
El 6 de mayo cientos de comerciantes del área metropolitana de Monterrey, afectados por las medidas tomadas contra el Coronavirus, protestaron de manera pacífica a las afueras del Palacio de Gobierno.
Tras el cierre de sus comercios por el creciente brote del virus y la falta de apoyo por parte de las autoridades, los manifestantes -vestidos de blanco- alzaron la voz.
María Manuela Rodríguez Jurader, comerciante de 55 años que tiene un puesto de snacks en Colegio Civil, afirmó que el gobierno “los tiene empinados” y les ha perjudicado de manera drástica a todos ellos que viven al día y sostuvo que su única petición al estado es que les permitan trabajar en forma ordenada y siguiendo todas las medidas de salubridad que les ordenen.
“Toda mi vida me he dedicado al comercio, desde los siete años vengo trabajando en esto. Me encanta hacer esto y nunca había parado de trabajar hasta que vino la pandemia y detuvo nuestras actividades.
“El gobierno me tiene muy desilusionada con sus incongruencias, primero nos ponen la pata en el cuello, luego permiten las aglomeraciones en los transportes y a los vendedores ambulantes nos dejan caer todo el peso de las autoridades. No me vengan a decir que perjudica más un puesto que un transporte lleno de gente”, señaló.
Agregó que desde el inicio de la pandemia tomó las medidas necesarias para seguir operando, como emplayar todos sus productos, utilizar gel antibacterial, cubrebocas y guantes en todo momento, así como mantener el mayor distanciamiento social con los clientes.
GASTOS QUE NO PARAN
Comentó que en su casa -incluyéndola- son dos: su esposo e hija, esta última de 17 años quien cursa el último semestre de preparatoria, quien busca ingresar a la universidad en el periodo agosto-diciembre 2020, específicamente a la Facultad de Derecho de la UANL.
“Mi hija ya está preparada para el examen de admisión, son 800 pesos, pero una vez que entré se viene los gastos de cuotas semestrales. Si yo voy y les digo en Rectoría que me esperen en lo que consigo el dinero no lo van a hacer, simplemente me dirán que si mi pago no aparece en el sistema mi hija quedará fuera, no es justo que ella pague los platos rotos porque el gobierno no me deja trabajar.
“Lo mismo es con los recibos de agua, luz, gas y teléfono. Yo no puedo decirles que me tengan paciencia porque no he trabajado. De hecho, tuve un comprobante en el que no completaba el pago, me faltaban 26 pesos y la máquina me dijo: su pago debe ser inmediato porque si no paga el resto amerita corte”, agregó.
Sobre su marido mencionó que también se dedica al comercio y ante el cierre de actividades se ha visto en la necesidad de lavar carros, sin embargo, lo hace “a medias” ya que día con día corre el riesgo y recibe advertencias de Fuerza Civil, quienes han retirado de las calles a todos aquellos que realizan esa humilde labor.
Respecto a los servicios básicos reafirmó que para eso trabaja y que más allá de lujos son una necesidad para sobrevivir en el día a día.
“También tenemos un carro modelo 96 el cual facilita nuestro trabajo. De este si podrán decir que es un lujo, pero nos ha sacado de tantos apuros, solíamos pagar un seguro contra terceros de 350 pesos mensuales, lo hacíamos para estar medio protegidos”, reveló.
Asimismo, sostuvo su decepción con el gobierno ya que en ningún momento estos se preguntaron: ¿y de qué van a vivir todos a los que mandamos a resguardarse en sus hogares?
“Lo poco que había de dinero ahorrado se nos acabó, se nos terminó. Las autoridades siguen con su misma cantaleta, quédense en casa, nada es esencial y cerraremos todos los negocios que se nos pongan enfrente.
“Con todo respeto si el gobierno no hace nada por nosotros muchos se verán tentados a saquear o delinquir. Podré tener 55 años, pero la necesidad nos llega a todos, y esto se debe a la impotencia de los trabajadores y la apatía de las autoridades.
“Me encantaría que el gobierno visitara nuestras casas y al ver que nuestros trabajos se detuvieron nos dieran para solventar la comida. No importa si completo para arroz o frijoles, si en verdad nos pudieran proporcionar el mínimo apoyo para quedarnos en casa, con esa ayuda no tendría la necesidad de salir a la vuelta de la esquina”, exclamó.
Antes de retirarse María Manuela replicó su mensaje – y reiteró que protestarán cuantas veces sea necesario -de forma ordenada y pacífica- hasta que sean escuchados y den resolución a una situación que “ni de chiste” aguantarán hasta el final de la contingencia.
“Lo repetiré las veces que sea necesario: yo no quiero que me regalen nada, solo les pido que me dejen trabajar por favor, llevo ya dos meses parada y tanto yo como mi esposo nos dedicamos a esto. Pongan las medidas que salubridad que deseen, pero queremos sacar para todos nuestros gastos y trabajaremos con todas las indicaciones que nos digan”, finalizó.
Las cuentas crecen
Estos son apenas algunos de los gastos que tienen que cubrir esta comerciante.
Examen admisión de su hija
800 pesos
Seguro del auto
350 pesos
Luz
226 pesos
Agua
163 pesos
INGRESOS
0 pesos