
Cuando parecía que todo terminaría en tragedia, un grupo de ‘ángeles de la guarda’ apareció para salvar a dos pequeños de las voraces llamas que estaban consumiendo todo a su paso.
Y es que el pasado 3 de noviembre alrededor de las 14:00 horas, dos menores de edad fueron salvados de morir calcinados dentro de su domicilio por varios vecinos y la Policía de Guadalupe,
Todo inició alrededor de las 13:00 horas de un jueves aparentemente tranquilo cuando de pronto comenzó a salir humo de la parte alta del domicilio marcado con el 2312 dela calle tercera en la colonia Tolteca en Guadalupe.
Hasta ese momento nadie sabía que en el interior se encontraban Mélody e Isaí de dos y cuatro años de edad, respectivamente; mientras el varón se encontraba llorando atemorizado por el intenso fuego, la niña estaba perdiendo la batalla contra la muerte, pero aún seguía luchando.
Para Kevin Alan Rodríguez, una de las personas que colaboró en el rescate, de no haber sido por el aviso de un amigo y cliente de su padre, tal vez ahora se contaría otra historia.
Ya que en el instante en que se generó el incendió, no había ni un alma en la calle y el junto a su padre, hermano y compañeros, ya se disponían a degustar sus alimentos después de laborar por la mañana en un taller de hojalatería y pintura.
Se trataba de Kevin, su papá, Jorge Rodríguez; su hermano, Jorge Iván Rodríguez y sus dos compañeros Jesús Juan Pablo Martínez y Jordan Tarango, quienes laboraban en el taller.
“Fue un amigo de mi papá que ya se iba el que nos avisó, arrancó, se retornó y cuando venía de regreso vio el humo, en eso comenzó a pitar y nosotros salimos, pues ya estábamos dentro de la casa listos para comer”, contó.
Al acercarse a la casa subieron a la terraza y desde ahí pudieron escuchar el llanto de Isaí.
“Escuchamos que el niño estaba llorando y entramos como en una desesperación porque la puerta estaba cerrada, como que tenía candado.
“Mientras unos trataban de abrir la puerta, otros le pegábamos unos mazazos a las varillas de las ventanas y le gritábamos al niño que se acercara”, relató.
Transcurrieron varios minutos, que parecían horas, cuando de entre la nube de humo apareció Isaí con su cara tiznada y llorando.
Rápidamente lo sacaron por la ventana que ya para entonces estaba deformada por los golpes y sintieron un gran alivio.
Sin embargo la tensión y desesperación continuó cuando el pequeño les indicó que dentro aún se encontraba su hermanita Mélody.
“Cuando nos dice que adentro está la niña seguimos intentando abrir la puerta con más fuerza hasta que pudimos derribarla.
“Entonces comenzamos a entrar por turnos, que realmente en ese momento no nos poníamos de acuerdo en quien seguía, sino que entrábamos según fuéramos aguantando porque el humo calaba bien feo y no se podía respirar”, añadió.
La desesperación seguía invadiendo a todos los involucrados, incluso a otros vecinos que para entonces ya se encontraban tratando de ayudar en la localización y extracción de la menor.
“Primero uno, después otro y luego otro más, entrábamos y como no se veía nada buscábamos hasta donde nos permitía el oxígeno, porque rápido tosíamos y el humo calaba mucho”, resaltó.
El temor de dejar morir a la pequeña Mélody no impidió que siguieran pensando y fue cuando se les ocurrió utilizar unas máscaras con filtro que utilizan para la aplicación de pintura en los vehículos.
“Le dije a Chuy que corriera por las máscaras para utilizarlas y tratar de aguantar más adentro, porque neta no se veía nada y como no veíamos no podíamos avanzar mucho.
“Llegó, nos las pusimos y seguimos con la búsqueda hasta que llegaron los policías, para entonces también se sumaron a las labores, nos pasaron una lámpara y nos ayudaron a buscarla.
