Luego de finalizar en la posición 84 en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con cuatro medallas de bronce, la delegación mexicana registró su segunda peor participación desde Atlanta 1996 cuando solo lograron un tercer lugar.
A pesar de enviar 164 atletas a tierras niponas, la nación azteca no pudo mejorar sus actuaciones de Londres 2012 y Río 2016, quedando muy alejados de la meta de 10 preseas marcada por Ana Gabriela Guevara, titular de la CONADE.
Estos fueron los deportistas que, contra viento y marea, lograron subirse al podio en una competición marcada por la ausencia de público ante la interminable pandemia del Covid-19.
JUSTO AL BLANCO
El 24 de julio la delegación mexicana consiguió su primera medalla de la mano de Alejandra Valencia y Luis “El Abuelo” Álvarez en la disciplina de tiro con arco, categoría mixta.
La joven de 26 años y oriunda de Hermosillo, Sonora, quien debutó a los 17 años en las olimpiadas de Londres 2012 y consiguió un cuarto lugar en Río 2016, logró alzarse con la gloria.
Además de sus participaciones en Juegos Olímpicos, ganó medallas de oro en individual y equipos en los Panamericanos de Guadalajara 2011; plata en el Campeonato Mundial de México de tiro con arco en la prueba de equipos y otro oro en los Panamericanos de Lima 2019.
Por su parte, el nacido en Baja California también hizo su primera aparición en la capital inglesa y avanzó hasta las semifinales, instancia donde cayó ante Italia y en el duelo por el podio perdió contra Corea del Sur.
Aunque por factores externos no pudo acudir a tierras brasileñas, “El Abuelo” no decayó, un año antes ganó el oro en los Panamericanos de Toronto y en el Campeonato Panamericano de tiro con arco celebrado en Monterrey y cerró su participación en Tokio con una presea.
En el match por el bronce, la pareja azteca venció por 6-2 (36-34, 27-36, 39-36 y 34-33) a la dupla turca conformado por Yasemin Anagoz y Mete Gazoz y alzaron la primera medalla para México en la primera fecha, contrario a Río 2016 donde llegó hasta la jornada 10.
“Tres Juegos Olímpicos se dice fácil, pero no lo fueron y aparte este ciclo fue un poco más largo por la pandemia, fueron 13 años
en total para que pudiera llegar a la medalla. Cuando estábamos en el podio fue un: lo logramos, se logró. Fue más que un orgullo ver la bandera de México ondear”, afirmó Valencia.
“Al momento de recibir la medalla son emociones encontradas, ya que yo lo hubiese querido diferente, pero al final de cuentas es un sueño hecho realidad. Hemos trabajado mucho, fueron años difíciles, pero al final lo hicimos bien, de mi parte me quedé un poco corto, al final se logró el resultado y hay que seguir trabajando”, precisó Álvarez.
ADIÓS A LA MALA RACHA
Después de dos cuartos lugares consecutivos en clavados, el 27 de julio la dupla conformada por Gabriela Agúndez y Alejandra Orozco consiguió la medalla de bronce en la Plataforma de 10 metros sincronizados.
Tras obtener una puntuación de 299.70, superaron por menos de un punto (299.16) a las canadienses Meaghan Benfeito y Caeli McKay, actuación que les permitió obtener la segunda presea en Tokio 2020.
A pesar de un inicio dubitativo marcado por las bajas calificaciones de 47.40 y 43.80, actuaciones que las descendieron hasta el séptimo lugar, las rondas libres les permitieron subir al podio.
En el quinto y último turno, un error de las japonesas, mismo que fue celebrado por la las aztecas e incluso captado por múltiples televisoras, les permitió alcanzar la gloria olímpica.
Con esto, las mexicanas se subieron al podio junto a las chinas Yuxi Chen y Jiaqi Zhang, quienes alcanzaron los 363.78 puntos para el oro, así como las norteamericanas Jessica Parratto y Delaney Schnell que lograron una marca 310.80 para la plata.
“Mi sueño es estar en mis segundas olimpiadas, me gustó mucho la sensación de estar en el podio. Seguiré trabajando y habrá más de Gaby Agúndez por mucho tiempo. La medalla va dedicada a todas las personas que han estado con nosotras y especialmente al entrenador Iván Bautista que me apoyó cuando más lo necesitaba”, destacó Agúndez.
