Una de las nuevas tendencias marcadas por la tercera oleada de Covid-19 y la variante Delta ha sido el crecimiento exponencial de contagios, muertes y hospitalizaciones en la población joven.
Este sector se ha convertido rápidamente en “los nuevos vulnerables” ya sea por el no estar vacunados, su necesidad de estar en movilidad o por la misma naturaleza impredecible del virus.
A fin de concientizar a la población sobre los riesgos latentes de este rebrote en uno de los momentos más álgidos que vive la entidad, el titular de salud estatal, Manuel de la O Cavazos, invitó a tres representantes de este grupo: un menor de edad y dos mujeres embarazadas, a compartir sus testimonios.
UN ADOLESCENTE SOBREVIVIENTE AL COVID
Isaac Carreón Martínez, adolescente de 16 años y residente de la colonia Monteverde en el municipio de Juárez, relató su experiencia tras sobrevivir el haber estado intubado por 10 días y quedar con marcas derivadas por el tubo endotraqueal.
“Durante la contingencia no salía a ninguna parte con excepción del gimnasio, que es donde supongo contraje la enfermedad. Aproximadamente el 26 de junio comencé a sentirme sin fuerzas y después me dio fiebre, dolor de cabeza y ardor en la garganta.
“En un principio, pensé que traía una infección de garganta, por lo que fui a consultar a un médico, me dieron unos cuantos antibióticos, sin embargo, mi situación no mejoró y los síntomas empeoraron”, detalló.
Recordó que volvió a acudir a revisión y tras el segundo diagnóstico, el personal médico asumió que se había infectado de Covid, y dos días después, se realizó la prueba, misma que arrojó un resultado positivo.
“Pasaron los días y se agregó una tos muy constante, aunque no presenté complicaciones respiratorias, mi oxigenación comenzó a bajar poco a poco, por lo que mis padres decidieron llevarme al Hospital Metropolitano.
“Llegué a presentar 68 por ciento de saturación y a los dos días de ingresar se agravió mi situación y tuve que ser intubado. Durante varios lapsos me mantuvieron boca abajo para que mis pulmones oxigenaran con mayor facilidad”, agregó.
Isaac relató que una vez dentro del nosocomio, estaba mentalizado que solo estaría un par de días, sin embargo, su estadía se prolongó y del 6 al 23 de julio vivió en carne propia “el calvario de su vida”.
“En esos 10 días intubado viví una auténtica pesadilla, vi a gente en peores condiciones que la mía y en momentos llegué a tener alucinaciones, durante las cuales me desintubé, arrancándome los aparatos debido a la desesperación.
“Por momentos no podía creer que podía morir tan joven y con tantas metas y sueños por cumplir. Las marcas que me quedaron en la cara son la prueba viviente de que los menores también podemos sufrir contra el Covid”, sostuvo.
Reveló que sus padres, Isaac y Esmeralda, también dieron positivo a Coronavirus, y a diferencia de él, ellos solo presentaron síntomas leves y no requirieron de hospitalización.
“Todos los días las enfermeras me hacían videollamadas para informarme de sus avances y cuando estaba consciente me permitían tener un poco de contacto con él. Afortunadamente, mi hijo hasta la fecha recibe seguimiento y rehabilitación.
“Esta enfermedad es bastante real, mi hijo la pasó fatal y estuvo a punto de morir. Créanme que a nadie le deseo que pase por el tormento que vivimos durante esos fatídicos días de julio”, remarcó Esmeralda.
Por su parte, el señor Isaac admitió que llegó a quedarse sin palabras y sentirse “sumamente deprimido” cuando le anunciaron que su hijo debía ser intubado, momentos en que incluso pensó en llevárselo de vuelta a casa ante la desesperanza.
“Solo tengo dos hijos y no sé cómo me hubiera sentido si mi pequeño Isaac hubiera perdido la batalla contra el Coronavirus. Hoy más que nunca cuiden a sus hijos, la pandemia no es un juego”, añadió.