Fe Iván Rodríguez quien en una de sus incursiones por los cuartos logró localizar a Mélody, que ya para entonces estaba inconsciente por todo el dióxido de carbono que había respirado.
“Salió del cuarto y en eso se la entregó al policía”, contó el joven con la voz entrecortada.
Y es que para él, el que el amigo de su padre le haya avisado y su actuar sin pensar en lo que podría pasar, fue la diferencia entre la vida y la muerte de la pequeña de dos años.
“No sé qué hubiera pasado si el señor no nos avisa, porque nosotros ya íbamos a comer y en ese momento no había nadie en la calle”, agregó.
Sin embargo aseguró que no fueron los únicos ángeles, como los catalogan ahora sus vecinos, pues hubo otras personas que intentaron ayudar como el trabajador de un restaurante de nombre Jonathan Ponce, que sacó un extintor para tratar de apagar el fuego.
“Neta que hasta estábamos llorando de la desesperación, pues se trataba de la vida de una niña, lo bueno fue que mi hermano la pudo encontrar.
“Nosotros no buscamos recompensas ni nada, lo hicimos porque teníamos la fuerza, las herramientas para entrar y sin duda lo volveríamos a hacer para ayudar alguien más”, afirmó.
DOS POLICIAS COMPROMETIDOS
Ana Isabel Pérez Pérez y Edgar Bojorges Losa son los héroes de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana de Guadalupe que participaron y fueron pieza clave para el rescate de Mélody e Isaí.
Mientras el fuego iniciaba pasadas las 13:00 horas, Ana y Edgar se encontraban en un patrullaje de rutina, jamás se imaginaron que minutos más tarde recibirían una alerta por el radio sobre un incendio y sobre todo que ellos serían fundamentales para salvar la vida de una persona.
Aunque se reconoce la labor de los vecinos en ayudar a sacar a los menores de la casa en llamas, Edgar y Ana realizaron maniobras vitales para salvar la vida de Mélody.
El mismo Kevin Rodríguez reconoció la labor y felicitó a los agentes municipales por el trabajo en maniobras de resucitación y por accionar rápidamente al llevarlos a un hospital para que fueran valorados por un médico experto.
“Nos encontrábamos realizando labores de prevención y vigilancia en la colonia Tolteca cuando la central de emergencias nos refiere que solicitan auxilio en un incendio a casa habitación e inmediatamente acudimos al lugar”, platicó Edgar Bojorges.
El tiempo de respuesta fue de dos a tres minutos y al llegar a la casa, fueron recibidos por los vecinos que ya se encontraban actuando para sacar a los menores.
Para Ana y Edgar no fue necesario pensar tanto en la situación, sino su prioridad siempre fue rescatar a los menores que se encontraban entre el humo y cerca de las llamas.
“Lejos de acatar algún tipo de protocolo optamos por entrar al domicilio y poner a salvo a los pequeñitos; la preparación de antemano la tenemos, constantemente nos preparamos en esos temas pero de la teoría a la práctica hay mucho lecho.
Aunque en todo momento sentían temor por no saber el desenlace de la situación, siguieron colaborando con los vecinos para poner a salvo a Mélody, pues Isaí ya había sido rescatado.
“Ver a la pequeña fue una imagen muy fuerte, todos los días nos toca ver cosas duras, todos los días son diferentes, pero cuando se trata de niños es algo que nos marca mucho”, dijo.
Al ver a Mélody inconsciente sin moverse, tanto Edgar como Ana pensaron siempre en reanimarla y para eso utilizaron su conocimiento y destreza, pero no fue sencillo.
Edgar subió a su unidad P503 y encendió el motor, mientras Ana aplicaba las maniobras de resucitación en el asiento del copiloto.
“No te me duermas, no te me duermas mami”, era lo que decía el policía Edgar en reiteradas ocasiones mientras se preparaba a llevarla a un nosocomio.
A toda velocidad primero se dirigieron a una clínica municipal mientras iban informando la situación y el plan de traslado.
