo ante la autoridad o los guardaparques, si el ejemplar está en nuestro domicilio marcar al 911 y si vivimos en zonas de osos, tener mucho cuidado con el manejo de residuos de comida y tomar en cuenta que el oso negro, aunque está habituado a la presencia humana es un animal de fauna silvestre y es el depredador más grande que tenemos”, advirtió.