Finalmente, el menor reiteró su agradecimiento al personal médico del Hospital Universitario, que en palabras suyas, “lo trataron de maravilla” y aprovechó la oportunidad para enviar un mensaje a la población.
“Yo pensé que cuando me diera esta enfermedad, solo iba a estar unos cuantos días encerrado en mi casa y que no sería nada grave. La realidad fue otra, estuve hospitalizado y fue una experiencia aterradora.
“Hay que seguirnos cuidando, de ser posible no tengan salidas innecesarias y por el momento, ningún rato de diversión vale la pena por el riesgo de vivir una situación similar a la mía”, sentenció.
EMBARAZADAS Y CON COVID
A pesar de no padecer ninguna comorbilidad y contar con una dosis de la vacuna de Astra Zeneca, una joven de 24 años identificada como Danna Cervantes Rocha perdió a su bebé luego de permanecer intubada por la enfermedad.
La también maestra del Colegio Renacimiento de Santiago, indicó que a pesar de no tener claro cómo se contagió, detalló que el 6 de junio comenzó con síntomas tales como dolores de cabeza, garganta, fiebre y tos seca.
“Hasta el 8 de julio me realicé la prueba en la Clínica 8 del IMSS, salí positiva, decidí aislarme con mi esposo ya que teníamos contacto todos los días y un día después comencé con dolor de articulaciones y perdí el gusto y olfato.
“Como estaba embarazada, no pude consumir los medicamentos que me proporcionaron, comencé con nebulizaciones y durante siete días todo estaba tranquilo, cuando de pronto bajó mi saturación, aumentó la fiebre y decidieron ponerme oxígeno”, detalló.
Tras complicarse su cuadro de infección, recordó que el 12 de julio fue enviada a la Clínica 6 y luego de que su condición empeorara, aunado a que requirió una cánula de alto flujo para respirar, tuvo que ser intubada.
“Cuando el doctor me comentó que era lo último que podían hacer por mí, le dije que lo hiciera de inmediato, no sin antes conseguir el sí de mi familia. Mi mamá se puso muy al enterarse, pero lo aprobó.
Sabía que era un procedimiento altamente mortal, pero tenía fe, la fe fue lo que me tuvo con los mejores pensamientos, estaba en las mejores manos donde nos podían salvar a ambos”, añadió.
Durante su estado de inconsciencia que duro siete días, la familia de Danna tomó la decisión de practicarle cesárea para que su bebé naciera, pues se encontraba en un estado delicado.
Con apenas seis meses, la bebé nació el 16 de julio, sin embargo, falleció de un paro respiratorio al día siguiente, por lo que Danna no pudo conocerla, misma que llegó a pesar 770 gramos y se llamaba Greta.
“Me desintubaron y comencé a tener muchas alucinaciones, cuando me pasaron a terapia intensiva logré reaccionar e incluso llegué a creer entre mis tantos sueños que mi papá había muerto”, señaló.
Por su parte, otra mujer identificada como Thalía de 30 años de edad narró que le detectaron el Coronavirus el 1 de junio en su semana 30 de embarazo y a tres días de haber dado positivo, su saturación de oxígeno bajó a 89.
“Platicando con mi esposo y mi mamá, nos recomendaron ir al Hospital Metropolitano y el 6 de junio ingresé, me realizaron estudios y salí con neumonía Covid. A las 32 semanas de embarazo, tuvieron que practicarme cesárea y mi bebé nació pesando un kilo y 600 gramos.
“Ambas estuvimos recibiendo oxígeno y antes de la cesárea yo estuve con puntillas y cánula de alto flujo. Gracias a Dios mi bebé se encuentra sano y salvo y ya pesa 4 kilos.
“En las tres semanas que estuve hospitalizada pasé por momentos críticos, estoy eternamente agradecida con el personal médico y estoy segura que Dios intercedió en todo momento para sacarme adelante. Solo me queda decirle a población que hoy más que nunca, no debemos bajar la guardia”, finalizó.