“Lejos de pensar en cualquier otra cosa era darle prioridad a la vida de la niña, lo primero fue usar el instinto.
“Fue un momento desesperante, muy impactante en donde los minutos parecían horas, lo que queríamos era llegar y tratar de que la niña no cerrara sus ojos totalmente”, comentó Ana para después soltar un suspiro.
Al llegar a la clínica los médicos atendieron a los menores, los estabilizaron, les proporcionaron oxígeno y unas mantas térmicas por aquello de las posibles quemaduras y posteriormente los llevaron a la Clínica 4 del IMSS.
Esas acciones bastaron para que Ana y Edgar fueran catalogados como héroes, pues así los reconocen los mismos vecinos y las personas que conocieron la historia.
“Básicamente no sé si la gente nos ve como héroes, pero lo que sí es que se necesitan replicar ese tipo de acciones todos los días.
“Creo que en la dignificación policial se tienen que dar a conocer las cosas que se hacen bien dentro de esta profesión, no todo es malo, también hay actuares muy buenos de muchos compañeros que son profesionales en el ámbito”, manifestó.
No es la primera vez que Edgar participa en un hecho similar, ya que con anterioridad intervino para rescatar a una persona del suicidio, por lo que ya son dos acciones puntuales de ayuda social.
Aunque en el ejercicio de sus funciones cuentan con el equipo suficiente pero no el específico para cada situación, Edgar adelantó que ya se planea adquisición de materiales que les puedan ser de utilidad como extintores y equipo médico.
Por su parte, las familias de estos dos policías se encuentran orgullosas de contar con elementos comprometidos con la sociedad, aunque no dejan de preocuparse por lo arriesgado de su profesión.
“La familia tiene sentimientos encontrados, pues por un lado se molestan de cierta manera cuando nosotros nos exponemos sin equipo adecuado y no hablo de funciones propias de la policía, sino por ejemplo nosotros no somos bomberos y por tanto no tenemos trajes especiales.
“Por el otro lado se sintieron felices de que gracias a esa prontitud que tuvimos, los niños pudieron ser rescatados y hablar de que están vivos”, expresó.
Para Edgar, el hecho en que su hijo pueda compartir en la escuela que su padre fue quien participó en el rescate de dos menores, es algo que le da mucha satisfacción.
Edgar y Ana no quisieron dejar pasar la oportunidad para resaltar la invitación a los ciudadanos a que cambien la perspectiva que tienen de los policías, pues hay infinidad de hechos buenos que no se dan a conocer y que son generados por esos buenos elementos.
“Que cambien la perspectiva que tienen de nosotros, sabemos que en todos los ámbitos hay malos actuares, no sólo en el policial, pero que se den cuenta que quienes portamos el uniforme estamos comprometidos con la vida de los demás”, solicitó.
Dijo que debajo de su placa también hay seres humanos, ciudadanos, padres, hijos, hermanos que también sienten y corren peligros.
Finalmente Ana solicitó apoyo para madres solteras, pues la tragedia se suscitó en un marco en donde la madre tuvo que salir a trabajar y como no tenía donde dejar a sus hijos decidió poner llave para mantenerlos a salvo, sin embargo jamás se imaginó que esa acción pudo haber terminado con la vida de sus pequeños.
“Pedir más que nada el apoyo de guardería para las medres solteras, para que no se vean en esa situación de dejar a sus hijos solos porque o trabajan o cuidan a sus pequeños”, pidió.
Por su parte, Edgar agradeció la intervención de los vecinos, desde quienes realizaron la llamada para pedir apoyo, hasta quienes actuaron para sacar a los niños de la casa en llamas.
“La Policía de Guadalupe siempre estará al pendiente y siempre estará para cuidarlos”, precisó el policía.
Mientras tanto los niños ya se encuentran fuera de peligro y con su madre, quien no se cansó de agradecer a sus vecinos y a los policías Edgar y Ana por haber salvado la vida de sus hijos.