“Creo que con la experiencia que tengo y la juventud de ella que mostró hambre, logramos sacar esto adelante, eso me tiene muy feliz y ahora tiene que escribir su propia historia como lo hice yo. Fue un gran fruto para nuestras carreras y para México”, recalcó Orozco.
UN TRIUNFO DE PESO
Después de una racha de cuatro días sin medallas, el 1 de agosto la halterofilista Aremi Fuentes Zavala rompió la malaria y le dio a la delegación tricolor su tercera presea de bronce en Tokio 2020.
Con una gran actuación en el Foro Internacional tras levantar 245 kilogramos totales (108 en arranque y 137 en envión), en la categoría de 76 kilogramos, consolidó su etiqueta de favorita con la que viajó más de 11 mil kilómetros.
La oriunda de Tonalá se convirtió en la cuarta pesista que da una medalla olímpica a México, tras Soraya Jiménez (Sidney 2000), Damaris Aguirre (Beijing 2008) y Luz Mercedes Acosta (Londres 2012), aunque la primera desde Soraya que lo hace presencial, ya que las otras dos recibieron la presea años después luego de descalificaciones por dopaje.
En todo momento y con total seguridad pudo presumir su calidad. Sólo fue presionada por la surcoreana Suhyeon Kim, quien falló en sus tres intentos por levantar 140 kilogramos en envión, con lo que habría superado a la mexicana.
Con esto, Fuentes Zavala quedó por debajo abajo de la ecuatoriana Neisi Dajomes (263) y de la estadunidense Katherine Nye (249), quienes levantaron el oro y plata respectivamente.
“Fueron 11 años de trabajo intenso con altas y bajas, di lo mejor de mí y salió el resultado. Los últimos momentos fueron muy cardiacos, estaba en shock de que pasaría. No me arrepiento de nada y quiero agradecer principalmente al entrenador que me vio potencial para la halterofilia y a toda la gente que siempre estuvo al pendiente de mí”, sostuvo.
DE VUELTA AL PODIO
Con el fin de intentar repetir la hazaña del oro, la selección mexicana de fútbol varonil sub-23 llevó a jóvenes consolidados en Primera División y arropados por jugadores de experiencia como Guillermo Ochoa, quien fungió como capitán.
Al darse a conocer el sorteo, el conjunto dirigido por Jaime Lozano se vería las caras ante la Francia comandada por el goleador de Tigres, André-Pierre Gignac, los siempre aguerridos anfitriones y Sudáfrica.
En su presentación golearon a los galos por 4-1, luego los nipones “madrugaron” a los aztecas y los derrotaron 2-1 y para asegurar su clasificación, golearon por 3-0 a los africanos para avanzar a los Cuartos de Final, donde se medirían ante Corea del Sur.
Contra todo pronóstico e imponiéndose al pésimo historial frente a los asiáticos, “El Trí” se dio un festín de goles y con actuaciones sobresalientes de Sebastián Córdova, Henry Martín y Alexis Vega, el marcador quedó 6-3 y clasificaron a las semifinales.
El último pasó para el “escenario de ensueño” estaba en el combinado brasileño, quienes buscaban revancha por la derrota sufrida nueve años atrás en la capital británica.
Luego de un ríspido encuentro donde ambos arqueros y las defensivas sobresalieron, los 90 minutos reglamentarios y los 30 suplementarios no vieron una sola anotación, por lo que el pase se definió en penales, donde los amazónicos no erraron, contrario a los fallos de Eduardo Aguirre y Johan Vásquez.
El premio de consolación sería el duelo por el bronce el 6 de agosto y la historia repitió otra cita contra los anfitriones, aunque en esta ocasión, la escuadra tricolor dominó de principio a fin y salieron triunfantes con un marcador de 3-1.
“Me habría sentido decepcionado por no ganar una presea porque fuimos el mejor equipo de Tokio 2020. Los jugadores lo saben también, por eso salimos tan dolidos en la semifinal. Sabía que éramos un equipo muy fuerte y teníamos plena confianza de ello.
“No quería regresar a México con las manos vacías. A veces el fútbol no te recompensa de la manera que crees o mereces, pero no hay que bajar los brazos. Una medalla es para toda la vida”, sentenció Lozano.