
El impacto de la pandemia de Covid-19 ha tenido repercusiones en diversos sectores como el económico, político, social y de salud; sin embargo, autoridades estatales y federales han prendido el foco rojo tras la tragedia por la pérdida de miles de vidas de mujeres y hombres, en su mayoría padres de familia.
Hasta el 21 de noviembre la Secretaría de Salud del estado de Nuevo León reportó 14 mil 741 fallecidos a causa del Covid-19, sin embargo, hay otras estadísticas que aumentan a la par cómo el de niñas, niños y adolescentes que están quedando en orfandad en la entidad.
De acuerdo con una investigación que lleva a cabo el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, en colaboración con los Sistemas Estatales y Municipales, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), más de 118 mil niñas, niños y adolescentes a nivel nacional quedarían en situación de orfandad a consecuencia de la pandemia.
En base a datos oficiales, presentado por el diputado del PAN, Roberto Farías García, en Nuevo León más de 11 mil niñas, niños y adolescentes quedaron en desamparo por parte de sus progenitores en Nuevo León.
Al mes de septiembre de 2021, por cada 100 fallecimientos por Covid-19, alrededor de 90 menores de 18 años habían perdido algún cuidador primario o secundario y la cifra va en aumento pero los apoyos, son insuficientes.
Tras esta tragedia, diputados locales exhortaron a la Delegada del IMSS en Nuevo León, Karla Guadalupe López López, y a la titular de los Servicios de Salud del estado, Alma Rosa Marroquín Escamilla, garantizar la continuidad de los servicios médicos de aquellos menores de edad que sus padres murieron a causa del Covid-19.
Además se le exhortó al Gobernador, Samuel García Sepúlveda, que dentro del presupuesto estatal promueva el apoyo necesario para los casos de orfandad en Nuevo León.
En ese sentido, la propia UNICEF reconoce que hay diversos daños tanto a corto como a largo plazo que los menores sufren como consecuencia de la separación de la familia o incluso, por el cuidado que se da de manera inadecuada, sobre todo cuando por orfandad, la protección y cuidado del menor quedan a cargo de diversas instituciones privadas o públicas con determinadas rutinas que no se adaptan a su desarrollo o necesidades individuales.
La titular del DIF Nacional, María del Rocío García Pérez, citó una investigación basada en la aplicación de millón y medio de cédulas de evaluación en los 32 estados del país, principalmente en hogares beneficiarios de programas alimentarios que coordina el DIF Nacional, que proyecta de manera preliminar, que 86 mil 188 niñas, niños y adolescentes, habrían perdido a su padre; 32 mil 50, a su madre, y 124 a ambos, para hacer un total de 118 mil 362.
Aunque destacó que la mayoría de las niñas, niños y adolescentes en situación de orfandad sí contarían con cuidados parentales, se implementarían acciones directas de atención hacia este sector vulnerable y atenuar así los efectos ocasionados por la pandemia.
Cabe destacar que debido a que la pandemia aún continúa el número de niñas, niños y adolescentes, que habrían perdido a su padre o madre continuará creciendo.
Es cierto que los niños huérfanos afrontan multitud de retos y dificultades que los otros niños no, por tal motivo especialistas advierten que se tiene que prestar mucha atención a su desarrollo psicológico.
Sin embargo, el proceso de asimilar la partida de su padre, madre o ambos depende también a qué edad el niño ha quedado huérfano.
Por ello recomiendan que el tutor a cargo del menor de edad tenga que explicar y asumir la muerte de los padres y saber cómo interactuar con ellos para que se sientan como un niño normal.
Además, al ser una muerte en donde el estado de salud puede empeorar de pronto, lo más lógico es que los huérfanos queden desprovistos de toda la seguridad que puede aportar un documento legal en estos casos y dependerá de la propia familia el ver quién podría postularse como el tutor del menor que quede desamparado.